Las mezquitas lideran la integración en Francia pese a la posición antimusulmana del Gobierno

Mientras el Gobierno de Francia se prepara para adoptar el proyecto de ley conocido como "separatismo islámico" contra los musulmanes y aumentar su presión sobre las instituciones y organizaciones musulmanas, la Unión Turco-Islámica de Asuntos Religiosos (DITIB) lidera la integración en el país y protege los valores religiosos de la comunidad turco-francesa.

DITIB lleva a cabo actividades educativas, religiosas, culturales y sociales en mezquitas y asociaciones que ha construido en la capital francesa, París, y regiones donde los turcos musulmanes viven mayoritariamente, incluidas Burdeos, Lyon, Estrasburgo y Limoges. También ayuda a las personas sin hogar o necesitadas en cooperación con los gobiernos locales en Francia.

En entrevista con la Agencia Anadolu, el presidente de la Asociación de la Mezquita Yunus Emre, Mehmet Coban, dijo que hay dos mezquitas en Limoges y que la mezquita que preside ha estado en servicio desde 1998.

Coban señaló que reciben visitantes de todas las nacionalidades en la asociación.

A pesar de las políticas del presidente francés, Emmanuel Macron, que atacan directamente a la comunidad musulmana en el país, DITIB ya lideraba la integración en el país con el envío desde Turquía de funcionarios religiosos experimentados y el nombramiento también de musulmanes nacidos y criados en Francia, mucho antes del proyecto de ley “antiseparatista”.

El presidente de la asociación agregó que los funcionarios religiosos de las mezquitas nacieron en Francia, estudiaron la primaria y secundaria allí y luego se graduaron de la facultad de teología en Turquía, por lo que hablan perfectamente ambos idiomas.

Al divulgar a pensadores islámicos valorados en las sociedades occidentales, como Rumi, la institución permite a los franceses conocer de cerca a los turcos y musulmanes y socializar más rápidamente en los programas sociales y culturales que organiza.

Coban recalcó que la tendencia de los medios de comunicación franceses de calificar cualquier incidente como “terrorismo islámico” hizo que el pueblo francés dudara en ir a las mezquitas en un principio.

Por su parte, Eyup Arik, un funcionario religioso francés de la mezquita Yunus Emre, declaró que nacer y crecer en esa sociedad y que su lengua materna sea el francés fortaleció su comunicación con los jóvenes.

Agregó que a la mezquita llegan búlgaros, afganos y argelinos, marroquíes y un pequeño número de musulmanes europeos, con los que mantienen comunicación constante.

*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.