'Los preparativos de Birmania para el retorno de los musulmanes rohinyás son insuficientes'

Según el informe "Mapping conditions in Rakhine State" publicado este miércoles por el Instituto Australiano de Política Estratégica (IAPE), los preparativos del gobierno de Birmania para el regreso en septiembre de los musulmanes rohinyá no son suficientes. La mayor parte de los asentamientos destruidos en la violencia de 2017 no han sido reconstruidos y, por el contrario, han sido usados para ubicar nuevas bases militares y centros de acogida que se asemejan a prisiones.

ASPI, con sede en Australia, realizó el informe basándose en imágenes satelitales tomadas entre diciembre de 2018 y junio de 2019. Los resultados de la investigación muestran que a pesar de que las autoridades de Birmania declararon que hicieron la suficiente preparación para el regreso de los rohinyás refugiados en Bangladesh. En los mapas se observan que 320 de los 392 asentamientos rohinyás destruidos en 2017 en Birmania no tienen señales de haber sido restaurados. 

El Centro Internacional de Política Cibernética revisó los datos del Programa de Aplicaciones Operacionales de Satélites de las Naciones Unidas (UNOSAT) , así como datos de fuentes públicas y nuevas imágenes satelitales, para evaluar el estado de los asentamientos quemados, dañados o destruidos en la provincia de Rakáin en 2017. 

El informe señaló que no había signos de reestructuración en más de 320 asentamientos, por el contrario, el 40% fue destruido e indicó. El gobierno de Birmania solamente construyó o amplió 45 campos para el retorno de los musulmanes rohinyás que se refugiaron en Bangladesh. Las autoridades birmanas, además, construyeron o extendieron seis instalaciones militares en los antiguos asentamientos rohinyás; se encontraron también señales de que estas instalaciones militares son de "uso doble": se usan como centros administrativos y también tienen zanjas de defensa, pistas para helicópteros y entradas protegidas. 

Además de las imágenes de UNOSAT, el informe indicó que se identificaron al menos 58 asentamientos destruidos en 2018, un año después de los desplazamientos del lugar. También informó que las imágenes satelitales proporcionaron datos de que otros asentamientos fueron destruidos en 2019. 

Por otro lado, el informe citó fuentes de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) sobre el tema, afirmando que la aldea de 50 edificaciones de Aung Zan, ubicada a pocos kilómetros de la frontera de Rakáin con Bangladesh, fue quemada en gran parte en 2017 y la única nueva edificación construida fue un puesto de control de la Policía Fronteriza. 

El informe señaló que el año pasado fueron demolidos algunos asentamientos en algunas áreas remotas y que con la excepción de la edificación de la Policía de Seguridad Fronteriza, todas las edificaciones de la aldea de Aung Zan fueron destruidas casi por completo en los primeros tres meses de 2019. 

Las imágenes satelitales contradicen que el gobierno de Birmania haya hecho preparaciones para el retorno seguro y digno de los musulmanes rohinyás. 

Además, el reporte subrayó que muchas de las áreas preparadas para el regreso de los musulmanes rohinyás son campamentos de alta seguridad parecidos a centros de detención. El Centro de Recepción Taung Pyo Letwe, por ejemplo, parece una prisión al aire libre debido al ser un área cercada de 10.000m2 y con seis torres de observación. 

El reporte subraya que el mismo Centro de Recepción tiene cinco áreas diferente y que entre los edificios administrativos se encuentran secciones militares, las cuales probablemente sean estructuras pertenecientes a la Policía de Seguridad Fronteriza para hacer seguimiento a los refugiados que regresen. Adicionalmente registró que 300 metros al sur del centro en 10 acres de terreno hay dos grandes bases militares, importantes zanjas de defensa y una inmensa red de comunicación.

En el informe se pide a la comunidad internacional que se esfuerce por encontrar la mejor solución para un futuro seguro, digno y sostenible para los musulmanes rohinyás. 

Amnistía Internacional declaró en un comunicado escrito este mes que "Birmania no es un lugar seguro para el regreso de los musulmanes rohinyás". 

Los derechos de esta etnia, como la igualdad, la nacionalidad, la libertad de movimiento, el acceso a la atención médica, la educación y el empleo, continúan siendo sistemáticamente negados por el gobierno de Birmania. 

Limpieza étnica de los musulmanes rohinyás

En Rakáin, hubo enfrentamientos entre budistas y musulmanes en 2012, miles de musulmanes fueron masacrados; cientos de casas y negocios fueron incendiados. 

El ejército de Birmania y los nacionalistas budistas organizaron ataques simultáneos el 25 de agosto de 2017 a las comisarías de la Policía Fronteriza de la región de Rakáin, iniciando hechos la violencia masiva. 

Según la ONU, después del 25 de agosto de 2017, el número de personas que huyeron a Bangladesh para escapar de la opresión y la persecución en Rakáin alcanzó los 745.000. Las organizaciones internacionales de derechos humanos han demostrado con imágenes de satélite publicadas, que cientos de aldeas han sido destruidas. 

Bangladesh, abandonó el acuerdo al que había llegado con Birmania para devolver a los refugiados rohinyás a su país de origen, debido a que El gobierno de Birmania no cumplió las promesas que hizo con respecto al regreso de los musulmanes rohinyás y restringe la entrada de los medios internacionales y las organizaciones de ayuda humanitaria a la región de Rakáin. 

La ONU y las organizaciones internacionales de derechos humanos consideran la violencia contra los musulmanes rohihyá como una "limpieza étnica" o "genocidio". 

A las organizaciones de derechos humanos les preocupa que el regreso de los musulmanes rohinyás a Birmania sin un entorno seguro, conduzca a una nueva campaña de limpieza étnica.

*Traducido por Aicha Sandoval.