Los increíbles túneles de sal rosa de Pakistán

La mina de sal de Khewra, que se encuentra entre Islamabad y Lahore, capital de Pakistán, fue descubierta por Alejandro Magno durante la campaña india cuando sus caballos enfermos lamieron las piedras que se encontraban allí y se curaron. La extracción de sal se remonta a este descubrimiento hecho por los caballos.

La base de la mina de sal actual, fue hecha durante el reinado del emperador mogol Akbar II.

La mina de sal de Khewra, también conocida como la mina de sal de Mayo, es la más famosa de la Cordillera de Sal, tiene aproximadamente 1 km de largo y cubre la mitad de la demanda anual de sal de Pakistán con 385 mil toneladas del producto.

De esta mina se extrae la sal del Himalaya, conocida por su color rosa y rojo, y que está compuesta en un 99% de sal pura. La mina de sal de Mayo es visitada por más de 300.000 turistas anualmente que llegan gracias a una línea de tren construida en la época colonial. El interior de la mina se puede recorrer tanto a pie como en vagones construidos para el transporte de rocas salinas.

La mina incluye miniaturas de famosos edificios paquistaníes hechos en cristal de sal. Dentro de las miniaturas, las cuales se hacen colocando lámparas dentro de rocas de sal por las cuales pasa la luz, están la famosa Mezquita del Sultán en Lahore, la ciudad de Murree, la Gran Muralla China y hay también bustos de hombres importantes.

En los túneles con el techo y las paredes en tonos rosados, también hay centros de tratamiento clínico, construidos con ladrillos hechos de sal.

Miles de personas acuden a estas pequeñas clínicas cada año para tratar el asma, la bronquitis, la inflamación del oído, la disnea y las alergias. Los procesos de tratamiento completamente libres de medicamentos, están bajo el control del Ministerio de Minería y Salud de ese país.

Fuera de la mina, también hay clínicas construidas con piedras extraídas de la misma. Los precios de las terapias varían y comienzan desde las 6000 rupias pakistaníes (alrededor de 37 USD).

Hoy en día, en la mina hay estatuas y modelos hechos de piedras rosadas y rojas, mientras que los recuerdos, las baratijas y las luces se venden fuera de esta.

Las grandes rocas salinas que sobresalen de la mina se convierten en sal de cocina y adornos en los talleres en la ciudad de Khewra.

Pakistán generó USD 51.6 millones en ingresos el año pasado a partir de las exportaciones de estos productos y de la sal rosa extraída de la mina. Esta cifra fue de USD 16 millones en 2014.

Según el Ministerio de Minería de Pakistán, la mina de sal de Khewra todavía tiene 600 millones de toneladas de reservas de sal. Se estima que esta cantidad puede llegar a ser de mil millones de toneladas en toda la Cordillera de Sal.

*Traducido por Aicha S. Alaguna.