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Las instituciones de España guardan silencio sobre asesinato racial en Murcia

Varias organizaciones humanitarias señalan que el Gobierno español ignora o no le presta la debida atención a los ataques racistas y contra los migrantes que han venido aumentando en España en los últimos años.

Alyssa McMurtry  | 21.06.2021 - Actualızacıón : 22.06.2021
Las instituciones de España guardan silencio sobre asesinato racial en Murcia Protesta en apoyo de Bilal Younes en Madrid, España el viernes. (Foto: Laila Serroukh)

España

Por: Alyssa McMurtry

Casi una semana después del brutal asesinato de un marroquí a manos de un veterano español en Murcia, al sur de España, las instituciones del país han permanecido abrumadoramente en silencio sobre el ataque.

Younes Bilal, de 39 años, recibió tres disparos el 13 de junio mientras estaba sentado en un café con amigos. Todo comenzó cuando el exmilitar español, identificado como Carlos Patricio B. M. (52 años), comenzó a insultar a una mesera por sentarse con un “grupo de moros (persona del norte de África)", según testimonio de testigos y del abogado de la familia de Bilal, Melecio Castaño.

Después de que Carlos continuó gritando insultos racistas sobre los musulmanes, Bilal lo confrontó y le pidió que respetara a los musulmanes y a la mesera. Los testigos indicaron que esta era la primera vez que los dos hombres se veían.

Tras la discusión, Carlos fue a su casa, se cambió de ropa y tomó su arma. Volvió a la cafetería para enfrentar a Bilal y lanzarle más insultos racistas. Finalmente, el exmilitar le disparó tres veces en el pecho al marroquí.

El veterano huyó del lugar, pero luego fue capturado y puesto bajo custodia policial. Tras la investigación, la Policía encontró varias armas en la casa de Carlos. También determinó que el sujeto no tenía antecedentes de enfermedad mental.

El impactante incidente, que provocó protestas en la localidad de Mazarrón, donde vivió Bilal y lugar donde le quitaron la vida, no llegó a las portadas de la mayoría de los periódicos españoles.

El asesinato solo fue condenado por grupos políticos locales y por el presidente de Murcia, pero no hubo una respuesta política en el país.

En los seis días transcurridos desde el asesinato de Bilal, el Gobierno español emitió dos declaraciones oficiales condenando los asesinatos sexistas. El pasado viernes, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, llamó personalmente a un hombre cuya hija fue asesinada por su madre para expresar su “total rechazo” al crimen, pero el Gobierno progresista de España no ha mencionado ni condenado oficialmente el asesinato de Bilal por motivos raciales.

El Gobierno de Murcia tampoco ha emitido un comunicado institucional condenando el incidente.

Según la emisora española Cadena Ser, el partido político de izquierda Podemos intentó aprobar una moción en el Parlamento regional para condenar el ataque y el discurso racista, pero otros políticos la cerraron.

En comparación, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y varios otros miembros del Gobierno federal asistieron a una vigilia por una familia musulmana la cual fue atropellada por un conductor de camioneta a principios de este mes, solo dos días después del incidente.

“Necesitamos que los políticos españoles se involucren un poco más aquí, no solo a nivel de condenas institucionales, que obviamente son muy importantes, sino también en términos de apoyo económico… Bilal apoyó a su esposa y a sus tres hijos con un trabajo modesto en un camping. Su familia está sufriendo y no tiene apoyo”, declaró a Cadena Ser el abogado de la familia, Melecio Castaño.

Varios activistas también han señalado cómo los incidentes racistas radicales solo han producido una creciente sensación de impunidad, especialmente en la región sur de Murcia, donde hay una gran población de trabajadores migrantes.

Este miércoles, pocos días después del brutal asesinato de Bilal, se produjo otro episodio de violencia racista en la ciudad murciana de Cartagena. Una mujer de Ecuador estaba esperando en la fila de un mercado de ayuda social cuando otra mujer se le acercó, gritó insultos raciales sobre los sudamericanos y manifestó que los "inmigrantes se llevan nuestra comida”. Luego apuñaló a la ecuatoriana por la espalda, pero por fortuna el ataque no fue fatal.

“Se escucha mucho sobre incidentes aislados, pero lamentablemente ha habido una serie de 'incidentes aislados' en los últimos años en Murcia”, declaró a Cadena Ser Juan Guirado, director de Convivir Sin Racismo, una organización local antirracista.

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En febrero, una mezquita fue dañada y vándalos intentaron incendiarla en la localidad de San Javier. Meses después se llevó a cabo un ataque similar en la sede del partido de izquierda Podemos en Cartagena. En el mismo mes, los vecinos de la ciudad de Lorca protestaron contra la apertura de una mezquita.

Así mismo, en diciembre de 2019 un dispositivo hecho para parecer una bomba fue puesto en la puerta de un centro para jóvenes inmigrantes en Alhama, una localidad y municipio español perteneciente a la provincia de Granada.

“Estos ataques racistas tienen un hilo conductor: el creciente discurso del odio. Estos discursos racistas y xenófobos están legitimando acciones violentas en nuestros barrios”, advirtió Margarita Guerrero Calderón, presidenta de la organización de justicia social MRC Europa, ubicada en Murcia, en un video publicado en las redes sociales.

En los últimos años, Murcia se ha convertido en un bastión del partido de extrema derecha Vox. En las elecciones generales de 2019, el grupo, con opiniones de línea dura sobre la inmigración, fue la fuerza política más votada de la región.

“Es espantoso que ninguna institución pública haya estado en contacto con su familia o amigos, que están devastados ... Younes fue asesinado, pero podría haber sido cualquiera que estuviera sentado en esa mesa. La situación está produciendo tristeza e indignación. Nuestras instituciones deben trabajar para humanizar a los inmigrantes, sentarse y hablar con la comunidad, reparar el daño que esta región, y especialmente su población inmigrante, ha estado sufriendo”, agregó Guirado.

El director de la ONG y varios otros han sugerido que la reacción hubiera sido radicalmente diferente si un extremista musulmán hubiera matado a un veterano español.

“Lo que le pasó a Younes es lo mismo que terrorismo. Viene del odio. Es quitarle la vida a alguien por su religión, raza o cultura”, dijo a Cadena Ser Nabil Azrib, un amigo de Bilal.

Grupos de activistas organizaron protestas en Madrid y Barcelona este viernes para condenar el asesinato y el racismo en España, pero la participación fue relativamente baja.

Al comentar por qué el asesinato de Bilal no ha provocado la misma muestra de apoyo que los ataques racistas en Estados Unidos, el periodista marroquí Youssef M. Ouled bromeó: "Porque hay racismo en Estados Unidos, pero en España solo hay anécdotas".

Guirado cree que el crecimiento del racismo en Murcia tiene mucho que ver con el trato a los trabajadores de temporada. La región es una importante productora de frutas y hortalizas para Europa y depende en gran medida de los migrantes, principalmente del continente africano, que trabajan a precios bajos y a menudo en condiciones precarias.

“Estamos constantemente presenciando abusos laborales y abusos sexuales de migrantes que trabajan en el campo que terminan sin llegar a ninguna parte. Estas condiciones de semiesclavitud deshumanizan a las personas. Si les quitas la dignidad, la gente comienza a sentirse superior a ellos y si no hay reproches sociales, políticos o institucionales, entonces florece el comportamiento extremista", concluyó el funcionario.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.


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