De acuerdo con reportes oficiales y de medios de Comunicación locales, al menos ocho personas murieron y otras 44 resultaron heridas este domingo en el suroccidente de Pakistán por una explosión en una iglesia en donde irrumpieron varios militantes fuertemente armados.

Abdul Razzak Cheema, jefe de policía de la provincia de Baluchistán, reportó que la explosión se dio a las 12 del mediodía hora local, cuando unas 400 personas asistieron a la misa dominical en una iglesia en Quetta, capital de la provincia.

De acuerdo con un portavoz del hospital civil de Quetta, nueve de los heridos se encuentran en condiciones críticas.

Cuando cuatro militantes irrumpieron en la iglesia, cuenta Cheema, uno de ellos se detonó a sí mismo, y otro fue dado de baja a manos de las fuerzas de seguridad.

Dos escaparon, y después de una operación para recatar a los asistentes de la iglesia, se dio inicio a una serie de operativos para capturar a los fugitivos.

Los videos que circularon en el canal de noticias local Geo News muestran a las fuerzas de seguridad rescatando a mujeres y niños en medio del sonido de disparos mientras las personas en las calles cercanas se apresuraban a buscar un lugar para esconderse.

Una mujer que fue testigo del evento les dijo a los periodistas que la explosión ocurrió cuando la gente estaba a mitad de la misa. El ataque se dio además mientras la pequeña comunidad cristiana de Pakistán se prepara para recibir la festividad de la navidad.

A través de un comunicado, el primer ministro Shahid Khaqan Abbasi, condenó rotundamente el ataque, criticando que los terroristas siempre atacan a personas inocentes.

“Los terroristas no tienen religión. No permitiremos que ellos perturben nuestra paz y valores, se les tratará con todo el poder del estado”, aseveró el primer ministro pakistaní.

Abbasi también expresó una profunda pena y pesar por las vidas que se perdieron en el ataque.

Sarfaraz Bugti, ministro del interior de Baluchistán, elogió las labores de la policía y el personal de seguridad por su pronta respuesta ante el ataque y haber sido capaces de rescatar a cientos de personas atrapadas al interior de la iglesia.

“Dios no lo quiera, si los terroristas hubiesen tenido éxito en sus planes, más de 400 vidas preciosas habrían corrido peligrosos”, escribió Bugti en su cuenta de Twitter.

En septiembre de 2013, en Peshawar, al noroccidente de Pakistán, un ataque suicida con dos bombas en la Iglesia de Todos los Santos mató a 127 personas y otras 250 resultaron heridas, siendo éste el ataque más mortal que ha sufrido la comunidad cristiana en la historia del Pakistán.

*Daniela Mendoza contribuyó en la redacción de esta nota. ​