Pakistán expresó su profunda preocupación por el número creciente de muertes y desplazamientos forzados de musulmanes rohinyás, calificándolos de fuentes de gran preocupación y angustia en medio del actual Eid al-Adha, uno de los dos principales feriados musulmanes del año.

"Pakistán insta a las autoridades de Birmania a investigar los informes de masacres, hacer responsables a los involucrados y tomar las medidas necesarias para proteger los derechos de los musulmanes rohinyá", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Pakistán en un comunicado.

De acuerdo con su posición consistente sobre la protección de los derechos de las minorías musulmanas en todo el mundo, la declaración dice que Pakistán trabajará con la comunidad internacional, en particular la Organización de Cooperación Islámica (OCI), para expresar su solidaridad con los musulmanes rohinyá y trabajar para salvaguardar sus derechos.

La violencia estalló en el estado de Rakhine en Birmania el 25 de agosto, cuando las fuerzas de seguridad del país lanzaron una operación contra la comunidad musulmana rohinyá. Esto provocó una nueva afluencia de refugiados hacia Bangladés, aunque el país cerró su frontera a los refugiados.

Los medios de comunicación dijeron que las fuerzas de seguridad de Birmania utilizaron una fuerza desproporcionada, desplazando a miles de aldeanos rohinyás y destruyendo sus casas con morteros y ametralladoras.

La región ha visto una tensión entre sus poblaciones budistas y musulmanes desde que estalló la violencia comunal en 2012.

Una represión lanzada el pasado mes de octubre en Maungdaw, donde los rohinyá conforman la mayoría, condujo a un informe de la ONU sobre violaciones de derechos humanos y crímenes contra la humanidad por parte de las fuerzas de seguridad.

La ONU documentó la violación en masa de pandillas, asesinatos –incluso de infantes y niños pequeños-, golpizas brutales y desapariciones. Los representantes de rohinyá han dicho que aproximadamente 400 personas han sido asesinadas durante la represión.

Indonesia exige detener violencia

El presidente indonesio, Joko Widodo, dijo que la violencia en Birmania debe ser terminada inmediatamente, instando a todas las partes a tomar medidas concretas para hacer frente al conflicto.

"Necesita una acción real, no sólo una declaración de críticas", dijo Widodo en una conferencia de prensa en el Palacio Estatal de Yakarta.

"El Gobierno indonesio se compromete a ayudar a superar la crisis humanitaria, sinergizar con la sociedad civil en Indonesia, así como con la comunidad internacional", el presidente asignó al ministro de relaciones exteriores, Retno Marsudi, para comunicarse con diversos partidos, con el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, y la Comisión Asesora Especial del Estado Rakhine, Kofi Annan.

Marsudi, dijo el presidente, se dirigió a Birmania el domingo por la tarde para pedir al Gobierno que detenga y prevenga la violencia, instándoles a brindar protección a todos sus ciudadanos, incluidos los musulmanes, y proporcionar acceso a la ayuda humanitaria.

Widodo dijo que el Gobierno indonesio seguirá prestando asistencia humanitaria a las etnias perseguidas.

"(Nosotros) hemos construido una escuela en el estado de Rakhine y pronto construiremos un hospital que comenzará en octubre".

Además de Birmania, el presidente también encargó al ministro de relaciones exteriores que visitara Dhaka, Bangladés, para preparar la ayuda humanitaria a los refugiados rohinyás que residen en el país.