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La reivindicación de la enfermería como protagonista del sistema de salud

En el Día Internacional de la Enfermería es importante resaltar que este oficio no está subordinado a la medicina, como se cree generalmente, sino que cumple una función determinante en el cuidado del paciente.

Camila Fernanda Moreno Camargo  | 12.05.2021 - Actualızacıón : 15.05.2021
La reivindicación de la enfermería como protagonista del sistema de salud Un grupo de enfermeras y enfermeros del Hospital Universitario Nacional de Colombia durante su trabajo en la pandemia de COVID-19 en Bogotá, Colombia, el 11 de mayo, 2021. (Juancho Torres - Agencia Anadolu)

BOGOTÁ, Colombia

Por: Camila Moreno Camargo

En el segundo trimestre de 2020, cuando la pandemia del coronavirus sumaba miles de muertes a nivel mundial y se temía el colapso sanitario en varias ciudades, los profesionales de la salud fueron homenajeados como héroes no una, sino varias veces.

Se hicieron virales sus ilustraciones, vestidos con uniformes y batas médicas, volando para salvar el mundo, con sus capas revueltas por el aire, en poses de lucha y al lado de superhéroes como Ironman, Superman, Batman y Spiderman, entre otros.

“Nos pasa, y ahora más con lo de la pandemia de la COVID-19, que todo el mundo dice que somos superhéroes y tantas cosas, pero creo que eso no debería ser así, porque nosotros no somos personas que lo pueden todo y es difícil entender eso también desde nuestro lado, ya que uno siempre va a querer lo mejor para el paciente, pero hay momentos en los que uno no puede hacer más”, dijo Lorena López Reyes, enfermera jefe del programa de esclerosis múltiple del Hospital Universitario Nacional de Colombia (HUN), en entrevista con la Agencia Anadolu.

Colombia celebra el Día Internacional de la Enfermería

El Día Internacional de la Enfermería se celebra el 12 de mayo de cada año para recordar la contribución de las enfermeras a nuestro día a día. En las fotos, un grupo de enfermeras y enfermeros del Hospital Universitario Nacional de Colombia durante su trabajo en la pandemia de COVID-19 en Bogotá, Colombia.

Si bien Lorena no tenía a la enfermería como primera opción de carrera, se nota su pasión por ella cuando habla sobre lo que hace, lo que estudió, hacia dónde quiere crecer profesionalmente. Sus papás son enfermeros; sin embargo, ella quería estudiar ingeniería química o estadística. Aunque para esta última quedó en lista de espera para la admisión, ella prefirió estudiar primero una carrera técnica en enfermería y luego hacer un pregrado en el mismo campo.

Pese a que sus primeros tres años ejerciendo la profesión los hizo en la parte de reanimación y en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de un área de pediatría, el programa de esclerosis múltiple del HUN ha significado una forma diferente de ejercer y aprender la enfermería: “Los pacientes no tienen una condición aguda que deba atender ya, sino que son pacientes que se atienden en el ámbito ambulatorio por su condición crónica. Entonces fue difícil definir cuál es mi rol acá, porque es diferente a lo que había hecho. Poco a poco me fui empapando del tema. Fui aprendiendo de los neurólogos, de los pacientes y del día a día”, comentó Lorena, quien en la actualidad está finalizando una maestría en epidemiología en la Universidad de los Andes.

Por su parte, Clara Escobar* sí decidió enfocar su carrera en el cuidado crítico de pacientes, aunque al inicio estaba más inclinada a estudiar medicina "por desconocimiento de lo que hace un enfermero", indicó en conversación con la Agencia Anadolu.

Clara tiene nueve años de experiencia en cuidado intensivo: cinco años en el área asistencial, es decir, en el cuidado directo del paciente, y en los últimos cuatro años asumió la coordinación de una UCI, iniciándola desde cero. En otras palabras, tuvo que empezar diseñando e implementando los protocolos y procesos del área desde un rol más administrativo y de gestión del servicio.

En una UCI las personas que están 24 horas, siete días a la semana, al lado del paciente son la enfermera y los auxiliares de enfermería; quienes vigilan los cambios del paciente y avisan al médico apenas ocurren para que él tome decisiones. En estos casos, la comunicación asertiva entre el médico y la parte de enfermería es muy importante para que funcione el trabajo del equipo interdisciplinar que está en las UCI.

“De por sí es un área que genera bastante estrés, porque todas las decisiones que se deben tomar son para ya. Si pasa algo con el paciente hay que responder, no se puede esperar; eso implica que como enfermera debo saber muchas cosas, porque muchas veces uno está en el momento y no puedo esperar a que llegue alguien más, entonces hay que actuar mientras llega el apoyo”, afirmó Clara.

Sin embargo, como su rol en la actualidad no es solo asistencial (la aparición de la pandemia hizo que ella retomara el cuidado directo de algunos pacientes para no sobrecargar a su equipo), sus funciones van mucho más allá de reaccionar cuando la condición de un paciente se complica.

Ella está a cargo no solo del proceso de selección de enfermeros. “Debo asegurarme de que esos conocimientos y habilidades que tenga el candidato para cuidar a los pacientes sean los que se requieren para el tipo de paciente que se está atendiendo”. También debe definir protocolos: “Por ejemplo, cómo vamos a bañar al paciente. Ahí debemos empezar a investigar, a leer artículos, no es que uno quiera bañarlo de tal manera, sino que ese procedimiento se base en un conocimiento”, explicó. Una vez estructurados los protocolos, se los enseña al grupo.

Además, Clara gestiona que los recursos y los insumos estén, porque “uno como paciente ve que hay guantes, pero ¿quién los pide, quién hace que estén ahí? También estoy muy atenta a que los equipos funcionen adecuadamente, que no ocurran eventos como que no pase la corriente y el monitor se apague. Los equipos no los arreglo yo, pero sí estoy pendiente de que se haga el mantenimiento, que al lugar donde llegue el paciente todo funcione para atenderlo, así él o ella nunca me vea a mí”, agregó.

Lo mismo ocurre con Lorena. Su trabajo es mucho mayor al que se percibe inicialmente. Sus tareas incluyen llevar los datos de todos los pacientes, cómo están en este momento, qué tipo de tratamiento tienen, cómo está su enfermedad; administrarles los medicamentos y educarse e investigar sobre su tratamiento y enfermedad, y gestionar las acciones y servicios que se puedan dar dentro del hospital, por ejemplo, que en radiología vean al paciente o que vaya al fisiatra.

En sus propias palabras, se desempeña en dos áreas principales: Administrativa y asistencial. "Dentro de la primera está la articulación con las EPS, que las cosas funcionen hacia afuera del hospital y de manera interna, cómo el programa se articula con los demás servicios del hospital para que funcione. Desde la parte asistencial trabajo con educación en salud, que es orientar al paciente sobre la toma de decisiones en cuanto a su enfermedad y administrar los medicamentos que necesita”, es decir, debe coordinar servicios con otras áreas.

La reivindicación de la enfermería

Cuando Clara y Lorena hablan de sus historias profesionales concuerdan en un punto: existe cierto prejuicio en cómo la sociedad mira al médico y a la enfermera, cómo los diferencia, cómo cree que se articulan en el sistema de salud, inclusive desde que son estudiantes.

“Cuando yo pasé a la Universidad Nacional alguien me preguntó: '¿Estás estudiando enfermería? Pero eso es muy fácil', y eso no es fácil. Realmente desde primer semestre es bastante el contenido que uno estudia y empecé a cuestionarme eso de por qué los demás dicen que enfermería es fácil, cuando yo estaba viviendo lo contrario en la carrera, porque es muy complejo aprender tantas cosas, como anatomía y microbiología”, opinó Clara.

“Siempre vas a encontrar que hay un comparativo con la medicina y siempre aparece el que dice: '¿Y por qué usted no estudió medicina? Estudie un poquito más y ya es médico'. No es tan así, porque la medicina tiene otro campo de acción, su rol es totalmente diferente al que tenemos las enfermeras, no es un tema de jerarquías. Siento que todo el mundo piensa que el médico es más y la enfermera es menos, pero en realidad es un trabajo en equipo”, expresó Lorena.

Ella lo resume de la siguiente manera: “Es más un tema de que la enfermera aporta unas cosas y el médico otras, somos complementarios. Si no hay médicos, enfermería no puede trabajar sola y si solamente hay enfermeros, los médicos tampoco pueden hacer nada. Son carreras que tienen diferentes formas de abordar un problema, pero con un mismo objetivo”. A grandes rasgos, el objetivo de la medicina es tratar la enfermedad y el de la enfermería, asegurar el cuidado del paciente.

Estos prejuicios vienen desde la aparición de la enfermería, ya que históricamente esta ha vivido cuatro etapas, descritas en el libro ‘Promover la vida, de las prácticas de las mujeres cuidadoras a los cuidados de enfermería’, escrito por Marie Françoise Collière.

De acuerdo con la autora, la etapa doméstica del cuidado se vivió desde la prehistoria y las civilizaciones antiguas, cuando la mujer era la encargada de preservar la vida ante las condiciones adversas del medio en el que vivían. La etapa vocacional del cuidado apareció en la Edad Media, “se encuadra en la historia desde el origen del pensamiento cristiano, momento en el que el concepto salud-enfermedad adquiere un valor religioso”, según escriben las autoras María Luisa Martínez y Elena Chamorro en el libro ‘Historia de la enfermería, evolución histórica del cuidado enfermero’.

La etapa técnica del cuidado tiene lugar en el siglo XIX y parte del XX, cuando la atención en salud se vuelca a la lucha contra la enfermedad; es entonces cuando el médico ve al paciente como un “enfermo” y quienes quedan a cargo de su cuidado adquieren el rol de auxiliares. En la actualidad, la etapa profesional del cuidado, la enfermería “se consolida como disciplina y profesión con una responsabilidad definida en el cuidado de la salud de la población”, como resumen Martínez y Chamorro.

El hecho de que desde hace apenas unas décadas la enfermería se conciba como una profesión por sí sola, que no está subordinada a la medicina, y que la mayoría de sus profesionales sean mujeres, ha hecho que sus profesionales sean vistos socialmente como “dependientes” o “inferiores” cuando, en realidad, en el sistema de salud tienen un papel protagónico.

“La enfermería es el grupo ocupacional más numeroso del sector de la salud, ya que representa aproximadamente el 59% de las profesiones sanitarias, con una cifra estimada en 2018 de aproximadamente 28 millones de personas, y constituye un elemento central de los sistemas de atención primaria de salud y de los sistemas de salud de los países de todos los niveles de desarrollo socioeconómico”, de acuerdo con el informe ‘Situación de la enfermería en el mundo 2020’, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con el Consejo Internacional de Enfermeras y la campaña mundial Nursing Now.

El estudio asegura que alrededor del 90% de los profesionales en enfermería a nivel mundial son mujeres, aunque son pocos los puestos directivos del sector salud que están ocupados por ellas. Incluso, “algunos datos apuntan a una brecha salarial entre hombres y mujeres, y otras formas de discriminación de género en el entorno laboral”, explica el documento.

Para subsanar ese problema, la OMS propone crear un sistema equitativo de remuneración “neutro” dentro de los sistemas de salud de cada país, que no se rija por el género del personal, sino por las responsabilidades que tiene el cargo.

“Es hora de que las enfermeras y nuestros aliados se unan en un llamado a los Gobiernos de todo el mundo para que inviertan en la enfermería. Es necesario actuar ahora para reconstruir y fortalecer los sistemas de salud, y ofrecer salud para todos, en todas partes. La deuda del mundo con estos trabajadores debe convertirse ahora en acciones nacionales, regionales y globales: los países, las asociaciones profesionales y todas las partes interesadas pertinentes deben trabajar juntos en 2021 para proteger e invertir en el personal sanitario y asistencial”, se lee en la página Nursing Now, donde citan como autores de estas frases a James Campbell, director del Departamento de Personal Sanitario de la OMS, y a Fahrettin Koca, ministro de Salud de Turquía.

Es verdad que, como dice Lorena, los enfermeros no son superhéroes porque no tienen superpoderes para salvar a todo el mundo y hay momentos en los que nada más se puede hacer por un paciente. Sin embargo, es importante recordar que su papel en el sistema de salud es tan importante que, hablando en términos de superhéroes, ellos no serían un Robin detrás de Batman, sino más bien un Superman.

​​​​​​​*Nombre cambiado a petición del entrevistado.

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