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Manifestantes de Myanmar piden a la comunidad internacional tomar medidas contra la junta militar

A pesar de la dura intervención del Ejército, las protestas continúan luego del golpe militar del pasado 1 de febrero.

Omer Faruk Yıldız  | 02.03.2021 - Actualızacıón : 03.03.2021
Manifestantes de Myanmar piden a la comunidad internacional tomar medidas contra la junta militar Se cumple un mes de protestas consecutivas en contra del golpe de Estado del 01 de febrero en Myanmar. (Agencia Anadolu)

Kuala Lumpur

Los manifestantes contra el golpe de Estado en Myanmar exigen que el mundo se pronuncie contra las actitudes antidemocráticas y la violencia de la junta militar.

Las protestas y acciones de desobediencia civil que se iniciaron el 6 de febrero luego del golpe militar del 1 de febrero se extendieron al país en poco tiempo y se volvieron masivas.

A medida que las manifestaciones crecieron, las fuerzas de seguridad aumentaron su violencia contra aquellos que protestan. El 15 de febrero, el Ejército de Myanmar salió a las calles para intervenir en las protestas y el 19 de febrero, murió el primer manifestante en los enfrentamientos.

El día siguiente, tres personas murieron en Mandalay por el impacto de balas reales del Ejército y el 28 de febrero 18 personas murieron en Rangún por disparos de bala y granadas por parte de las fuerzas de seguridad.

A pesar de la dura intervención del Ejército, las protestas continúan en el país.

Es imposible hacer un seguimiento del número de muertos y heridos

En declaraciones a la Agencia Anadolu, Izabella, una manifestante que dio este nombre por razones de seguridad, dijo que ha estado en las calles desde que comenzaron las protestas en Rengún, donde reside y trabaja en una tienda de accesorios para teléfonos.

Aseguró que las fuerzas de seguridad han aumentado considerablemente la violencia contra los manifestantes en los últimos días.

"La administración militar le paga a civiles para atacarnos y causar conflicto entre la población. Atacaron con piedras y palos a los trabajadores ferroviarios que llevan a cabo un paro laboral en Rangún. La Policía no hizo nada para protegerlos", agregó.

Izabella afirmó que no hay un flujo de información preciso sobre las muertes de los manifestantes en los medios de comunicación.

“Es imposible llevar un registro del número de manifestantes muertos, heridos y arrestados. Todos los días, decenas son arrestados frente a nuestros ojos. No podemos saber de muchos de ellos”, subrayó.

Al afirmar que ha acogido con satisfacción las sanciones contra el Ejército de Myanmar implementadas por Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, la manifestante dijo: "Si la comunidad internacional cree en los valores humanitarios, debería dar un paso concreto de inmediato. Todo el mundo debe sancionar las empresas pertenecientes al Ejército de Myanmar y congelar sus activos. De lo contrario, atestiguaremos más muertes".

Izabella enfatizó que también está preocupada por su propia seguridad como participante activa en las protestas.

"Los vehículos militares pasan constantemente por la calle donde se encuentra mi casa. No sabemos qué pasará mañana. Todos los ciudadanos tienen miedo a morir”, agregó.

Eruditos musulmanes hacen un llamado a apoyar las protestas sin utilizar la violencia

Otro manifestante de Rangún, que no reveló su nombre por razones de seguridad, insistió en que el mundo debería actuar frente a la crisis en Myanmar.

"Los ciudadanos musulmanes en el país condenan enérgicamente el golpe y participan en las protestas en casi todos los estados", aseguró y dijo que es comerciante y musulmán.

"Hay muchos maestros, académicos y trabajadores de la salud musulmanes formando parte de la desobediencia civil. Especialmente en Rangún, los ciudadanos de otros grupos religiosos y étnicos aplauden la determinación de los musulmanes a resistir el golpe", subrayó el activista.

Señaló que la junta militar intentó convencer a representantes de grupos étnicos y religiosos para que la apoyaran.

"Están tratando de enfrentar a musulmanes y budistas entre sí, tal como lo hicieron hace unos años, pero nadie les sigue el juego. Muchos eruditos musulmanes han hecho un llamado a apoyar las protestas sin hacer uso de la violencia", dijo.

El manifestante musulmán enfatizó que lo que ocurre en Myanmar es un problema relacionado con los derechos humanos y la democracia, y que las protestas incluyen miembros de todas las creencias.

*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.

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