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Ola de asesinatos devasta Kabul y amenaza el proceso de paz afgano

En los últimos meses, la capital afgana ha presenciado el asesinato de decenas de figuras prominentes, el lanzamiento de cohetes contra el palacio presidencial y un fallido ataque suicida contra el vicepresidente del país.

Shadi Khan Saif  | 05.02.2021 - Actualızacıón : 06.02.2021
Ola de asesinatos devasta Kabul y amenaza el proceso de paz afgano Kabul, Afganistán, luego de un reciente atentado. (Haroon Sabawoon - Agencia Anadolu)

Kabul, Afganistán

En un momento crucial del frágil proceso de paz, el conflicto afgano ha entrado en una fase crítica con una serie devastadora de asesinatos selectivos de funcionarios gubernamentales y figuras religiosas, políticas y civiles.

Desde el inicio de las conversaciones de paz entre el Gobierno y los talibanes el 12 de septiembre en la capital de Catar, Doha, la capital afgana ha presenciado el asesinato de decenas de figuras prominentes, el lanzamiento de cohetes contra el palacio presidencial y un fallido ataque suicida contra el vicepresidente del país.

Una ola de asesinatos

El 2 de febrero, una figura religiosa prominente a favor de la paz, Mohammad Atif, murió durante uno de los ataques en Kabul. Atif fue jefe del Consejo Central de Jamiat-e-Eslah (Sociedad para las Reformas), un grupo de la sociedad civil local dedicado a la enseñanza y la movilización islámica.

Un portavoz de la Policía de Kabul, Firdaus Faramarz, le dijo a la Agencia Anadolu que el erudito islámico, que estaba cursando un doctorado en Tayikistán durante los últimos dos años, murió cuando arrojaron una granada antitanque en la hora pico de la mañana.

"Hoy (martes) hubo al menos tres ataques con granadas antitanque en la ciudad que mataron a dos personas e hirieron a otras cinco", dijo, refiriéndose a los tipos de ataques selectivos que casi se han convertido en algo normal para la bulliciosa capital afgana.

Según personas cercanas a Atif, el hombre de 57 años fue una de las figuras fundadoras de Jamiat-e-Eslah. El grupo tiene una cadena de escuelas religiosas, centros de formación de profesores y un canal de televisión privado "Hilal" (luna).

Como ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de estos ataques, el Gobierno ha señalado a los talibanes y a militantes a favor de la organización terrorista Daesh.

El presidente Mohammad Ashraf Ghani, al condenar el asesinato de Atif, dijo: “Los talibanes deben darse cuenta de que, a través de la violencia, el terror y la intimidación no pueden lograr los objetivos malvados de sus amos, ni pueden eludir la responsabilidad por sus crímenes, ni apartar a los eruditos religiosos de la postura islámica y nacional contra el terrorismo”.

Sin embargo, los talibanes no solo condenaron el asesinato del erudito musulmán, sino que además culparon a "círculos dentro del Gobierno" de sabotear el proceso de paz con tales ataques.

“Extendemos nuestras condolencias a su familia y amigos. Condenamos el asesinato de académicos, periodistas, figuras políticas y sociales; y lo consideramos una obra de círculos malvados", criticó el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, por medio de un tuit.

En una declaración el 26 de diciembre, Jamiat instó tanto a los talibanes como a las fuerzas gubernamentales a evitar la violencia y poner fin al derramamiento de sangre en el país.

“El Consejo Central de Jamiat-e-Islah pide a las Naciones Unidas, la Conferencia de Países Islámicos y los países vecinos que tomen medidas reales para poner fin a la guerra y el derramamiento de sangre en Afganistán, y allanar el camino para el comercio, el desarrollo y la cooperación regional", destacó el grupo.

El exjefe de la Fuerza Aérea afgana, el general Atiqullah Amarkhail, dijo que la violencia podría aumentar aún más a medida que se pierda más tiempo en las estancadas conversaciones de paz en Afganistán.

“Es un hecho conocido que el conflicto afgano también es una guerra internacional por poderes. El conflicto ha entrado ahora en una fase más mortal con tales ataques”, advirtió al tiempo que enfatizó que un alto el fuego inmediato por parte de las partes en conflicto ayudaría a llegar a un consenso.

Figuras religiosas clave asesinadas

En agosto del año pasado, Jamiat perdió a otras sus principales figuras, Abdul Baqi, que era miembro del Consejo Académico del Ministerio de Educación. El académico, quien también participó activamente en los esfuerzos de consolidación de la paz, murió durante un ataque similar en Kabul.

Antes de eso, el clérigo Mawlawi Ayaz Niazi murió por la explosión de una bomba. El explosivo se ocultó dentro de la mezquita después de las oraciones vespertinas del 2 de junio del año pasado.

El hombre de 54 años fue ampliamente respetado por su sabiduría y comportamiento incluso durante los años turbulentos. Niazi fue el líder de oración (imán) de la mezquita Wazir Mohammed Akbar Khan en la zona diplomática fuertemente vigilada de Kabul durante décadas.

A pesar de su larga y estrecha lealtad al partido gobernante, Jamiat-e-Islami, Niazi siguió siendo crítico con la participación de Estados Unidos en Afganistán y no dudó en ocasiones en expresar su simpatía hacia los talibanes.

Días después del ataque, un compañero de Niazi murió en un ataque a una mezquita en la elegante zona de Karta-e-Char. Mawlawi Azizullah Mofteh murió a causa de la explosión de una bomba dentro de la mezquita durante las oraciones del viernes 12 de junio del mismo año.

Meses después de eso, Waheed Mujda, un destacado analista político y experto en asuntos de los talibanes, fue asesinado a tiros en la ciudad el 20 de noviembre. Mujda tenía la experiencia de trabajar bajo el régimen talibán en el Ministerio de Relaciones Exteriores, y era visto como una persona comprensiva, así como una voz experta sobre los insurgentes.

Mujda estaba asociado con el partido Hezb-e-Islami de Gulbuddin Hekmatyar, un veterano líder muyahidín afgano. Había publicado diversos artículos de opinión y libros sobre la situación en Afganistán.

El analista político Sami Shamsi, con sede en Kabul, señaló que la serie de ataques de este tipo solo debilitaría aún más al país y provocaría una fuga de cerebros. “Es fácil aprovechar las debilidades de los sistemas políticos y de seguridad, así como la pobreza imperante en Afganistán, para que las fuerzas externas e internas realicen tales ataques”, advirtió.

Ver también: Al menos 12 miembros de seguridad afganos murieron tras ataque talibán

Ningún grupo se adjudica los ataques

El inspector general especial de Estados Unidos para la Reconstrucción de Afganistán informó en un informe del 30 de enero que más de 800 civiles habían muerto en esos asesinatos selectivos durante los ataques en los últimos tres meses, a los que ningún grupo u organización se ha adjudicado la responsabilidad.

Según el informe anual de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, 2.958 civiles perdieron la vida en el país en 2020 debido a la violencia.

Según los hallazgos de la Comisión, de todas las víctimas civiles en Afganistán en 2020, los talibanes son responsables del 53%, las fuerzas del Gobierno y sus fuerzas aliadas internacionales del 15% y Daesh/ISIS del 5%.

Los talibanes, sin embargo, han afirmado que las ofensivas aéreas y terrestres de las fuerzas afganas, en 22 provincias, mataron a 35 civiles e hirieron a otros 48 en las últimas dos semanas.

El activista por la libertad de prensa con sede en Kabul, Zain Ullah, le explicó a la Agencia Anadolu que los periodistas también parecían estar en la "lista de blancos". Reclamó que las partes en conflicto en el país no pueden silenciar la voz de los reporteros.

Según las cifras del Ministerio del Interior, 131 periodistas han sido asesinados en Afganistán en los últimos 19 años. Los talibanes han sido acusados de matar a 67.

En los últimos tres meses, Fereshteh Kohestani, activista por los derechos de las mujeres; Yusuf Rashid, director ejecutivo de la Fundación de Elecciones Libres y Justas de Afganistán; Rahmatullah Nikzad, presidente del Sindicato de Periodistas de Ghazni; Fardin Amini, presentadora de Ariana TV; Malala Maiwand, corresponsal de noticias en Nangarhar; así como el corresponsal de Azadi Radio, Elyaas Dayee; el expresentador de Tolo TV, Yama Siavash, y Rafiullah Siddiqui, director ejecutivo de Khorshid TV, fueron asesinados.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.



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