El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, afirmó este 29 de marzo que las economías del mundo se enfrentan a graves problemas de sostenibilidad de la deuda, principalmente las de los países en vías de desarrollo.

De acuerdo con Guterres, la respuesta al coronavirus y a los aspectos financieros ha sido fragmentada, limitada en escala y tardía. En declaraciones a The Financial Times, aseguró que existen divisiones geopolíticas que impiden una respuesta conjunta ante la emergencia sanitaria.

En total, según la ONU, 42 economías que obtienen préstamos de los mercados de capital han experimentado degradaciones de calificación para la deuda soberana desde el inicio de la pandemia. De estas, 27 corresponden a mercados emergente, seis a países desarrollados y nueve a las menos adelantadas.

El secretario general de la ONU, además, indicó que el hecho de que solo seis países no pagaran la deuda externa el año pasado (Argentina, Belice, Ecuador, Líbano, Surinam y Zambia) ha creado una percepción errónea de la seriedad de la situación, una ilusión de estabilidad.

Los países emergentes de ingreso medio se endeudaron principalmente con prestadores nacionales y no con inversores extranjeros, a tasas de interés mucho más altas que en los países ricos. Según la ONU, esto haría que los riesgos sean menos visibles que en las crisis anteriores en los mercados emergentes, pero impactaría en sostenibilidad de la deuda.

Guterres aseveró que la insostenibilidad de la deuda implica la "amenaza de que comprometamos la recuperación de las economías en desarrollo con consecuencias catastróficas para la vida de las personas: la expansión de la hambruna y la pobreza, y problemas dramáticos en los sistemas de salud y de educación".

Por otra parte, dijo que los impactos fiscales de la crisis están limitando severamente la capacidad de muchos para invertir en la recuperación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la acción contra el cambio climático.

“A menos que tomemos medidas decisivas sobre los desafíos de la deuda y la liquidez, corremos el riesgo de otra 'década perdida' para muchos países en desarrollo, poniendo definitivamente fuera de alcance el logro de los Objetivos para la fecha límite de 2030”, declaró el secretario general de la ONU.