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Los efectos de la pandemia: De la esperanza de mejorar el medio ambiente a la "basura responsable"

La pandemia de la COVID-19 y el confinamiento social impuesto en varios países provocaron cambios inesperados en el medio ambiente, algunos de ellos no tan positivos.

Juan Felipe Velez Rojas  | 12.09.2020 - Actualızacıón : 14.09.2020
Los efectos de la pandemia: De la esperanza de mejorar el medio ambiente a la "basura responsable" (Mehmet Eser - Agencia Anadolu)

Colombia

Por: Juan Felipe Vélez Rojas

El coronavirus, catalogado como el mayor desafío que enfrenta el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, obligó a varios países a imponer confinamientos nacionales, restringiendo la movilidad de millones personas, vehículos, buses y camiones.

El cambio en las actividades diarias trajo consigo efectos poco esperados, como la descontaminación del aire, la reducción en la contaminación auditiva y la disminución en el uso de combustibles fósiles.

Un estudio internacional de la organización Natural Climate change indicó una disminución en un 17% de las emisiones diarias de carbono entre enero y principios de abril, en comparación con los niveles promedio de 2019, una caída sin precedentes en la historia de la humanidad.

En Estados Unidos y China, los mayores emisores de carbono a nivel mundial, las emisiones disminuyeron en 207.000 kilos y 242.000 kilos, respectivamente, destacó el estudio, que resaltó que las restricciones en transporte, la disminución en las actividades industriales y en los viajes aéreos podrían impulsar una caída en las emisiones anuales de carbono de hasta un 7%.

Y es que según datos secretario general de la ONU, António Guterres, la contaminación atmosférica provoca unos siete millones de muertes prematuras cada año en el mundo. Además, según el jefe de la ONU, nueve de cada 10 personas respiran aire impuro, y la polución contribuye a la aparición de diversas enfermedades como las cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, el cáncer de pulmón y otros padecimientos respiratorios.

Otro de los efectos inesperados fue el retorno de algunos animales a hábitats de los cuales habían sido desplazados hace varias décadas por el ser humano. Cabras, jabalíes, ciervos y zorros caminando por las calles, delfines retornando a las costas, peces nadando en los canales de Venecia, Italia, fueron algunas de las inusuales imágenes captadas por las cámaras de las personas desde sus hogares, donde permanecieron confinadas por varias semanas, inclusos meses, en algunas naciones. 

Ver también: El mundo se vuelve más limpio a medida que disminuyen las emisiones de CO2 

Pero no todo ha sido bueno. La pandemia generó un fenómeno al que los expertos han llamado la 'basura responsable'. Para contener la expansión del virus y evitar el contagio entre las personas, se masificó el uso de las máscaras médicas, guantes de látex y batas, los llamados equipos de protección personal (EPP).

En una entrevista previa para la Agencia Anadolu, el director del Instituto Marino y profesor de biología marina en la Universidad de Plymouth, Richard Thompson, señaló que el papel de los plásticos para ayudar a reducir la propagación del coronavirus y mantener a las personas seguras era absolutamente claro.

"Estamos lidiando con el nuevo fenómeno de la 'basura responsable'. Ahora, la gente podría pensar que es mejor encontrarse con amigos al aire libre para un picnic, sentirse bien por no pasar botellas de cerveza, pero dejar atrás máscaras, guantes, vasos de plástico y utensilios (…) El problema está en la fase de diseño: el EPP se está utilizando claramente en entornos que nunca se anticiparon. La buena noticia es que el EPP en el mar se puede evitar totalmente si lo intentamos”, resaltó el experto.

Datos de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) señalaron que cerca del 75% del plástico generado por la pandemia (EPP) se convertirá en desechos que al final llegarán a los vertederos sanitarios y los mares.

Así mismo, la UNCTAD destacó el confinamiento y distanciamiento físico como otro generador de basura. Al estar obligados a permanecer en sus hogares, millones de personas recurrieron a los servicios de domicilio para adquirir una amplia variedad de productos (víveres, libros, juegos, entre otros), todos ellos envueltos en una gran cantidad de envases que luego se convertirán en basura.

Dado que se trata de un fenómeno nuevo, aún no hay estudios sobre cómo estos desechos pueden afectar a las criaturas marinas y al medio marino.

Según datos de las Naciones Unidas, cerca de un tercio de la humanidad (más de 3.000 millones de personas) dependen de los océanos como fuente principal de proteínas, y de la biodiversidad marina y costera para su propio sustento.

Sin embargo, los océanos, que cubren el 71% del planeta, están sufriendo cada vez más daños en sus ecosistemas debido a factores como el cambio climático, la contaminación por plásticos y aceites, así como por la sobrepesca.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la contaminación marina, que proviene en su mayoría de fuentes terrestres, ha alcanzado niveles alarmantes, con un promedio de 13.000 unidades de desechos plásticos por kilómetro cuadrado de océano. Esto, sin tener evidencia sobre cuántas nuevas toneladas de plásticos, provenientes de la pandemia, llegarán a los mares en los próximos meses.

Promover el paso de la economía gris a la verde

Ante el inminente aumento de las actividades económicas tras el paso de la pandemia, varias organizaciones como la ONU y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), entre otras, han recomendado pasar de una economía gris, basada en el uso de los combustibles fósiles, a una economía verde.

Ver también: ONU: contaminación atmosférica provoca unos 7 millones de muertes prematuras cada año en el mundo 

El jefe de la ONU ha resaltado que los virus, al igual que el efecto invernadero, no respetan las fronteras, y ha hecho énfasis en que deben eliminarse los subsidios a los combustibles fósiles y que quienes contaminen tienen que empezar a pagar por la contaminación generada.

"A medida que diseñamos e implementamos estos planes de recuperación, tenemos una opción. Podemos volver a donde estábamos, o podemos invertir en un futuro mejor y más sostenible. Podemos invertir en combustibles fósiles, cuyos mercados son volátiles y cuyas emisiones conducen a la contaminación del aire, o podemos invertir en energía renovable, que es confiable, limpia y económicamente inteligente”, señaló Guterres.

El secretario general destacó los bajos precios de la energía solar y eólica en comparación con el carbón en la mayoría de los países. Así mismo, el funcionario de la ONU resaltó la importancia de crear “nuevos trabajos y empresas mediante una transición limpia y ecológica”.

El objetivo de pasar de los hidrocarburos como fuente de energía a las energías renovales fue destacado por la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), que ha enfatizado que estas deben ser la columna vertebral para reiniciar las economías tras la COVID-19.

"Las energías renovables deben ser la columna vertebral de los esfuerzos nacionales para reiniciar las economías a raíz del brote de COVID-19. Con las políticas adecuadas, la caída de los costos de energía renovable, se pueden cambiar los mercados y contribuir en gran medida a una recuperación verde", resaltó el director general de IRENA, Francesco La Camera.

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