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La violación de una menor sacude la conciencia nacional de Birmania

Miles de birmanos exigen penas más duras contra los agresores sexuales.

Ekip  | 13.07.2019 - Actualızacıón : 15.07.2019
La violación de una menor sacude la conciencia nacional de Birmania Imagen de archivo. (Anton Raharjo - Agencia Anadolu)

ANKARA

Las protestas continúan en al menos tres de las más grandes ciudades de Birmania, demandando justicia por el caso de una niña de tres años que fue violada en una guardería privada en la capital del país, Naipyidó, el pasado 16 de mayo.

El incidente provocó indignación nacional, con cientos de miles de usuarios de redes sociales lanzando una campaña para buscar justicia para Victoria, nombre seudónimo entregado a la menor.

La Policía arrestó y acusó el 30 de mayo a Aung Gyi, conductor de 29 años, que trabajaba en la guardería.

La guardería fue cerrada el mismo día, ya que las autoridades descubrieron que estaba operando sin licencia.

Pero los manifestantes no se han conformado con las explicaciones entregadas y dudan de la investigación policial.

"No creemos en las investigaciones policiales. Aung Gyi debe ser un chivo expiatorio", afirmó Ye Thura, residente de Yangón que participó en la marcha del 6 de julio.

"No estoy diciendo que Aung Gyi sea un buen tipo, pero tenía pocas posibilidades de hacerlo", dijo el manifestante a la Agencia Anadolu.

Comentarios en las redes sociales señalan a dos de los hijos de la supervisora de la guardería como los responsables del crimen, pero la Policía los exoneró después de realizar pruebas de ADN.

De acuerdo con el reporte de medios locales, la policía acusó al conductor, citando imágenes de un circuito cerrado de televisión (CCTV), que lo mostraron en la guardería, durante casi 28 minutos el 16 de mayo. Sin embargo, un medio de comunicación extranjero la semana pasada citó las mismas imágenes del circuito e indicó que el sospechoso no tuvo oportunidad de cometer el delito.

"Las imágenes de CCTV obtenidas por la BBC muestran claramente que estuvo sentado todo el tiempo allí", señaló Mya Yamin Tun, madre de dos hijos, que también se unió a la marcha en Yangón.

"La Policía está tratando de ocultar la verdad", le dijo a la Agencia Anadolu.

Culpa de la cultura

Hablar de sexo sigue siendo un tabú en la sociedad conservadora de Birmania y la mayoría de los casos de abuso sexual no se denuncian.

Los casos de violación han aumentado en los últimos años. Según el Ministerio del Interior, se denunciaron 1.101 casos de violación a la Policía en 2016, 1.405 casos en 2017, 1.583 casos en 2018 y 619 casos en lo que va de 2019.

La gente suele culpar a las imágenes pornográficas en las plataformas de las redes sociales y a las mujeres que usan ropa pequeña.

Naing Ngan Lin, ministro regional de asuntos sociales de Yangón, dijo que las víctimas y los miembros de la familia se muestran reacios a denunciar los casos de abuso sexual, debido a una cultura de silencio y culpa de las víctimas.

"La sociedad debe cambiar la mentalidad y no culpar a la víctima", expresó el funcionario.

"Una de las razones principales es la falta de educación sexual", explicó el ministro y agregó que el gobierno está tratando de introducir una lección de educación sexual en las escuelas.

Caso de violación infantil

Las estadísticas del Ministerio señalaron además un aumento en los casos de abuso sexual infantil.

Los datos mostraron 671 casos de abuso sexual infantil (60,94% de los casos de violación) en 2016, 897 casos (63,84%) en 2017, 1.028 casos (64,93%) en 2018 y 419 casos (67,68%) en el primer semestre de 2019.

Un oficial de Policía de Naipyidó dijo que la mayoría de los casos de violación infantil son cometidos por un familiar o alguien que está familiarizado con la víctima.

“Las personas a veces dejan a los niños con vecinos o amigos, cuando van a trabajar. Les dan al malo la oportunidad de cometer un crimen", señaló un oficial.

"En la mayoría de los casos, los miembros de la familia no lo reportan a la Policía. Esa práctica alienta a los violadores a repetir el crimen", dijo el oficial a la Agencia Anadolu en una conversación telefónica.

"Es impactante ver casos de padres que incluso violan a sus propias hijas", agregó.

Penas más duras

El Parlamento de Birmania modificó el Código Penal del país, incorporando una disposición específica, que conlleva 20 años de condena o prisión por el resto de la vida, en casos de violación infantil.

Sin embargo, los activistas están exigiendo la pena de muerte para los violadores de niños.

“No son humanos. Son animales. Así que merecen la pena de muerte", señaló Ye Thura.

Aunque Ye Thura se unió a las exigencias por castigos más severos para los violadores de niños, no confía en la Policía y los tribunales.

“Si alguien viola a mi hija, no iría a la Policía ni al tribunal. En vez de eso, encontraría al culpable y lo mataría con mis propias manos. Esa es la manera más posible de llevar la justicia", enfatizó.

*Juan Felipe Vélez contribuyó con la redacción de esta nota.

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