Abdessamad Akrach, enfermero y presidente de la Asociación Tahara, que se enfoca en la limpieza ritual y sepultura de los musulmanes que fallecen en Francia, le dijo a la Agencia Anadolu que ya no hay lugar en los cementerios para los fieles y que cientos de cuerpos esperan en los refrigeradores del país.

La asociación, que se fundó hace más de 10 años, dice que se enfrenta a los desafíos encontrados por las familias que perdieron a un ser querido durante la pandemia: "Nuestro objetivo es cuidar a nuestros fallecidos".

“En este país que se define a sí mismo como laico, no hay cementerios denominacionales en el sentido propio del término… Por lo tanto, en Francia no hay cementerios enteramente para musulmanes, pero hay lo que se llama plazas musulmanas, es decir, una parte del cementerio es reservado para los musulmanes fallecidos. Las plazas son muy limitadas”, dijo Akrach.

Akrach agregó que la situación se ha vuelto “insostenible", ya que, en circunstancias normales, se podía solicitar la transferencia de los restos al extranjero, pero ahora no es posible debido a la pandemia.

"Dado que los países cerraron las fronteras, los musulmanes, excepto por los ciudadanos turcos, ya no se pueden repatriar los cuerpos", dijo el presidente de Tahara.

Según cifras oficiales del Consejo Islámico Francés (CFCM), hay alrededor de 300 plazas, cada una con alrededor de cien lugares, en todo el país. Dado al número estimado de musulmanes de 5 millones, estos lugares no son suficientes para enterrar a los difuntos con dignidad.

Sin embargo, Francia ha registrado 26.383 muertes debido al coronavirus hasta el momento, incluidas las de muchos musulmanes.

Para compensar la saturación de las morgues, el Gobierno francés decidió transformar el icónico Mercado Rungis en París en una morgue temporal. Del mismo modo, por falta de espacio en las plazas musulmanas, muchos cuerpos esperan en refrigeradores.

Según Akrack, los musulmanes deberían haber tomado las medidas necesarias mucho antes ya que, durante años, en lugar de pedir a los ayuntamientos que solucionen este problema, los musulmanes de Francia han preferido repatriar los cuerpos de sus familiares a sus países de origen.

Como resultado, el presidente se entristece al ver que en la actualidad "cientos de cuerpos todavía están en refrigeradores y almacenes frigoríficos por falta de lugares".

El presidente de la asociación pide a las autoridades que aumenten la capacidad de las plazas musulmanas y que abran plazas musulmanas en cada provincia.

En abril, el CFCM ya habían alertado sobre la dramática situación de las familias musulmanas afligidas por la muerte de sus seres queridos y solicitaron al presidente francés, Emmanuel Macron, que se ocupe del asunto.

Tras esta iniciativa, algunos ayuntamientos acordaron abrir nuevas plazas o ampliar las existentes.

La enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) es una afección respiratoria que se puede propagar de persona a persona. Se identificó por primera vez en un brote en Wuhan, China, en diciembre pasado y se ha extendido a cerca de 210 países y territorios.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote como una pandemia global el pasado miércoles 11 de marzo.

De los 4,2 millones de casos que han sido confirmados, más de 1,5 millones se han recuperado, mientras que las muertes superan las 286 mil, según los datos recopilados por Worldometer, considerado uno de los mejores sitios web de referencia para seguir las estadísticas de la pandemia.

Las naciones donde más víctimas ha dejado el coronavirus son: Estados Unidos, con más de 82 mil; Reino Unido, con más de 32 mil; Italia, con más de 30.700 muertos; y España y Francia, con más de 26 mil cada uno.

En Latinoamérica, la lista de personas fallecidas por COVID-19 la lidera Brasil, con más de 11.500. Le sigue México con más de 3.400; Ecuador con 2.145 y Perú con 1.961.

A pesar del creciente número de casos, la mayoría de las personas infectadas sufre solo síntomas leves y se recupera.

Ver también: ONU: la pandemia de Covid-19 ha desatado un tsunami de odio y xenofobia.

*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.