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Los médicos lideran la disidencia contra el golpe militar en Myanmar

Los trabajadores de la salud en los hospitales gubernamentales están al frente de la campaña de protesta, algunos en huelga, mientas que otros han mantenido su oposición al régimen militar mientras continúan atendiendo a los pacientes.

Kyaw Ye Lynn  | 03.02.2021 - Actualızacıón : 04.02.2021
Los médicos lideran la disidencia contra el golpe militar en Myanmar Los médicos jóvenes de al menos 74 hospitales públicos han anunciado una huelga a partir del miércoles y afirmaron que no reconocen la legitimidad del gobierno militar. (Agencia Anadolu)

RANGÚN

Los médicos jóvenes de al menos 74 hospitales públicos de Myanmar han anunciado una huelga a partir del miércoles y afirmaron que no reconocen la legitimidad del Gobierno militar, instaurado tras el golpe de Estado.

Debido a los temores de represalias y violencia, no ha habido protestas callejeras en la nación del sudeste asiático contra la toma del poder por parte de los militares en los últimos tres días. Sin embargo, la gente parece haber elegido la desobediencia civil como forma de expresar su oposición al golpe.

Los trabajadores de la salud en los hospitales gubernamentales están al frente de la campaña de protesta, algunos en huelga, mientas que otros han mantenido su oposición al régimen militar mientras continúan atendiendo a los pacientes.

"Los médicos de Myanmar, que han estado soportando el duro golpe de la pandemia mundial COVID-19, no reconocen la legitimidad del Gobierno militar. Por lo tanto, dejamos de ir a hospitales que ahora están bajo el Gobierno militar ilegítimo", informaron en un comunicado conjunto.

También instaron a la comunidad internacional a no reconocer el régimen militar.

Una joven médica de un hospital público en Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar, dijo que seguirá atendiendo a sus pacientes, pero no en el centro médico.

“Me sorprendió y me molestó (el golpe). Por supuesto, también estoy aterrorizada, pero no puedo permitir que los militares nos hagan esto”, manifestó la médica a la Agencia Anadolu, solicitando el anonimato por temor a represalias.

“Entonces, les dije a mis pacientes que vinieran a casa cuando me necesitaran. Si es necesario, daré mis servicios puerta a puerta gratis”, agregó.

Resistencia y deber

Otros profesionales de la salud, como Min Than, un voluntario en un centro de tratamiento de COVID-19 en Rangún, han tomado una ruta diferente.

Como muestra de disidencia, Than y sus colegas han pintado mensajes en el equipo de protección personal que usan en el trabajo para condenar el golpe militar.

"No podemos tolerar que los militares derroquen al Gobierno legítimo", le explicó el especialista a la Agencia Anadolu.

“Sin embargo, creemos que sería injusto de nuestra parte abandonar a los pacientes. Por eso continuamos con nuestros deberes, solo para servir al pueblo. No nos inclinaremos ante este Gobierno militar”, sostuvo.

Than Min Htut, quien dirige un hospital público en la capital de la región de Ayeyawaddy, Pathein, también ha mantenido su deber de "ayudar a la gente".

"Sin embargo, llevo una cinta roja como muestra de resistencia", señaló.

Si bien puede que no esté entre sus filas, el médico principal expresó su comprensión hacia los trabajadores de la salud en huelga e instó a los pacientes a ver su punto de vista.

“Esto no se debe a que no nos preocupemos por ustedes (pacientes); realmente lo hacemos. Simplemente no podemos aceptar esta dictadura”, afirmó Htut.

"No lo piensan dos veces antes de dispararnos"

Las protestas de los médicos parecen estar en consonancia con el llamado de la consejera de Estado de Myanmar, Aung San Suu Kyi, a la resistencia no violenta ante la toma de poder de los militares.

"Insto a la gente a que no acepte el golpe de Estado y se resista rotundamente", expresó Suu Kyi en un comunicado emitido por su partido, la Liga Nacional para la Democracia (NLD, por sus siglas en inglés), luego de que fuera detenida el lunes por la mañana junto con otros altos funcionarios del Gobierno, incluido el presidente, Win Myint.

El pueblo de Myanmar no es ajeno a los regímenes militares represivos y se ha opuesto abiertamente a ellos en el pasado. Pero también son conscientes de cómo los movimientos públicos de masas contra las dictaduras en 1988 y 2007 fueron aplastados violentamente por el poderoso Ejército del país.

“Sabemos que no lo piensan dos veces antes de dispararnos. No tenemos miedo de ser asesinados o torturados, pero nos preocupamos por nuestro país y por las generaciones venideras”, señaló a la Agencia Anadolu un hombre de mediana edad que vive en el municipio de Lanmadaw en Rangún.

"Responder al golpe de manera agresiva probablemente pondrá a Myanmar en una situación más peligrosa", dijo el hombre, quien pidió no revelar su nombre.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.

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