Mundo

Los abusos cometidos por EEUU tras los ataques del 11 de septiembre

Guerras, tortura y actos ilegales son algunas de las acciones cometidas por el Gobierno estadounidense en su llamada ‘guerra contra el terrorismo”.

Övünç Kutlu  | 12.09.2020 - Actualızacıón : 12.09.2020
Los abusos cometidos por EEUU tras los ataques del 11 de septiembre Después de que la potencia militar y económica más fuerte del mundo declarara una guerra global injustificada contra el terrorismo, el pueblo estadounidense entregó cada vez más sus libertades a cambio de seguridad. (Archivo - Agencia Anadolu) "I hereby relieve Alhaji Samuel Sam Sumana of the duties and from the Office of Vice President of Sierra Leone with immediate effect," Koroma said in a statement released by State House on Tuesday night. (Samuel Corum - Anadolu Agency)

Ankara

Han pasado 19 años de los atentados terroristas del 11 de septiembre en la ciudad de Nueva York, considerado el mayor ataque terrorista en la historia de EEUU.

El trágico hecho marcó el inicio de la llamada 'guerra contra el terrorismo, enmarcada por una era de miedo y obsesión por la seguridad nacional estadounidense que desembocó en años de abuso de poder, en detrimento de millones de personas en todo el mundo.

Ver también:Así se recordaron los ataques terroristas del 11 de septiembre 19 años después 

Después de que la potencia militar y económica más fuerte del mundo declarara una guerra global injustificada contra el terrorismo, el pueblo estadounidense entregó cada vez más sus libertades a cambio de seguridad, oportunidad aprovechada al máximo por Washington para asegurar sus intereses económicos y políticos en el extranjero.

Como sugiere el libro del filósofo político inglés Thomas Hobbes, Leviatán, el pueblo estadounidense convirtió a su república en un Estado unitario fuerte con poder absoluto, que en cambio libró guerras, torturó y guardó celosamente sus secretos, todo bajo el supuesto objetivo de garantizar la seguridad pública.

En este artículo, revisamos los cinco principales abusos de poder por parte del Gobierno de Estados Unidos desde los ataques del 11 de septiembre.

Guerras en Oriente Medio

Después de la guerra en Afganistán contra los talibanes y Al-Qaeda, señalados de cometer los ataques, Estados Unidos decidió invadir a Irak bajo el supuesto objetivo de destruir las armas de destrucción masiva en manos de Bagdad, armas que nunca fueron encontradas.

Washington aseguró, además, que el objetivo militar era negar cualquier refugio seguro a los grupos terroristas, pero el verdadero objetivo era económico, un objetivo que buscaba controlar los bastos recursos energéticos del país.

Pese a que el país ha mantenido a cientos de tropas en Irak para garantizar la paz, su participación activa en el Estado árabe desencadenó rebeliones locales masivas contra la presencia estadounidense y un conflicto continuo en todo Oriente Medio.

Las estimaciones del número de víctimas, tanto civiles como militares en la guerra de Irak, varían ampliamente, de 150.000 a más de un millón, pero una cosa es cierta: millones fueron desplazados por la fuerza y miles fueron detenidos y torturados ilegalmente.

Tortura y abuso de prisioneros en Abu Ghraib y Guantánamo

El secuestro ilegal, la detención y tortura de personas por parte del Gobierno de Estados Unidos, ya sean estadounidenses o extranjeros, se convirtió en una práctica común por el bien de la seguridad nacional después del 11 de septiembre.

El campo de detención de Bahía de Guantánamo, en una base naval ubicada en Cuba, se ha convertido en sinónimo de tortura, un agujero oscuro donde las personas eran detenidas indefinidamente, y muchas veces en malas condiciones, sin haber sido acusadas formalmente y sin ningún juicio.

Amnistía Internacional ha criticado reiteradamente los delitos cometidos por el Gobierno estadounidense en Guantánamo, que, además de ser contrarios a la Convención de Ginebra, viola las enmiendas 5 y 14 de la Constitución estadounidense.

Por su parte, la prisión de Abu Ghraib, en Irak, se convirtió en otra instalación notoria donde el personal militar estadounidense y de la CIA cometieron una serie de violaciones de derechos humanos contra los detenidos, incluidos abusos físicos, torturas, violaciones y asesinatos.

Las horribles imágenes publicadas por los medios de comunicación en abril de 2004 dieron lugar a una condena generalizada en Estados Unidos y en todo el mundo. Pero, el entonces presidente George W. Bush afirmó, de manera inverosímil, que los abusos fueron incidentes aislados y que no se cometieron de manera sistemática.

Hasta el día de hoy, se cree que el Gobierno de los Estados Unidos tiene muchos otros campos de detención y prisiones en todo el mundo, así como en aguas internacionales para eludir el derecho internacional, e incluso aviones de detención que utilizan el espacio aéreo.

Detención ilegal, escuchas telefónicas y vigilancia

Tras los atentados del 11 de septiembre, muchas agencias gubernamentales de Estados Unidos, como el Departamento de Defensa, el FBI, la CIA y Seguridad Nacional, intensificaron sus acciones de espionaje, no solo dentro del país sino en todo el mundo, apuntando a diferentes líderes y activistas políticos.

Pocas semanas después del ataque, las agencias del Gobierno estadounidense detuvieron, reunieron e interrogaron ilegalmente a miles de musulmanes en EEUU, sin cargos formales ni juicio.

Así mismo, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), parte del Departamento de Defensa y la agencia de inteligencia más grande del país, comenzó a implementar interceptaciones telefónicas ilegales e injustificadas sobre la población y empresas estadounidenses.

Después de las interceptaciones telefónicas llegó el control del ciberespacio. Desde 2001, el uso de Internet y las redes sociales ha crecido exponencialmente en todo el mundo, lo que significó más datos pero acompañado de un nivel de vigilancia más intrusivo.

La recopilación, extracción, rastreo, almacenamiento y análisis de datos se convirtió en la piedra angular del poder de inteligencia de Estados Unidos, amenazando no solo a los estadounidenses sino a todo el planeta.

Si bien las nuevas tecnologías han brindado a las personas una mayor conexión y acceso, también ha ayudado al Gobierno a realizar perfiles sociales, monitorear, comprender hábitos y comportamientos, y a ubicar a cualquier persona en el mundo de manera más rápida y fácil.

Censura

En el cuarto lugar de esta lista está la censura, que el Gobierno estadounidense utilizó para reprimir las voces críticas en los medios de comunicación, la academia y la sociedad estadounidenses.

Washington intentó enjuiciar a algunos periodistas que criticaron las guerras en Afganistán e Irak, también atacó a intelectuales académicos que cuestionaron el aumento del poder y el abuso gubernamental, junto a la pérdida de libertades civiles.

La Ley Patriota, promulgada por Bush pocas semanas después de los ataques del 11 de septiembre, el 26 de octubre, permitió al FBI vigilar a cientos de miles de estadounidenses sin informarles formalmente.

Si bien la ley amplió las capacidades de las fuerzas del orden de Estados Unidos para vigilar a las personas nacionales, también aumentó el castigo por delitos de terrorismo.

La administración Bush también se aseguró de una menor transparencia y adoptó una postura más reservada sobre compartir el alcance y la naturaleza de las operaciones de las agencias gubernamentales con el público y el mundo.

Muchos documentos fueron renombrados como "sensibles" o "clasificados" como parte de la seguridad nacional.

Deportaciones

El Departamento de Seguridad Nacional, creado por la administración Bush en 2002, fusionó 22 agencias gubernamentales de Estados Unidos. Desde entonces, el papel, el tamaño y el poder de la nueva agencia se han expandido exponencialmente.

El país alguna vez conocido como "el refugio de inmigrantes" dio un giro abrupto en su política migratoria al incrementar la tasa de deportación tras el 11 de septiembre.

Desde 1892 hasta 1997, Estados Unidos deportó a poco más de dos millones de personas, pero bajo Bush, ese mismo número se alcanzó en solo ocho años, mientras que el presidente Barack Obama, cuya candidatura había prometido un cambio brusco de su predecesor, deportó a más de tres millones de personas durante su tiempo en la Oficina Oval.

Desde 1990, las expulsiones de inmigrantes de Estados Unidos aumentaron de 30.000 a casi 400.000 anualmente en la actualidad, según el Instituto de Política Migratoria con sede en Washington.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.

El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.