Multas, cárcel y cadena perpetua: las nuevas leyes contra los opositores que conmocionan Nicaragua
Una nueva ley aprobada por el Parlamento cierra la posibilidad para que los opositores puedan participar en las elecciones de 2021 y acrecienta la crisis política que atraviesa este país centroamericano.

MANAGUA, Nicaragua
Por: Wilfredo Miranda Aburto
Horas antes de que la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, tildara de “traidores de la patria” a los opositores de este país centroamericano en un discurso televisado este 21 de diciembre, el Parlamento leal al Ejecutivo sandinista aprobó una ley que anuló las posibilidades electorales de la oposición de cara a los comicios generales previstos para noviembre de 2021.
Ninguno de los críticos considerados “golpistas” podrán postularse a un cargo de elección popular, acrecentando de esta forma la crisis sociopolítica que esta nación atraviesa desde hace más de dos años.
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Las elecciones de 2021 son consideradas claves para definir la crisis nicaragüense, que inició con las protestas sociales en 2018 y que derivaron en una “masacre” con más de 325 asesinados, según organismos de derechos humanos.
Unas elecciones competitivas y que puedan ser auditadas han sido consideradas tanto a nivel nacional como internacional como la mejor resolución del conflicto, marcado por graves violaciones a los derechos humanos cometidos por la Policía y grupos paramilitares señalados de obedecer al presidente Daniel Ortega y a su esposa.
No obstante, el Gobierno ha ignorado todas las demandas de una reforma electoral a fondo que dote de credibilidad al controvertido sistema. Pero con la inhabilitación de los opositores por ley, Ortega anula por completo todo viso de una elección competitiva y reafirma su deseo de perpetuarse en el poder.
La "Ley de defensa de los derechos del pueblo a la independencia, la soberanía y autodeterminación para la paz”, aprobada con 70 votos, señala que los opositores “serán traidores a la patria, por lo que no podrán optar a cargos de elección popular, esto sin perjuicio de las acciones penales correspondientes establecidas en el Código Penal de la República de Nicaragua, para los actos de traición, los delitos que comprometen la paz, y los delitos contra la Constitución política de la República de Nicaragua”
Estos delitos considerados “traición” son, según las palabras de la vicepresidenta Murillo, la organización política de la oposición, el llamar a protestas sociales y gestionar sanciones internacionales contra personeros del Gobierno acusados de corrupción y violación a los derechos humanos. Los opositores que son tildados como “golpistas” son aquellos que “celebran sanciones de Gobiernos extranjeros” y son “financiadores de golpes de Estado”. Ellos no podrán “optar a cargos de elección popular”.
Lo que más le estorba a Ortega, según él mismo lo ha expresado en diversos discursos, es la imposición de sanciones internacionales. Los Gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Suiza han sancionado a varios funcionarios y operadores del Gobierno. Tan solo Washington ha sancionado a más de veinte funcionarios y allegados del régimen, entre ellos la esposa de Ortega y vicepresidenta, Rosario Murillo, y tres de sus hijos: Rafael, Laureano y Juan Carlos Ortega Murillo.
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“Es una patraña”
Esta nueva ley se une a un tridente de leyes aprobadas en 2020 encaminado a desarticular a la oposición y acallar a la disidencia -incluidos los periodistas que según el gobierno publiquen "noticias falsas"-, mediante un sistema de multas, penas de prisión de hasta ochos años y también cadena perpetua. Según los críticos, lo que el Gobierno sandinista ha hecho con estas leyes (ley de Ciberdelitos, Agentes Extranjeros que penaliza el financiamiento y ley de Cadena Perpetua) es instalar un andamiaje jurídico para dar cabida a su retórica antioposición.
“La más reciente ley parece estar sacada del recoveco de lo más absurdo. Es una iniciativa que muestra a una dictadura arrinconada, que busca cualquier artimaña para detener su inminente derrota en un escenario electoral”, dijo a Agencia Anadolu Felix Maradiaga, un líder opositor asediado día y noche por la Policía.
“Es una patraña que inhibiría a miles de personas en Nicaragua dado que los opositores hemos pedido al unísono sanciones focalizadas para quienes han cometido crímenes de lesa humanidad. Esas leyes son espurias, porque hay un repudio generalizado del pueblo contra el Gobierno”, añade.
Según Maradiaga, aunque el Gobierno quiera realizar “un circo electoral”, será “desconocido por la comunidad internacional”. De hecho, la comunidad internacional reaccionó casi de inmediato a la aprobación de esta nueva ley.
“La ley de restricción de candidatos de Ortega es opuesta a la reforma electoral y otro intento burdo de mantenerse en el poder. En vez de brindar igualdad de condiciones, niega a la oposición la oportunidad de postularse para un cargo y al pueblo el derecho a elegir a sus líderes”, expresó Michael Kozak, secretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
La secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA), tutelada por Luis Almagro, también emitió un comunicado condenando el cerco a los opositores impuesto por Ortega. “El gobierno de Nicaragua, a través de este tipo de actos, le negaría al pueblo nicaragüense el derecho a elegir libremente a sus representantes, transformando los comicios de 2021 en una imposición en lugar de una elección”, aseguró la oficina de Almagro.
“La Secretaría General de la OEA llama al gobierno a derogar la Ley en cuestión, y reitera su llamado a que inicie un proceso con los diversos actores políticos y sociales del país, para emprender las reformas electorales necesarias, que garanticen elecciones libres, justas y transparentes”, agrega.
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Mientras la Navidad se avecina, el estado policial continúa en Nicaragua. Las viviendas de los opositores son cercadas, otros son detenidos sin justificación y el Gobierno se niega a liberar a los presos políticos en las prisiones. Los miles de oficiales de las fuerzas especiales desplegados en todas las ciudades del país contrastan con los discursos de la vicepresidenta que habla de paz, pero que al mismo tiempo arremete contra sus críticos.
“Traidores a la Patria. ¡Cómo los conocemos! Cómo sabemos de su odio, de su servilismo, además a intereses foráneos. Cómo sabemos de su vergonzosa esclavitud… Esclavos, esclavos de los Imperios. Al silbato del Amo ahí van; se movilizan, como las manadas, al silbato del Amo (sic)”, dijo Murillo este lunes, avivando las leyes aprobadas para su Gobierno, que para los opositores resultan draconianas.
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