Millones de sirios refugiados y desplazados se preparan para celebrar la décima festividad del mes sagrado de Ramadán, Eid al Fitr, desde el comienzo de la guerra en marzo de 2011, en medio de unas condiciones de vida muy difíciles y la carestía.

En declaraciones a la Agencia Anadolu, Abu Hammud, padre de 11 hijos que se dedica a lavar coches en la ciudad de Idlib, dice que apenas gana 6.000 liras sirias al día (aproximadamente USD 11).

Abu Hammud es originario de la ciudad de Hama, pero los ataques del régimen de Bashar al Assad y sus aliados le obligaron a él y su familia a abandonar su hogar y desplazarse a Idlib.

Este lavador de coches se queja de que los precios de prácticamente todos los productos se han multiplicado 2-3 veces antes del comienzo del Eid al Fitr.

“Tengo que trabajar por las noches para poder cubrir las necesidades de mi familia. Una comida al día nos cuesta unas 4.000 liras sirias (USD 7). Una comida con pollo cuesta 15.000 liras sirias (USD 29). Antes un kilogramo de pollo valía 2.000 liras sirias (USD 3), ahora cuesta 12.000 (USD 23). Aunque trabaje día y noche no llego (a fin de mes). Hemos perdido nuestra casa. Para nosotros no hay Eid”, lamenta Abu Hammud.

Asegura que la única solución es poder volver a las casas y tierras que el régimen de Al Assad les ha expropiado.

Abu Fahid, padre de siete hijos y mecánico originario de Hama, dice que también tiene que trabajar por las noches para poder ganarse 5.000 liras sirias (USD 9) al día. “Antes nos íbamos de compras con los niños antes del Eid. Les comprábamos dos prendas, por si una se manchaba. Ahora nuestras posibilidades no nos lo permiten”, cuenta.

“Solo me quedaba dinero para comprarles un par de zapatos a los gemelos. Esperé a comprarlos y al cabo de dos días su precio se triplicó”, explica Abu Fahid. “Queremos volver a nuestro pueblo. Celebramos un Eid sin alma”, agrega el mecánico.

Por su parte, Abu Abdu Darwish, quien perdió a su esposa y a una de sus hijas en un bombardeo del régimen sirio y que ahora reside en un campamento para desplazados, afirma que la carestía dificulta aún más el Eid.

“Voy a tener que mendigar para poder comprarle algo a mis hijos. Todos (los desplazados) están acabados, no solo en este campamento, sino en todos los demás”, se queja Darwish.

Dice que reza para que todos puedan regresar lo antes posible a sus hogares, a sus tierras y consigan reunirse con sus seres queridos.

El conflicto sirio

Siria ha estado bajo una sangrienta guerra civil desde principios de 2011, cuando el régimen de Bashar al Assad tomó medidas represivas contra las protestas en favor de la democracia con una ferocidad inesperada.

Cientos de miles de personas han sido asesinadas y más de 10 millones desplazadas, según funcionarios de la ONU.

Se han firmado varios acuerdos de alto al fuego para la zona de desescalamiento de Idlib desde finales de 2018, acuerdos frecuentemente incumplidos por el régimen de Al Assad y sus aliados.

Idlib actualmente alberga 4 millones de civiles, incluidos cientos de miles desplazados internos por las fuerzas del régimen.

El 5 de marzo, Turquía y Rusia acordaron un alto al fuego para detener la lucha en la zona.

A pesar de los continuos esfuerzos diplomáticos, el régimen sirio, respaldado por Rusia, continúa las operaciones militares contra la oposición en el área.

*Daniel Gallego contirbuyó a la redacción de esta nota.