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Nepal: 13 años después de que terminó la guerra civil, las víctimas esperan justicia

Nepal no investiga las violaciones de derechos cometidas durante la guerra civil, señalan los grupos de derechos humanos.

Sorwar Alam  | 14.07.2019 - Actualızacıón : 15.07.2019
Nepal: 13 años después de que terminó la guerra civil, las víctimas esperan justicia La organización Foro para las Mujeres, la Justicia y Desarrollo (FWLD, por sus siglas en inglés), un grupo de defensa de derechos humanos, organizó una exposición fotográfica que mostraba los impactos de la guerra civil en Nepal y los relatos de supervivencia y brutalidad. (Archivo Agencia Anadolu)

ANKARA

Prakash Chaudhary, de 32 años, recuerda vívidamente el día en que su hermana adolescente fue asesinada hace 18 años en una explosión fuera de su casa en el distrito de Dang, en el sudoeste de Nepal.

El 11 de mayo de 2001, en la cima de la insurgencia maoísta, la explosión golpeó a la alumna de quinto grado y a su primo cuando jugaban en su patio. El primo de Chaudhry sobrevivió al ataque, pero su hermana de 14 años murió en el acto.

"En ese momento, estábamos atrapados por el miedo. Los combatientes maoístas frecuentaban nuestra casa para pasar la noche. La Policía también vino a preguntar por ellos", recordó Chaudhry, quien es coordinador de un grupo de víctimas del conflicto, en Dang.

Chaudhry estuvo encarcelado durante tres meses en 2001 y fue presuntamente torturado por las fuerzas de seguridad.

Dieciocho años han pasado y los hechos de entonces sirven como un recordatorio doloroso del precio que pagó la gente como Chaudhary en los 10 años de guerra civil nepalí, que terminó después de un acuerdo de paz entre el gobierno y los insurgentes maoístas en 2006.

La guerra dejó más de 17.000 personas muertas. Otras 1.530 personas desaparecieron y más de 8.000 resultaron heridas o sufrieron discapacidad física.

Los exrebledes han liderado o se han convertido en parte del gobierno en Katmandú en varias ocasiones.

A pesar del acuerdo de paz y la promesa de investigar los crímenes de guerra (ejecuciones extrajudiciales, torturas y violencia sexual durante la guerra), ningún perpetrador ha sido castigado.

Creciente frustración

Sabin Shrestha, director ejecutivo de la organización Foro para las Mujeres, la Justicia y Desarrollo (FWLD, por sus siglas en inglés), un grupo de defensa que organizó una exposición fotográfica que mostraba los impactos de la guerra en las masas y los relatos de supervivencia y brutalidad, dijo que el proceso de justicia transicional no ha abordado las quejas de las personas afectadas por la violencia.

"La guerra terminó pero su trauma permanece intacto", señaló Shrestha.

En 2015, el gobierno creó dos comisiones: la Comisión de Investigaciones sobre Desapariciones Forzadas y la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, para investigar las violaciones de derechos humanos cometidas durante la guerra.

A pesar de haber recibido más de 60.000 quejas de violaciones de derechos humanos por parte de las familias de las víctimas y sobrevivientes, las comisiones hasta ahora no han procesado a nadie.

Piden justicia

Grupos de derechos humanos, incluido Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, han criticado a Nepal por no cumplir con los estándares internacionales con respecto a la justicia transicional.

"Las comisiones volverán a fallar a menos que Nepal garantice que la ley establezca justicia adecuada para investigar y castigar las graves violaciones ocurridas durante el conflicto", dijo Meenakshi Gangult, directora de HRW en el sur de Asia.

"Durante 12 años y contando, los gobernantes de Nepal han tratado de convencer a las víctimas del conflicto para que acepten un proceso de justicia transicional diseñado principalmente para proteger a los responsables de los abusos", dijo la funcionaria en una declaración en abril.

Algunos sobrevivientes, como Tulasa Pathak, de 56 años, han perdido la esperanza de que alguna vez obtendrán justicia.

Los problemas para ella comenzaron poco después de que las fuerzas de seguridad desaparecieran a su marido de 60 años, luego de que fuera arrestado en 2004 en Kohalpur, una pequeña ciudad en el suroeste del país.

“Mi esposo era un partidario maoísta. Estábamos trabajando en nuestro campo un día cuando la Policía vino a buscarlo. Lo arrestaron tres veces. No he sabido nada de él desde su último arresto", señaló Pathak.

Ella dijo que no tenía sentido narrar sus sufrimientos otra vez, ya que eso no devolverá a su esposo.

“Para mí todo está oscuro. Lo buscamos por todas partes, pero no hay rastro de él", agregó.

Pero el activista de derechos Shrestha, director ejecutivo de FWLD, dijo que la defensa de las víctimas era necesaria para curar las heridas de la guerra.

"Muchos sobrevivientes no pueden pagar los medicamentos porque no tienen un ingreso estable. Los gobiernos locales deben abordar estos problemas para minimizar la difícil situación de los sobrevivientes", enfatizó.

*Juan Felipe Vélez contribuyó con la redacción de esta nota.

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