Médicos Sin Fronteras: “Los mexicanos tienen una resiliencia gigante”
La organización envió 60 personas para apoyar a México tras el terremoto de 7,1 que sacudió al país este martes.

Bogotá
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF), que recibió el Premio Nobel de Paz en 1999 y que asiste a países con desastres medioambientales o en conflictos bélicos, envió a México 60 personas distribuidas en ocho equipos de apoyo tras el terremoto de 7,1 del pasado martes.
Para entender cómo está trabajando la organización en territorio mexicano, qué ayuda está prestando a los damnificados y cuál es la visión de uno de sus líderes frente al desastre, la Agencia Anadolu habló con el colombiano Henry Rodríguez, jefe de misión de MSF México.
Tras la catástrofe que ha dejado unos 250 muertos y más de 1.000 damnificados, ¿cómo está la capacidad de resiliencia de las personas?
Pues es bastante llamativo porque hemos recibido una respuesta gigante de la gente, la solidaridad en general de todos los mexicanos, independiente del estrato o de su profesión, es impresionante; todos los centros de acopio están llenos de voluntarios. Las personas han mostrado una capacidad notable de superar estas circunstancias traumáticas.
¿Cómo están ayudando a las víctimas y a sus familias para sobrellevar la crisis?
Nosotros tratamos de cubrir espacios que no estén siendo atendidos por las organizaciones gubernamentales o los entes de emergencia del país para no duplicar esfuerzos.
Tenemos una flexibilidad bastante grande para apoyar a las personas, sobre todo en la parte psicosocial que generalmente no se atiende en estos momentos de calamidad.
Estamos valorando las necesidades de la gente y tratando de reaccionar, a medida que avanzan los días, a los traumas que muchas veces no son físicos sino mentales.
¿Cuáles estados de México ha intervenido MSF?
Desde el terremoto del pasado 7 de septiembre tenemos dos equipos en Oaxaca; hay cuatro equipos en diferentes sectores de la Ciudad de México; tenemos otro en Morelos, el estado colindante a la capital, y el último, en Puebla.
Los miembros de MSF están analizando las necesidades médicas y psicológicas porque el objetivo es ayudar a la población donde hay mayor cantidad de estructuras colapsadas.
Los servicios públicos fueron cortados en algunas ciudades y los cuerpos que no han sido rescatados comenzaron su proceso de descomposición, ¿estos factores pueden ser el caldo de cultivo para una epidemia en México?
Sí, se han presentado cortes de varios servicios públicos, pero por precaución: como la suspensión del gas por las fugas que generaron incendios en algunos barrios de la Ciudad de México. El agua también se cortó por prevención para evitar inundaciones.
Por ahora es muy temprano para hablar de epidemias por cuenta de los cuerpos que no sean rescatados, apenas es el segundo día desde el terremoto y no pienso que esto pueda generar tal crisis. Además, no se ha llegado a un estimado de los cadáveres que están entre las estructuras afectadas.
Desde su experiencia cómo podría catalogar este desastre, ¿es uno de las más considerables en términos de destrucción?
No sé. A nivel de impacto sí ha sido grande porque el foco destructivo fue en la capital de México, que como sabes es altamente poblada. Aunque he estado en lugares con mayor afectación, pero debido al pobre cubrimiento mediático no se ha evidenciado toda su magnitud. La dimensión de este desastre es moderada. He llegado a lugares donde el impacto ambiental fue más fuerte.
¿Cuáles son las prioridades médicas en México?
Sin duda el rescate de personas atrapadas y atender a los heridos de gravedad. Luego viene la parte de la salud mental, que es uno de los espacios que nosotros como organización debemos trabajar.
La gente queda muy golpeada psicológicamente porque en el transcurso de los días acusan más cansancio y porque finalmente con el tiempo se manifiesta el duelo en el que asimilan todo lo que perdieron.
¿A cuantas personas han atendido?
No tenemos un balance exacto, no te puedo dar el número.
MSF está ofreciendo asistencia médica primaria en lugares que ni el Estado puede intervenir, ¿Cómo es el despliegue de los equipos para llegar esas zonas?
Todo parte desde los cinco centros operacionales que están en Europa, cada uno tiene una célula de respuesta a emergencias que está constantemente monitoreando los desastres naturales o los conflictos en el mundo, así podemos identificar aquellos países donde MSF tiene que llegar.
También tenemos misiones de campo que permiten un apoyo más efectivo para prestar ayuda. Siempre existe la responsabilidad de responder a cualquier emergencia. Los equipos en campo tienen que estar prestos para esos llamados.
¿Siente miedo cuando asiste a un lugar devastado por fenómenos naturales?
Sí, la verdad es que siempre se siente miedo. Obviamente, por más preparación que tengas, sientes temor. Es lo mismo que cuando acudes a una guerra para ayudar a las víctimas o desplazados. Es normal, no somos extraterrestres. Espero seguir sintiéndolo para poder entender la dimensión del problema.
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