Museo chileno conmemora los 60 años del mayor terremoto de la historia
La ciudad chilena de Valdivia soportó un terremoto de magnitud de 9,5 en la escala de Richter el domingo 22 de mayo de 1960.
Terremoto en Chile. (Andres Miranda Munizaga - Agencia Anadolu)
BOGOTÁ
El Museo de la Niebla de Chile reveló unas fotografías inéditas que muestran parte de la fiereza del terremoto sucedido en la ciudad chilena de Valdivia, el domingo 22 de mayo de 1960, considerado como el más fuerte en la historia de la humanidad.
Las fotos muestran monumentos y viviendas destruidas, puentes partidos por la mitad y barcos perdidos en medio del río de la ciudad después de haber sido desplazados por olas que alcanzaron los 10 metros.
El terremoto ha sido clasificado con una magnitud de 9,5 en la escala de Richter, un dato sin precedentes y que nunca más se ha repetido.
El Museo describe en la exposición que el sismo del 22 de mayo de 1960 marcó el devenir del territorio del sur de Chile para siempre. “No existe sureño antiguo cuya vida no haya tenido un antes y un después del evento natural que liberó energía terrestre superior a todo registro existente”, precisa.
Ver también: Chile conmemora los 10 años del terremoto que devastó al país.
“Conmemorar los 60 años del terremoto de 1960 de manera virtual fue el desafío que asumió la Dirección Regional del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural en Los Ríos, dada la contingencia sanitaria por COVID-19”, detalla el Museo.
El relato de María Inés Anwandter Haverbeck, sobreviviente del terremoto, acompaña la exposición. Detalla que tenía 15 años aquel 22 de mayo y que se encontraba en su casa de campo en Los Lagos, a 50 kilómetros de Valdivia.
“Después de almuerzo, un día soleado, salimos a hacer una caminata. Estábamos entrando a un potrero donde había vacas pastando. Nos llamó la atención que comenzaron a correr en círculo con las colas al viento. A los pocos segundos comenzó el movimiento telúrico que no pararía en 14 minutos más o menos”, afirma Anwandter Haverbeck.
La sobreviviente describe que los “cercos se ondulaban y la tierra daba la impresión que se licuaba, como mover un macetero con arena. Nadie podía sostenerse en pie”.
“Al día siguiente nos dimos cuenta que en la vista de la casa, de lindos potreros con animales pastando, ahora se veía agua. Mi abuelo había perdido la mitad del campo. La tierra había bajado dos metros. Por varios días el agua subía y bajaba por horas, arrastrando todo tipo de escombros. Después supimos que hubo un tsunami destructivo”, relata Anwandter Haverbeck.
La cifra de muertos que dejó el terremoto más fuerte de la historia se estima en al menos 2.000, aunque hay organizaciones locales como el Instituto para la Resiliencia ante Desastres que estima que fueron 5.700 las víctimas fatales.
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