Los autores de las atrocidades cometidas en Birmania contra musulmanes rohinyá, que son descritas como genocidio y una de las mayores tragedias humanitarias, serán llevados ante la justicia, según aseguró Justicia para la Minoría Rohinyá durante un panel en Londres.

Justicia para la Minoría Rohinyá (JFRM, por sus siglas en inglés) es un grupo diverso de abogados, académicos, activistas y profesionales que unen fuerzas en una campaña legal para enjuiciar a los responsables de crímenes de lesa humanidad en el estado Rakáin de Birmania, según Kyaw Win, jefe del grupo.

El JFRM fue lanzado durante el panel que fue organizado por el capitulo de Amnistía Internacional en el Reino Unido y contó con la asistencia de activistas y profesionales que están familiarizados con las atrocidades cometidas por Birmania.

Jason McCue, un experto británico en derechos humanos reconocido internacionalmente, expresó durante el panel que los rohinyá están decepcionados con que la comunidad internacional continue en la discusión sobre si lo que les ha sucedido es genocidio o no.

En declaraciones a la Agencia Anadolu, McCue dijo: "Este grupo ha dado el primer paso para decir: 'Vamos a cuidar de nuestro propio interés y ser activos en la búsqueda de justicia nosotros mismos, utilizando el estado de derecho' y su impulso al hacerlo, también impulsará a la comunidad internacional".

"Cuando tienes un grupo como este, que tiene partidarios, ímpetu y rectitud en su camino, ganará y acelerará tomando el asunto en sus propias manos", indicó McCue.

"Empezará a plantear preguntas ... y a obtener resultados, lo que avergonzará a la comunidad internacional para que tome medidas", agregó el representante.

El jefe del grupo señaló: "Lo que este grupo hará es asegurarse de que cada paso legal sea reevaluado y visto; y esa es la promesa de lo que vamos a hacer y ese es el objetivo".

Esfuerzo colectivo por la justicia

Kyaw Win, presidente y fundador del JFRM y director ejecutivo de la Red de Derechos Humanos de Birmania, sostuvo: "Este es un esfuerzo colectivo para lograr justicia para el pueblo rohinyá y creo firmemente que quizás algún día los perpetradores de este genocidio serán llevado a la justicia".

El activista le dijo a la Agencia Anadolu: "Como ven aquí, el mundo no ha tomado medidas contra el genocidio rohinyá y le hemos fallado al pueblo rohinyá".

Kyaw Win señaló: "Tenemos que trabajar más duro que antes, y una de las opciones que encontraremos aquí es la acción legal como jurisdicción universal".

Ben Emmerson, ex relator especial de las Naciones Unidas sobre lucha contra el terrorismo y los derechos humanos, participó en el panel.

Emmerson, quien actualmente se desempeña como juez de la Cámara de Apelaciones de los tribunales penales internacionales para Ruanda y la antigua Yugoslavia, dice que tiene que investigar los casos relacionados con el genocidio.

"Tengo el gran privilegio de que me hayan pedido que ayude a dar forma a la estrategia legal para esta campaña", dijo Emmerson.

Al explicar los detalles técnicos sobre la formación de una estrategia para llevar a los perpetradores ante la justicia, señaló: "El genocidio es una definición altamente subjetiva".

Emmerson subrayó: "Como resultado, como sucede a menudo, no es hasta después de un genocidio que alguien está dispuesto a llamarlo genocidio ... porque si usas la palabra g, estás obligado como un estado ... a tomar medidas, hasta incluyendo la acción militar para evitar la continuación del genocidio".

El juez dijo que durante el curso del conflicto de Ruanda, el Departamento de Estado de EEUU tuvo un debate sobre cómo evitar que alguien lo reconozca como genocidio, ya que tal reconocimiento los obligaría a poner tropas en el terreno.

"Y es por eso que se verá esa resistencia en el dominio público para cualquiera que reconozca que es un genocidio", explicó Emmerson. Añadió que los abogados independientes con acceso a organismos internacionales llamarían genocidio a lo que estaba sucediendo en Birmania.

El ex relator especial de la ONU resaltó que “la gente no abandona sus hogares en este tipo de números, 670.000 de una sola vez, a menos que algo terrible ocurra en el área de donde huyen”.

"Y ahí es donde el enfoque debe estar, en los crímenes que se cometen ... en una escala horrible", puntualizó.

Éxodo masivo

La profesora Penny Green informó sobre la situación de derechos humanos en Birmania y Bangladés. La académica es autora de los libros "Countdown to Annihilation: Genocide in Myanmar" y "Genocide Achieved, Genocide Continues: Annihilation of the Rohingya of Myanmar".

Nijam Uddin, secretario general de la comunidad británica rohinyá en el Reino Unido, y Kiri Tunks, jefe de la Unión Nacional de Educación, estuvieron entre los otros oradores del panel, moderado por la galardonada periodista y activista humanitaria Verónica Pedrosa.

Cerca de 750.000 rohinyá, en su mayoría niños y mujeres, huyeron de Birmania desde el 25 de agosto de 2017 tras una ofensiva de las fuerzas armadas en su contra, según Amnistía Internacional.

Médicos Sin Fronteras sostiene que al menos 9000 rohinyá fueron asesinados en el estado de Rakáin desde el 25 de agosto al 24 de septiembre de 2017.

En un informe publicado en diciembre pasado, Médicos Sin Fronteras informó que las muertes del 71.7% o 6.700 rohinyá fueron causadas por la violencia, incluidos 730 niños menores de 5 años.

Los rohinyá, descritos por la ONU como la población más perseguida del mundo, temen ser atacados desde que decenas de personas murieron en violencia comunal en 2012.

La ONU ha documentado violaciones colectivas masivas, homicidios, incluso de bebés y niños pequeños, brutales palizas y desapariciones cometidas por personal de seguridad birmano. En un informe, los investigadores de la ONU sostiene que tales violaciones pueden constituir crímenes de lesa humanidad.

*Carolina Zúñiga contribuyó a la redacción de esta nota.