Mujeres etíopes se enfrentan a penurias en el exterior para sostener a sus familias
Más de 100.000 etíopes han migrado a países árabes en búsqueda de una solución a sus problemas financieros.

Addis Abeba
Rostros que alientan con sonrisas genuinas, ojos por los que brotan rayos de alegría, y corazones que anhelan su patria son lo que caracteriza este viaje desde El Cairo hasta Adís Abeba.
“Estamos disfrutando de nuestra libertad”, comenta Amelework Asnake, quien partió de Etiopía hasta Arabia Saudita debido a la “pobreza abrumadora” que enfrentó con su familia cuando vivía en Bahirdar, una ciudad al norte de su país.
Hay más de 100.000 trabajadores migrantes etíopes en países árabes, según un informe del Overseas Development Institute (ODI), un grupo internacional de expertos con sede en Estados Unidos. De acuerdo con el informe, los migrantes a menudo regresan a sus hogares con traumas aterradores.
“Tengo cinco hermanos pequeños. Mi padre está muerto, por lo que toda la responsabilidad depende de mí”, explicó Asnake, lamentando el deterioro de la salud de su madre.
Asnake, de 28 años, se distinguió como estudiante con sus altas calificaciones, aunque se vio obligada a abandonar la escuela secundaria debido a la difícil situación de su familia.
“Mis sueños eran grandes, pero a veces, tus prioridades pueden cambiar debido a situaciones [difíciles] y yo doy prioridad a mi familia” sostuvo la migrante.
“No somos mujeres frenéticas ni mujeres sin sueños, sino valientes que les dan una oportunidad para que los sueños de sus hermanos y hermanas jóvenes se hagan realidad”, dijo otra migrante en Dubái que pidió no ser identificada.
Muchos de los etíopes que prueban suerte en otros países están sacrificando sus mejores años en lo que puede considerarse como la esclavitud moderna.
“[La] aspiración de trabajar en el extranjero está generalizada en Etiopía”, dice Mohammed Ali Mussa, un experto en migración en Etiopía.
El experto agregó que la razón principal de esto es la alta tasa de desempleo que empujaba a los etíopes a buscar oportunidades de empleo para poderse sostener a ellos mismos y a sus seres queridos.
Una trabajadora migrante, Semira Detemo, que desde Etiopía llegó a Bahréin, destacó que también era fundamental abordar las violaciones básicas de los derechos humanos.
De acuerdo con Detemo, “obtener [una] comida adecuada a veces puede ser solo un sueño”.
"Me dijeron que enseñaría idiomas allí [Bahréin], pero yo era una simple ama de casa”, lamentó Detemo, quien obtuvo su Maestría en Trabajo Social en la Universidad de Adís Abeba.
Mulu, quien regresó a su país desde las áreas rurales del Líbano después de dos años y medio, comparte una historia similar a la de Detemo.
Ella le dijo a la Agencia Anadolu que sus empleadores la privaron de su salario hasta que amenazó con regresar a Etiopía.
“Solo hablé con mi familia dos veces desde que me fui de Etiopía”, relató Selamawit, una las mujeres que hicieron el arduo viaje hasta Líbano para encontrarse en un trabajo con un salario mensual promedio de USD 150, una cantidad menor que el mínimo en la mayoría de los países.
Selamawit dijo que no podía soportar presenciar la lucha “continua” e “insoportable” de sus padres en el actual ambiente económico del país, y así se fue de casa para ayudar con la carga.
Cuando se fue apenas era una adolescente, Selamawit estaba ansiosa por continuar su educación con la esperanza de que la situación en su país y su familia fuera más favorable.
Según el estudio del ODI, las agencias de tráfico ilegal y de empleados han existido durante mucho tiempo en Etiopía. Las mujeres, en particular, abandonan el país a través de traficantes con la esperanza de mejorar sus vidas trabajando por fuera del país.
El estudio sugiere que algunas acciones como establecer centros de rehabilitación y ofrecer empleos a aquellos que regresan a Etiopía para ayudar a mitigar el problema.
Aunque algunas personas pueden regresar al país, muchas otras están perdidas en medio de un desierto mientras intentan alivianar las dificultades que tienen que atravesar sus familias.
“Asegurémonos de que las mujeres y niñas puedan moldear las políticas, servicios e infraestructuras que generan un impacto en nuestras vidas. Y apoyemos a las mujeres y niñas que rompen barreras para crear un mundo mejor para todos”, declaró el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en su discurso con motivo del Día Internacional de la Mujer.
*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.
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