Las aglomeraciones del día sin IVA plantean la necesidad de impulsar el comercio digital en Colombia

Por: Sergio García Hernández

El aislamiento social en Colombia, ocasionado por la pandemia del coronavirus (COVID-19), ha cambiado las formas de consumo en una parte de la población que se ha volcado al uso de plataformas digitales para abastecerse de diversos bienes y servicios.

El confinamiento, sin embargo, ha dejado amargas imágenes en Colombia como las que se dieron el pasado 19 de junio, cuando el Gobierno les permitió a los establecimientos de comercio vender ciertos productos sin el impuesto al valor agregado (IVA).

Aquella jornada evidenció que cientos de personas con interés en aprovechar el beneficio en el comercio prefirieron salir a comprar a los locales, exponiendo su salud al virus, en lugar de usar las plataformas digitales.

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Ante el episodio registrado el pasado 19 de junio se evidencia que las plataformas no han logrado llegar a un sector de la población, acostumbrado al mercado y las ofertas del comercio tradicional.

Las aglomeraciones vistas durante aquella jornada evidencian la necesidad de preguntarse por los retos y la situación real de las plataformas digitales en Colombia que, en tiempos de pandemia, han sido contempladas como un servicio masivo y de fácil acceso.

Bruno Ferrari, cofundador y jefe de operaciones de la aseguradora 123Seguro, afirmó que las empresas que buscan acceder al comercio electrónico deben acompañar la migración de los canales analógicos a los digitales “con una formalización de procesos y de recursos, junto con un cambio cultural”.

“No se trata de dejar de lado tampoco los canales tradicionales, sino de integrarlos en un proceso progresivo”, indicó Ferrari a la Agencia Anadolu.

Ferrari aseguró que, ante el confinamiento, se necesita enfocar recursos para optimizar productos y servicios “de cara a la nueva normalidad, el crecimiento de los canales digitales y los desafíos que deja la pandemia con la mira puesta siempre en mejorar la calidad de vida de los clientes”.

El empresario detalló que según datos de la consultora Kantar, que ofrece cifras y estadísticas del comercio mundial, el uso de servicios digitales “seguirá su curva ascendente”.

“Un dato ilustrativo es que, a nivel general, el 30 % de los usuarios actuales de e-commerce realizó su primera compra histórica durante la cuarentena. Por lo tanto, tres de cada 10 compradores digitales son novatos, y el 73 % de ellos afirma que lo volvería a hacer. Y en el caso puntual de Colombia, este medio de compraventa creció de 6,4 % a 30,5 % con respecto al año anterior”, manifestó Ferrari.

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El centro de pensamiento colombiano Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) indicó en su reciente informe ‘Las plataformas digitales, la productividad y el empleo en Colombia’ que el país llegó a la pandemia con una participación de las plataformas en el Producto Interno Bruto (PIB) que se sitúa tanto solo entre el 0,2% y 0,3%.

Las cifras presentadas por Fedesarrollo se traducen en que el sector tiene un margen de crecimiento y que aún no tiene un peso contundente en la economía nacional donde, por ejemplo, el sector del comercio, la reparación, restaurantes y hoteles representa cerca del 14% del PIB.

“El Gobierno debe mejorar los canales de distribución para acelerar las ventas por internet. Son inversiones que quedan en el tiempo. Creo que así se podrían evitar muchas pérdidas de empleos”, indicó Cristina Fernández, investigadora de Fedesarrollo, a la Agencia Anadolu.

Fedesarrollo consideró en su informe que el uso de las plataformas es vital para para armonizar las restricciones de distanciamiento físico con la circulación de bienes y servicios en medio de la afectación de la economía que atraviesa el mundo, precipitada por la pandemia.

“Adicionalmente, la creación y retención de empleo que han podido proporcionar las plataformas ha sido y será una variable crítica de la política social y de reactivación; especialmente, si se tiene en cuenta que en el mes de abril se perdieron cerca de 5.4 millones de empleos”, detalló la organización.

El informe describió, además, que las plataformas “no son sinónimo de precarización laboral” porque hay un sector de la población que las utiliza para tener ingresos adicionales o en circunstancias de necesidad, ante eventualidades como la pérdida de un empleo.

Detalló que los trabajadores comúnmente excluidos de empleos tradicionales tienen "en las plataformas una oportunidad de generar ingresos sin ser discriminados, y en condiciones laborales que incluso pueden ser superiores a las que encuentran en el mercado”.

“También se presentan menores niveles de cotización a seguridad social. Esta situación se da, en parte, por la falta de esquemas viables de contribución para trabajadores independientes que ganan menos de un salario mínimo o para migrantes”, reseñó Fedesarrollo.

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La organización, a partir de cerca de 15 mil encuestas, también identificó que el 45% de los prestadores de servicios mediante plataformas han abierto una cuenta bancaria que no tenían antes.

Un porcentaje similar de clientes de plataformas aceptan que han tenido que aumentar su consumo de internet en un 45%.

Los resultados de las encuestas de Fedesarrollo muestran que entre los retos que tienen quienes buscan abrir su comercio a las plataformas digitales se encuentra el acceso a Internet y a los servicios bancarios.

Colombia tiene 24,3 millones de conexiones a internet (entre fijo y móvil 4G) con una velocidad superior a los 10 Megabits, según el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

En el país, además, el 83,3% de la población adulta tiene al menos un producto en un banco, de acuerdo con el último reporte de inclusión financiera publicado por el programa del Gobierno, Banca de las Oportunidades.

Esos indicadores de uso de internet y de bancarización en Colombia muestran que las plataformas digitales tienen un escenario positivo para crecer en el país.

La posibilidad de expansión para las plataformas, sin embargo, aún es incipiente y dependerá de cambios culturales por parte de los usuarios y las compañías, sobre todo de los pequeños y medianos empresarios, así como del Gobierno a quien le compete la mejora de los canales de distribución de un medio con la capacidad de generar alternativas económicas, mientras la población se resguarda en tiempos de COVID-19.