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Los desafíos a los que se enfrentan los periodistas en India para cubrir los estragos que deja la COVID-19

Se estima que unos 77 periodistas perdieron la vida solo en abril de este año durante la segunda ola de contagios que golpea al país, sumados a los 128 que fallecieron en 2020 luego de contraer el virus.

Syed Iftikhar  | 02.05.2021 - Actualızacıón : 03.05.2021
Los desafíos a los que se enfrentan los periodistas en India para cubrir los estragos que deja la COVID-19 India se convirtió en el primer país del mundo en reportar más de 400.000 casos de coronavirus en 24 horas. (İmtiyaz Khan - Agencia Anadolu)

Ankara

La reconocida periodista india Barkha Dutt estaba ocupada registrando los sufrimientos de las personas en los hospitales y los campos de cremación de su país, durante la segunda ola del coronavirus, cuando recibió la noticia de la muerte de su padre de 80 años.

“Yo misma me convertí en una historia y experimenté todo lo que había estado informando sobre las personas. Como si estuviera ahora del otro lado de la cámara”, expresó Dutt.

Como todos en India, Dutt tuvo que luchar para conseguir una ambulancia, un cilindro de oxígeno, suplicar por una cama en el hospital, a pesar de todas sus conexiones, y finalmente por un lugar para incinerar a su padre.

“Otras tres familias luchaban por ese lugar para presentar sus últimos respetos a sus difuntos. Estuve informando este día. El duelo nacional se había convertido en duelo personal”, dijo la periodista, quien también se desempeña como columnista de opinión en los diarios The Hindustan Times y The Washington Post.

De manera similar, cuando Suhasini Raj, una periodista que trabaja con la oficina de The New York Times en Nueva Delhi, estaba escribiendo una historia cuando recibió una llamada que indicó que algunos integrantes de su familia se habían enfermado y de que el nivel de oxígeno de su suegro estaba bajando.

“Mientras rastreaba y escribía una historia, tuve que alternar entre preguntar sobre la salud de mis seres queridos y buscar camas de hospital y oxígeno para los miembros de mi familia”, señaló en una reunión virtual organizada por el Club de Corresponsales Extranjeros de Asia del Sur (FCCSA, por sus siglas en inglés).

Hay innumerables historias que muestran desesperación entre los periodistas indios, que intentan combinar la cobertura de la segunda ola mortal de la pandemia con ayudar a sus propios familiares.

Las historias de periodistas que contrajeron la infección mientras realizaban tareas profesionales provienen de toda India. Según cifras provisionales publicadas por el Instituto de Estudios de Percepción (IPS, por sus siglas en inglés) y ubicado en Delhi, 77 periodistas perdieron la vida solo en abril, desde el inicio de la segunda ola de la pandemia.

Eso implica que, en promedio, dos periodistas han muerto todos los días durante el último mes. Durante el año pasado, 128 trabajadores de la comunicación murieron después de contraer el virus.

Pasando factura a los periodistas

Los canales y organizaciones de los medios de comunicación han estado trabajando sin descanso desde el inicio de la pandemia en India, tratando de recopilar y verificar el número real de muertes.

“Los periodistas no solo informan sobre la crisis de salud nacional, sino que la enfrentan a diario, lo que les ha pasado factura”, declaró Kota Neelima, autora y fundadora del IPS.

Kalyan Barooah, el jefe de la oficina del Assam Tribune, y su esposa periodista, Nilakshi, murieron hace unos días en un hospital de Delhi después de contraer COVID-19. La pareja dejó atrás a una hija adolescente. El mismo día, Anirban Bora de The Economic Times también perdió su vida por el virus.

Un día antes, falleció el periodista de televisión Rohit Sardana, de 41 años, que dio positivo por coronavirus. Kakoli Bhattacharya, que trabajaba con la oficina de Nueva Delhi del diario británico The Guardian, también murió.

Unos 30 periodistas han sucumbido ante la enfermedad infecciosa en Uttar Pradesh, la provincia más grande de India. Otros 19 murieron en el estado de Telangana, incluido el veterano periodista de Hyderabad (capital de Telangana) K. Amaranath, funcionario de la Unión de Periodistas de la India (IJU, por sus siglas en inglés).

Raj señaló que nadie estaba preparado para tal catástrofe en India, donde, según cifras oficiales, el recuento diario de coronavirus cruzó el sombrío hito de 400.000 contagios diarios y 3.500 muertes. La periodista reconoció el desafio de concentrarse en informar y luego no pensar en la familia.

Como muestra de la dramática situación también se conoció la historia de un periodista que recibió la noticia de la muerte de su esposa cuando estaba informando sobre la falta de suministro de oxígeno en los hospitales.

Fase difícil

Vikas Pandey, editor en India de la plataforma digital de la BBC, describió la cobertura de la pandemia como la fase más difícil en la historia del periodismo en India. Dijo que liderar la cobertura y luego recibir llamadas de amigos y familiares para solicitar camas, suministros de oxígeno y medicamentos estaba afectando psicológicamente a los periodistas.

“Hemos informado en las últimas fases difíciles, explosiones de bombas, ataques terroristas. Pero esto es algo que nos supera a todos, una fase muy difícil”, señaló Pandey, quien perdió a un primo por el virus.

Mahes Langa, que informa para el principal diario nacional The Hindu, del estado occidental indio de Gujarat, reveló que era estresante recibir llamadas de personas que pedían ayuda para acceder a respiradores artificiales. Indicó que solo en una semana, cuatro periodistas de alto rango murieron en el estado.

El experimentado periodista se quejó de la autenticidad de los datos, los cuales se convirtieron en un gran problema durante la segunda ola. Dijo que durante la primera ola que golpeó el país el año pasado, los funcionarios y las autoridades hospitalarias se comunicaron con datos y otros detalles.

“La autenticidad de los datos es ahora un gran problema. Los datos oficiales no reflejan la situación del terreno. Los funcionarios tampoco son accesibles y comunicativos ahora”, criticó. Pero señaló que las redes sociales han venido al rescate de periodistas como él.

“Sin las redes sociales, hubiéramos estado a oscuras. Obtenemos informaciones potenciales de las redes sociales y luego los verificamos antes de convertirlas en una noticia”, explicó Langa.

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Desafío único y serio

Durante el año pasado, Kashmir Life, un importante semanario popular ubicado en Srinagar, tuvo que cerrar su sala de redacción tres veces debido a infecciones. Actualmente, todo el personal, incluido el editor en jefe Masood Hussain, está en cuarentena tras haber contraído el virus mientras cubría la segunda ola.

Hussain señaló que, durante la primera ola de contagios del año pasado, su equipo logró una entrevista con el Dr. Adul Gani Ahanger, director del Instituto de Ciencias Médicas en Srinagar.

“Notamos que sus ayudantes a nuestra derecha e izquierda tosían. Dos días después, ambos dieron positivo. Una semana después, un médico senior que había facilitado la entrevista también dio positivo”, dijo.

En otro incidente, un joven reportero, Khalid Bashir Gura, llegó a la oficina con entusiasmo porque logró una entrevista exclusiva con un estudiante de Cachemira que regresó a casa desde Italia. El reportero, emocionado, le dio la mano sin darse cuenta de las consecuencias.

Por su pate, Manish Gupta, presidente de FCCSA, destacó los tiempos agotadores para los periodistas.

“La segunda ola de COVID-19 ha lanzado un desafío único y serio a los medios que nunca había visto. Los periodistas también son seres humanos, se ven afectados por traumas psicológicos, físicos y emocionales que los persiguen y afectan a sus familias", concluyó.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.


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