Anud Soleiman, madre de cinco hijos, lucha cada día una batalla por la supervivencia en uno de los campamentos de desplazados en Idlib, Siria. 

Anud, de veinticinco años, vive con sus cinco hijos en una tienda improvisada hecha de mantas. Debido a los intensos ataques del régimen de Bashar al Assad y las fuerzas rusas, tuvo que abandonar su hogar hace cuatro meses y refugiarse en uno de los campamentos en la zona rural de Idlib.

Soleiman es en realidad de Hama pero a tenido que cambiar cuatro veces de ciudad debido a la guerra.

Su familia no tienen acceso a las necesidades básicas de supervivencia. En su carpa no tienen siquiera una estufa para cocinar ni camas para dormir.

Debido a la guerra, esta mujer no consigue proporcionar suficiente comida y mantener calientes a sus hijos en el campamento azotado por el frío y el barro.

Su esposo vive lejos debido a su trabajo por lo que Soleiman tiene que cuidar sola a sus hijos la mayoría del tiempo y sobrevivir con la ayuda de su hermano mayor, quien vive en la tienda de al lado.

Esta madre sueña con el dia en que pueda volver a su casa y a su vida normal.

Turquía y Rusia acordaron en septiembre de 2018 convertir Idlib en una zona de desescalamiento en la que los actos de agresión están expresamente prohibidos.

Desde entonces, más de 1.300 civiles han muerto en ataques del régimen y las fuerzas rusas en la zona. Una clara violación del alto al fuego según organizaciones internacionales.

Más de 1 millón de sirios han sido desplazados hacia la frontera turca debido a los intensos ataques del año pasado.

Según la Coalición Nacional para las Fuerzas Revolucionarias y de Oposición Siria, la provincia de Idlib alberga alrededor de tres millones de civiles, el 75% de ellos mujeres y niños.

Siria ha estado encerrada en una guerra civil despiadada desde principios de 2011, cuando el régimen de Bashar al Assad tomó medidas enérgicas contra las protestas en favor de la democracia con una ferocidad inesperada.

*Traducido por Aicha Sandoval Alaguna.