Legalización de la marihuana para uso recreativo en México, ¿un impulso a su regulación en Colombia?
Los congresistas que trabajan en una iniciativa semejante en Colombia descartaron que su legalización genere más inseguridad y aseguraron que ya se ha demostrado que el modelo prohibicionista no funciona.

BOGOTÁ
Por: Diego Carranza
México está ad portas de hacer oficial la regulación de la marihuana para uso recreativo. A inicios de marzo, la Cámara de Diputados del Parlamento mexicano aprobó un proyecto de Ley para legalizar el cultivo, la producción, la industrialización, la distribución, la venta y el consumo de marihuana con fines lúdicos o recreativos.
La iniciativa espera ayudar a los condenados por delitos menores relacionados con la marihuana y dar un golpe a las finanzas del crimen organizado en México.
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De entrada, se podría pensar que esta decisión podría tener repercusiones fuera de México y/o generar efectos negativos (como inseguridad) en otros países como Colombia, tal vez uno de los más afectados por el tema de las drogas.
En un principio, hacer una afirmación de este tipo podría ser bastante especulativa. Pero hay algunas posturas que se inclinan hacia esta posibilidad.
Gustavo Duncan, investigador y profesor de la Universidad Eafit de Medellín, dice que en el corto plazo la reglamentación podría generar una leve baja en los precios de la marihuana y que ello obligaría a los grupos dedicados a traficar con la marihuana a “buscar otras formas de extracción de rentas”, como extorsiones.
“Pero tampoco se sabe”, aclara Duncan, quien señala que hay que considerar que dichos “grupos están manejando drogas más rentables, como cocaína o fentanilo”, por ejemplo.
Otro punto a considerar si se legaliza la marihuana es definir si es necesario mantener los cultivos que están en zonas bajo el control del narcotráfico “o si se puede hacer en sitios donde hay más consolidación del Estado”.
Sin embargo, esto no afecta en gran medida a Colombia ya que “lo que ellos necesitan es flujo de coca, más nada”.
En el país andino se han presentado varias iniciativas en pro de regular el cultivo y uso de esta planta, que poco a poco va dejando atrás los estigmas sociales y políticos que la rondan. Pero una de ellas, tal vez la más avanzada y con mayores novedades, fue presentada a finales de septiembre de 2019. Este proyecto de Ley ha estado liderado por el senador Gustavo Bolívar, de la Lista de la Decencia.
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Para hacer un análisis sobre las posibles repercusiones que podría tener la iniciativa mexicana en Colombia, la Agencia Anadolu consultó a Bolívar y al también senador Julián Gallo, miembro del partido Comunes y uno de los últimos excomandantes de la desmovilizada guerrilla de las Farc-Ep.
Gustavo Bolívar es consciente de que regular la marihuana no se plantea como un golpe contundente a las finanzas de las estructuras criminales. Se ha calculado que podría representar una disminución aproximada de “30 por ciento de los ingresos de las bandas” que se dedican a este negocio. Según precisa, el golpe contundente será cuando se legalice la cocaína.
Pero los ingresos de organizaciones delictivas mexicanas por el negocio de la marihuana en México no son pocos, pues el Instituto Mexicano para la Competitividad -IMCO- (con información de 2012) los calculan en USD 2.030 millones, frente a los USD 2.419 de la cocaína.
“Lo que hace el prohibicionismo con toda esa cadena es que se encarezca la droga. Por ejemplo, producir un kilo de cocaína cuesta USD 1.000 o menos. A medida que va hacia el norte, el precio sube: a México llega en USD 15.000, a Nueva York a 40.000, a Europa 60.000 y a China 100.000. Entonces, esta prohibición es la que le sube el precio”, aseguró.
Para Bolívar, si el Gobierno asume la producción, distribución y venta, así como el licenciamiento de los productores de marihuana, se queda con un mercado que los grupos ilegales “van a perder”. Por ello cree que “ahora van a pasar a las estructuras de cocaína. “Pero ahí los vamos arrinconando”, sentenció.
Aún así, se muestra convencido de que la regulación definitiva en México sería un espaldarazo muy grande al proceso en Colombia, porque estos dos países, junto con Estados Unidos, “son el epicentro del narcotráfico en el mundo, y si ya EEUU está regulando y México da la noticia, aquí se quedan sin argumentos los que están en desacuerdo”.
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Un adiós a un paradigma "prohibicionista"
Hasta ahora, la lucha contra las drogas ha estado marcada por un fuerte paradigma prohibicionista que, en palabras del político progresista, ha dejado “miles de muertos, cientos de miles de millones invertidos y aumento de cultivos, producción y consumo”.
Así las cosas, “ensayar otro paradigma no nos hace perder nada”. Por el contrario, hay “mucho por ganar”.
“Todos los índices están disparados a pesar del prohibicionismo. Eso es lo que nos permite convencer a muchas personas”, indica Gustavo Bolívar.
Julián Gallo, conocido durante su militancia en las Farc como Carlos Antonio Lozada, también descarta la posibilidad de un coletazo de inseguridad si se regula la marihuana en el norte. De hecho, señala que podría ocurrir lo contrario puesto que “lo que genera la existencia de esas mafias es precisamente la posición errada del prohibicionismo”.
“Al legalizar y regularizar el consumo de las drogas prohibidas, lo que se abre, por un lado, es la posibilidad de arrancarle a las mafias los consumidores, que pueden empezar a acceder a esas drogas de manera controlada y regulada por el Estado, pero además acaba el esquema económico que genera la ilegalidad”, afirma Gallo.
El congresista afirma que una política como la que avanza en México y Colombia debería extenderse a otros países y esto “terminaría finalmente con los complejos problemas de seguridad que genera el tráfico de drogas ilícitas”.
“Las mafias y las organizaciones criminales van a buscar negocios que les generen renta, pero está demostrado, por la experiencia de los últimos cuarenta años, que la política prohibicionista y la mal denominada guerra contra las drogas lo único que ha generado es potenciar la guerra contra esas organizaciones”, aseveró.
Julián Gallo recordó que en el punto 4 del Acuerdo de Paz “quedó estipulada una nueva política de drogas que debería estar implementando el Estado colombiano”, además de la necesidad expresa de que se convoque una conferencia internacional sobre el tema de las drogas.
“Esto permitiría comenzar a modificar esa política equivocada porque sin duda el esfuerzo aislado de un solo país, aunque es muy significativo”, no es suficiente.
En palabras del legislador de los ‘Comunes’, una conferencia de este tipo formulará una nueva política que le dé un tratamiento diferencial a ese tema de las drogas: uno, de salud pública para el caso de quienes han caído la adicción; dos, para el caso de los campesinos que se ven obligados a recurrir a los cultivos para sobrevivir; y tres, a las mafias que se han dedicado al tráfico, pero fundamentalmente a quienes más se benefician de este tipo de problemas, que son los grandes bancos, porque finalmente todo ese dinero se lava a través de la banca internacional”.
Gallo precisó que desde hace más de un año vienen avanzando distintas iniciativas en torno a esta postura. Una de ellas (el proyecto de Ley 236 de 2020) fue discutida la semana pasada en la Comisión Primera del Senado (que trata temas constitucionales) y tiene que ver con la regulación de la hoja de coca y la utilidad que se le puede dar en el orden medicinal y cultural en varias comunidades como las indígenas.
Los dos senadores aseguran que regulación de la marihuana es una antesala para que se vaya regulando la cocaína.
“Esto es una escalera y este es el primer escalón. Y si avanzamos, ya queda en turno la regulación de la cocaína, porque incluso ya hay pasos en el mundo. Lo más importante ahora es que la gente ya entendió que el paradigma prohibicionista es un fracaso”, anotó Bolívar.
¿Cómo va la iniciativa en Colombia?
La iniciativa, de autoría de Bolívar con el apoyo de varias bancadas, se aprobó en la legislatura pasada en la Comisión I con un resultado que no se esperaba (11 votos a favor y 4 en contra) y “como buen augurio de lo que puede pasar en Plenaria”. Pero debido a la pandemia de COVID-19 el trámite se prorrogó.
Ahora se está “retrasando la llegada del proyecto a la Plenaria para dar tiempo a que México termine de regularla y que esa noticia sirva para potenciar los argumentos y se apruebe acá”.
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Gustavo Bolívar señaló que el asunto en Colombia “está frío” porque la atención está puesta en las elecciones que se aproximan”, algo que ayuda en parte porque “mientras haya menos escándalo”, mejor.
“A los políticos les da miedo votar, saben que esto implica un costo político y electoral alto en un país tan conservador”. Y aunque un consenso positivo en el Legislativo y “básicamente todos (los políticos) están de acuerdo, temen un rechazo” de la ciudadanía, confesó.
Pero el tiempo se agota y si el proyecto no avanza este semestre, “se hunde”. Por ello, se prevé que sea presentando nuevamente en mayo ante el Pleno del Senado.