Política, Mundo

Los cambios de la población china 70 años después de la fundación de la República Popular

Uno de los desafíos que todavía enfrenta el país es el control sobre su demografía al ser la nación más poblada del mundo.

Daniela Alejandra Mendoza Valero  | 05.10.2019 - Actualızacıón : 07.10.2019
Los cambios de la población china 70 años después de la fundación de la República Popular Una niña posa a través de las flores de cerezo en el Parque Yuyuantan en Beijing, en la República Popular de China, el 29 de Marzo de 2017. La primavera brotó en la capital y los principales parques de la ciudad están llenos de gente disfruta del paisaje y toma fotos. (Andrea Verdelli - Agencia Anadolu)

Pekín

Por Daniela Mendoza.

Este 1 de octubre la República Popular China conmemoró sus 70 años de fundación, y tras años de cambios sociales, políticos y económicos bajo el liderazgo de un partido único en el gobierno, ha logrado convertirse en la segunda potencia económica del mundo.

Pero desde antes de su establecimiento, la República se ha enfrentado a un reto de grandes proporciones: controlar el alto índice demográfico que lo convierte en el país más poblado del mundo.

Con 1.400 millones de personas (según cifras de Naciones Unidas), China está en la cumbre de la lista de cantidad de población, seguido por India con solo decenas de millones menos.

Aunque la ONU prevé que para 2027, India superará a China en términos de habitantes, la cifra sigue siendo alarmante para el gigante asiático, teniendo en cuenta que supone una quinta parte de la población total del mundo.

¿Por qué es el país más poblado?

Aunque no existe una clara única razón que pueda explicar el porqué de las altas tasas demográficas en el país, al analizar la región empezando por China e India, pasando por Indonesia, Pakistán y Brasil - que también cuentan con gran cantidad de población- se ha atribuido el hecho a dos factores específicos: la comida y el terreno.

Asia cuenta con tierras fértiles para la producción de comida y con esto, la tasa de mortalidad también era muy reducida, por lo que desde el primer censo que se hizo en China en 1953, ya se registraba una población de 582 millones de habitantes.

Retos por la demografía de China

Siendo conscientes de la elevada cifra en su población, el Gobierno chino implementó una serie de medidas con el objetivo de controlar la natalidad del país. Una de las más conocidas es la política de un solo hijo, introducida en 1979, cuando la población ya llegaba a los 1.000 millones de habitantes lo despertó preocupaciones de que una sobrepoblación pudiera interponerse en los planes de crecimiento económico.

Se estima que con esta política se evitó el nacimiento de unos 400 millones de niños desde sus inicios hasta su fin en 2015.

La política tenía algunas excepciones, no aplicaba para las minorías y en 2013 se estableció que aquellos que eran hijos únicos podían tener dos herederos.

Aunque en su momento la política pareció ser exitosa, las consecuencias de esta medida se vieron años después (hacia 2013, cuando empezaron a hacer claridad en las excepciones), a medida que la población de edad avanzada empezó a aumentar, mientras que la natalidad seguía descendiendo.

Una población que envejece

En el momento en el que instauró la política de un solo hijo en China, la esperanza de vida era de 66 años, pero para 2018, esta aumentó a 76 años.

La ONU establece que las sociedades en proceso de envejecimiento son aquellas cuya población mayor de 65 años supera el 7%.

De acuerdo con cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas de China de 2017, la población mayor de 65 años era de un 11,4%. Teniendo en cuenta esto, se prevén presiones para la economía del país en las siguientes décadas pues significa que cada vez más personas de avanzada edad tendrán que ser mantenidas por menos personas jóvenes.

Desde 2013 se empezaron a hacer evidentes estas cifras y los retos que supondrían para las siguientes generaciones, por lo que se decidió abandonar la política de un solo hijo, esperando que las parejas empezaran a tener dos hijos.

Incluso, y de la misma manera que lo hicieron con la medida impuesta en décadas pasadas, se ha discutido varios incentivos en efectivo o deducciones fiscales para quienes decidieran tener un segundo hijo, pero ni siquiera con estos impulsos se ha aumentado la natalidad en la nación asiática.

El año pasado, el Diario del Pueblo, el periódico oficial del Partido Comunista de China hizo un llamado, entre muchos otros que se han hecho a las parejas jóvenes a tener más hijos. Por medio de una artículo de opinión, el partido afirmó que “tener hijos es un asunto familiar, pero también un asunto nacional”.

Según cifras de Naciones Unidas, la tasa de nacimientos ha disminuido significativamente. Se estima que para 2020, nacerán entre 17 y 20 millones de bebés.

Según estudios aún más alarmantes, se proyecta que, en una década, solo se presentarán ocho millones de nacimientos anuales.

Sumado a todo esto, otra gran problemática que se desata en parte por la baja natalidad, es que según expertos de la ONU, para 2050, China tendrá unos 440 millones de personas mayores de 60 años, lo que supone gran parte de la población total del país.

Los estudios de Naciones Unidas sugieren además que para ese mismo año, la población de la nación disminuirá en 31,4 millones, es decir, cerca del 2,2% de la cifra actual.

¿Por qué los jóvenes en China no quieren tener hijos?

Las nuevas generaciones de chinos, al haber nacido en medio de la política del hijo único, en donde se aplicaron medidas estrictas de planificación familiar, crecieron con una mentalidad diferente con respecto al imaginario de la familia y de los hijos mismos.

A esto se suma otro factor, y no es algo que pase solo en China, sino que también se ha visto reflejado en las tasas de natalidad de Europa y de Canadá, los jóvenes de ahora están más alejados de la idea convencional de tener una familia numerosa y tienden a casarse en edades más avanzadas (si es que lo hacen) y si lo creen conveniente, tendrán un hijo, sin ser esto algo que les preocupe o que sea una prioridad para ellos, pues piensan más en su crecimiento personal y profesional.

El demógrafo Jiang Quanbao, de la Universidad Xi’an Jiaotong, explicó para la revista Population Research and Policy Review en 2014 que las parejas jóvenes enfrentan grandes presiones económicas y prefieren no tener hijos o reducir el número a uno.

Teniendo en cuenta que sostener a un niño en China puede suponer más de la mitad del ingreso de una familia, y que las parejas jóvenes desean disfrutar al máximo sus años de productividad y de crecimiento, muchas personas no ven esta opción de vida como algo viable para sus futuros.

Con respecto a los llamados que ha hecho el Gobierno chino a las parejas para tener más hijos, las respuestas no han sido del todo positivas, pues los jóvenes ven este tipo de invitaciones como una medida de presión que no va en línea con los deseos y proyecciones de las nuevas generaciones.

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