La sombra de la 'manipulación' en las elecciones presidenciales de Estados Unidos
Las denuncias de la influencia rusa en las presidenciales de 2016, establecidas por informes de instituciones oficiales del país, vuelven a estar en el debate público junto con la supuesta intervención, además, de China e Irán.

Estambul
*Dr. Ali Burak Daricili
Las afirmaciones sobre la manipulación de las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se celebrarán este 3 noviembre se originan en las declaraciones oficiales de ese país acerca de la intervención de Rusia en las votaciones de 2016, que afectaron más que a nadie a la entonces candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, y beneficiaron al actual presidente republicano, Donald Trump.
En este contexto, hoy, en 2020, los demócratas y los republicanos se acusan mutuamente de ser beneficiarios de presuntas manipulaciones del proceso electoral.
En 2016 se llegó a afirmar que el Directorio Principal del Alto Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia (GRU), el servicio de inteligencia militar de Rusia, obtuvo a través de ataques cibernéticos los correos electrónicos de John Podesta, exdirector de la campaña electoral de Clinton en 2016, y Colin Powell, exsecretario de Estado de Estados Unidos y partidario activo a la campaña del Partido Demócrata. El GRU habría filtrado algunos de estos correos a la prensa para manipular las elecciones a favor de los intereses rusos.
A raíz de estas afirmaciones, un informe conjunto del Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) publicado el 7 de enero de 2017 indicó que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó personalmente la manipulación de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 con el objetivo principal de dañar la confianza del público en el Partido Demócrata y que Clinton fuera claramente afectada, mientras que Trump logró beneficiarse de estas acciones.
Debates sobre manipulación en la política estadounidense
Tras las acusaciones formuladas por las instituciones oficiales estadounidenses contra el Gobierno ruso, fueron expulsados por su presunta participación en los ciberataques 35 diplomáticos rusos, la mayoría de los cuales eran miembros del GRU, según el expresidente estadounidense Barack Obama, y se cerraron las misiones diplomáticas rusas en Maryland y Nueva York.
La expresión "hackers rusos patrióticos", utilizada por Putin el 1 de junio de 2017 en declaraciones sobre la decisión de deportación de los diplomáticos, tuvo una alta cobertura en los medios de comunicación mundiales. En este sentido, en respuesta a una pregunta sobre el escándalo del ciberataque, Putin dijo que Rusia nunca estuvo involucrada en tal cosa y que quizás "hackers rusos patrióticos" pudieron haber llevado a cabo esas acciones.
En el período posterior a la elección de Trump como presidente, las acusaciones de manipulación del GRU estuvieron constantemente en la agenda de los círculos de oposición a fin de poner a Trump bajo presión política.
Las discusiones sobre las actividades encubiertas de los servicios de inteligencia de China, Irán y especialmente Rusia en las elecciones presidenciales de 2020 son, de hecho, la continuación de las anteriores. Los demócratas y republicanos tratan de obtener ventajas en el proceso electoral al traer a la agenda nuevamente estas acusaciones con nuevos argumentos entre sí.
China e Irán también son acusados
En este punto, está claro que analizar comparativamente las acusaciones de manipulación para las elecciones de 2016 y 2020 ayudará a comprender los debates actuales.
Mientras que los funcionarios estadounidenses acusaron de manipulación solo a Rusia y al servicio de inteligencia ruso para las elecciones de 2016, en 2020 las acusaciones incluyen a las agencias de inteligencia de China e Irán.
Mientras que las acusaciones sobre las elecciones de 2016 llevaron a la agenda la filtración de los correos electrónicos de las principales figuras del Partido Demócrata a través de operaciones de ciberespionaje por parte del GRU, la base de los reclamos que se presentan en 2020 es el esfuerzo de influir en la elección de los votantes con publicaciones engañosas y manipuladoras en redes sociales, por hackers asociados a los servicios de inteligencia de los países señalados.
Se afirma que, en las elecciones de 2016, el GRU organizó actividades cibernéticas encubiertas para ayudar a Trump a ganar la presidencia, mientras que, en las elecciones de 2020, se argumenta que los piratas informáticos chinos actúan para lograr la derrota del candidato republicano. Además, se afirma que los piratas informáticos iraníes pretenden mostrar la vulnerabilidad del sistema político estadounidense al argumentar la falta de fiabilidad del sistema electoral estadounidense, y que los hackers rusos trabajan contra el método de votación por correo, que Trump considera poco confiable y aconseja no usar.
En este contexto, William Evanina, director del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de EEUU, confirmó dichas acusaciones en un comunicado de prensa del 7 de agosto de 2020. En él señaló que los servicios de inteligencia extranjeros intentan manipular la elección de los votantes a través de operaciones encubiertas y secretas, y que tales actividades podrían llegar a ser tan graves como una intervención militar.
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En septiembre de 2020, Microsoft señaló en un comunicado de prensa que piratas informáticos rusos llevaron a cabo ataques contra unas 200 organizaciones que operan para las elecciones presidenciales de Estados Unidos. La compañía señaló además que hackers chinos intentaron organizar operaciones de ciberespionaje contra figuras clave de la campaña de Biden y que piratas informáticos iraníes intentaron realizar operaciones de ciberespionaje contra personajes influyentes de la campaña de Trump. Según el comunicado, Microsoft logró evitar estas actividades de inteligencia encubiertas con su propia capacidad de ciberseguridad.
Los resultados de las elecciones pueden llegar a los tribunales
Se puede afirmar fácilmente que luego del proceso electoral estadounidense, los alegatos antes mencionados serán investigados con informes elaborados por las instituciones oficiales de ese país, así como ocurrió en el período posterior a 2016. Además, se puede decir que los debates políticos no terminarán en el período postelectoral.
Con las acusaciones de manipulación e intervención en las elecciones estadounidenses, la declaración de Trump de "creo que las elecciones del 3 de noviembre terminarán en la Corte Suprema" al expresar sus oposición sobre la votación por correo, y el negar a comprometerse a entregar pacíficamente su puesto al rival demócrata de llegar a ganar, parece bastante probable que se produzcan nuevos y arduos debates sobre los procesos políticos internos de Estados Unidos en el período tras las elecciones.
*Ali Burak Daricili es profesor de la Universidad Técnica de Bursa y es investigador en los campos de inteligencia, ciberseguridad, terrorismo e interacción tecnología-seguridad.
** Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de la Agencia Anadolu.
*** Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.