La vida de los refugiados en Grecia, que temen el invierno por venir

Cientos de refugiados que recientemente cruzaron el mar Egeo hacia la isla griega de Samos, en busca de asilo, están enfrentando difíciles condiciones debido al invierno, mientras duermen en tiendas para acampar en el bosque.

Refugiados vulnerables –incluyendo familias con bebés, mujeres mayores en sillas de ruedas y personas con problemas mentales– están luchando sin calefacción, electricidad o higiene, debido al hacinamiento que se vive en el campo de refugiados de la zona.

Después de escapar de Siria con sus cinco hijos, Ahmed Khalil, de 47 años, le dijo a la Agencia Anadolu que estuvo desagradablemente "sorprendido" cuando llegaron hace cuatro días al llamado ‘hotspot’, en el pueblo de Vathi.

“Ellos nos dieron esta tienda para acampar y todo lo que tenemos para mantenernos calientes en las noches heladas es una cobija… Mi mayor preocupación es la salud de mi hija, de un año de edad”, dijo Khalil.

La higiene es otra cuestión que le preocupa. “Solo hay una cabina para bañarse, pero sin agua caliente. Y tenemos agua potable solo por unas pocas horas al día”.

De acuerdo con oficiales griegos, el número de refugiados en la isla es de más de 2.900, cuatro veces la capacidad del campo, que es solo para 700 personas.

La sobrepoblación es la principal razón detrás de este “inaceptable” panorama en la isla, de acuerdo con el vocero griego de ACNUR, Boris Cheshirkov.

Cerca de 5.000 refugiados llegaron a las islas griegas solo en septiembre, el mes más activo desde la puesta en marcha de un acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para frenar el flujo de refugiados a Europa.

La situación es alarmante “Algunas de las islas, particularmente Samos y Lesvos, viven hoy una situación alarmante”, le dijo Cheshirkov a la Agencia Anadolu.

Cheshirkov aseguró que afuera del campo hay más de 300 personas que incluyen mujeres en sillas de ruedas, menores no acompañados y familias con bebés de solo unas semanas de edad, y muchos de ellos están en condiciones inadecuadas para el invierno.

“Esto es inaceptable” añadió, pidiéndole también al Gobierno de Grecia que prepare los refugios para el invierno y que proporcione asistencia mientras alivia el hacinamiento.

Mouhammed Ibrahem, un refugiado iraquí de la gobernación de Saladino, está preocupado por el clima de invierno, mientras las temperaturas siguen bajando. “Si llueve, nuestras carpas se van a inundar y ellos solo están entregándonos impermeables para solucionar esto”, dijo el joven de 19 años.

Otro testigo de la condiciones extremas que enfrentan los refugiados es Bogdan Andrei, quien es miembro de los voluntarios de Samos, un grupo que ayuda a las personas que llegan a la isla.

“Puedes sentir la tensión en el campo mientras caminas. Los refugiados están molestos. Cuando ellos vienen acá para recibir clases de idiomas o para tomarse un té, ellos salen del ambiente tensionante del campo”, comentó Andrei.

El voluntario llamó la atención sobre los niños que están solos y las personas con problemas psiquiátricos que pueden ser abusadas o verse involucrados en la violencia dentro del campamento, instando a su traslado a refugios seguros.

"Estamos en una posición en la que las necesidades básicas de los refugiados no se satisfacen", dijo mientras señala la posibilidad de una inundación en los días de invierno.

"También nos enfrentamos a un enorme problema de higiene, ya que los cortes de agua diarios hacen imposible que los refugiados, incluso, se puedan asear", añadió.

*María Paula Triviño contribuyó a la redacción de esta nota.