Las relaciones entre Turquía y la UE, de alta tensión a un nuevo comienzo

Por: Yusuf Kaya

Las relaciones entre Turquía y la Unión Europea (UE) están tensas desde hace aproximadamente cinco años. Sin embargo, estas entraron en una nueva etapa luego de la declaración de la cumbre europea del pasado mes de diciembre en la que se abría la puerta al diálogo, a pesar de la presión ejercida por Grecia para que la UE sancione a Turquía.

Migración ilegal

Se puede decir que las relaciones entre Turquía y la UE empezaron a deteriorarse en 2015 a raíz de las oleadas de inmigrantes irregulares y solicitantes de asilo que comenzaron a llegar a las puertas de Europa escapando de la sangrienta guerra interna de Siria y de la inestabilidad en Oriente Medio en general. Este flujo de seres humanos provocó una de las mayores crisis políticas en el viejo continente después de la Segunda Guerra Mundial, con los partidos de extrema derecha ganando terreno en el escenario político europeo.

El 18 de marzo de 2016, Turquía y la UE firmaron un acuerdo cuyo objetivo es desalentar la migración irregular a través del mar Egeo, adoptando medidas más estrictas contra los traficantes de personas y mejorando las condiciones de más de tres millones de refugiados sirios en Turquía. En este sentido, la UE prometió entregar a Turquía un total de EUR 6.000 millones, renegociar el acuerdo de aduanas y abrir nuevos capítulos en las negociaciones de adhesión de esta a la UE. Sin embargo, la mayoría de estas promesas no se cumplieron.

Golpe de Estado

El golpe de Estado fallido del 15 de julio de 2016 fue otro de los puntos de inflexión en las relaciones entre Turquía y la UE. En un momento tan difícil en el que Turquía esperaba una reacción rápida y contundente de la UE, esta se limitó a esperar y observar el curso de los acontecimientos para, una vez fracasado el intento, emitir un comunicado que no contentó a Turquía.

La posterior declaración del estado de emergencia y la persecución de los autores del golpe en Turquía provocaron un aumento en las acciones y el discurso en contra de Turquía en el Parlamento Europeo.

Libia, Siria, Alto Karabaj

Así mismo, la oposición del Parlamento Europeo a las operaciones militares de Turquía en el norte de Siria para acabar con la presencia de grupos terroristas como el Daesh y el YPG/PKK también dañó las relaciones entre Turquía y la UE.

El apoyo de Turquía al Gobierno legítimo en Trípoli, reconocido por las Naciones Unidas, y a Azerbaiyán frente a la ocupación de Armenia del Alto Karabaj tampoco fueron aceptados por la UE, lo que deterioró aún más las relaciones ya de por sí en mal estado.

Mediterráneo Oriental

Por último, la reacción de Grecia y Chipre, apoyada por Francia, al derecho de Turquía a beneficiarse de las riquezas de hidrocarburos en el Mediterráneo Oriental, así como su presión para que la UE sancione a Ankara por sus actividades legales de prospección y sondaje en la región fueron la gota que desbordó el vaso en las relaciones.

Si se asume que este año transcurrirá con un proceso de diálogo entre Turquía y la UE, está claro que las negociaciones serán duras. Para que las relaciones entre ambos vuelvan al nivel anterior al del golpe de Estado, se espera que la UE cumpla con al menos parte de sus promesas anteriores. Turquía prioriza tres temas fundamentales: la exención de visado, incluida en la hoja de ruta de 2013, la implementación del acuerdo del 18 de marzo y la actualización de la Unión Aduanera.

Grecia se presenta como el mayor obstáculo enfrente de la recuperación de las relaciones entre Turquía y la UE. Su enfoque radical en el mar Egeo y el Mediterráneo Oriental, así como su abuso del apoyo incondicional de la UE bajo el pretexto de la solidaridad europea no hacen sino dificultar el proceso de reconciliación.

Con la aproximación del fin de las malas relaciones entre Turquía y la UE, los círculos europeos hablan de que los viejos tiempos quedaron atrás. A pesar de la existencia de elementos con el potencial de envenenar las relaciones entre ambos, el ambiente positivo empieza a reinar.

*Traducido por Daniel Gallego.