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La importancia de que EEUU y Rusia firmaran el tratado START sobre control de armas nucleares

Aunque la extensión del tratado no implica un acercamiento diplomático serio entre ambas potencias, sí impide que ambas naciones inicien una nueva Guerra Fría y desaten una carrera armamentista.

Elena Teslova  | 15.02.2021 - Actualızacıón : 15.02.2021
La importancia de que EEUU y Rusia firmaran el tratado START sobre control de armas nucleares (Archivo Agencia Anadolu)

MOSCÚ

Rusia y Estados Unidos anunciaron el 3 de febrero la extensión del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) por cinco años, hasta el 5 de febrero de 2026, un acuerdo que evitará que las dos potencias recaigan en una nueva Guerra Fría y desaten una carrera armamentista.

El primer Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, START I, firmado en 1991, entró en vigor en 1994.

“Se consideró un evento innovador y, junto con el logro de otros acuerdos, sobre la limitación de los misiles antibalísticos desplegados (Tratado ABM), la prohibición de las fuerzas nucleares de alcance intermedio (Tratado INF) y las inspecciones aéreas (Tratado de Cielos Abiertos) condujo a un alivio significativo de las tensiones, puso fin a la Guerra Fría, la carrera armamentista y redujo los riesgos militares globales”, explicó el observador militar Viktor Litovkin en una entrevista con la Agencia Anadolu.

En los últimos años, EEUU se retiró de los tres tratados y durante la administración de Donald Trump la cuestión de ampliar el Nuevo START, firmado en 2010 por el presidente estadounidense Barack Obama y el presidente ruso Dmitry Medvedev, seguía siendo incierto, recordó el experto.

La decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de extender el tratado durante los próximos cinco años no solo prolongó el control de armas, sino que se percibió como una señal de que Washington regresó a una posición más responsable en los asuntos globales, alejándose de la línea de Trump de negar a Estados Unidos obligaciones con otros actores internacionales, señaló Litovkin.

"En cuanto a la importancia del Nuevo START, basta con decir que mantiene la estabilidad estratégica entre las dos principales potencias nucleares, que están armadas con la mayor cantidad de armas nucleares estratégicas. Casi el 90% de las armas nucleares del mundo pertenecen a Estados Unidos y Rusia", destacó Litovkin.

El experto explicó que la preservación del acuerdo permite a Rusia y a EEUU controlar el desarrollo de las fuerzas nucleares estratégicas de cada uno y realizar una verificación cruzada a través de un mecanismo de verificación (inspecciones in situ).

Por medio de este acuerdo, los equipos designados de ambos países tienen la oportunidad de visitar los emplazamientos de misiles y ver qué está sucediendo, si las armas se están preparando para lanzarse, atacar y, por lo tanto, para generar algunas preocupaciones, pero también para disminuir los riesgos militares, agregó el experto.

"Antes de probar un misil, ambas partes deben notificarse entre sí con al menos 24 horas de anticipación, para que ni Estados Unidos ni Rusia se alarmen de que un misil está volando hacia uno u otro país, que ha comenzado una guerra", aclaró el experto militar.

Según Litovkin, sin obstaculizar la creación de nuevos sistemas de misiles, el tratado limitó el número de armas nucleares en uso y obligó a cada parte a mostrar sus nuevas armas antes de ponerlas en servicio, proporcionando la transparencia necesaria. Es decir, el acuerdo abrió una oportunidad para un mayor diálogo sobre temas sensibles que preocupan a los firmantes.

"Este tratado nos permite ser bastante abiertos y nos da la oportunidad de iniciar negociaciones sobre temas que conciernen a ambas partes: armas estratégicas y tácticas; tratados de los cuales los estadounidenses se retiraron, sobre misiles de alcance intermedio y corto, cielos abiertos. Es posible negociar y volver a estos acuerdos", aseguró.

"Esta es la continuación del control sobre las armas más terribles y poderosas que pueden convertir nuestro planeta en polvo y destruir la civilización. Este es el significado de este acuerdo y por eso hay tanta agitación en torno a él", dijo Litovkin.

Distensión por cinco años

El tratado simplemente preserva el statu quo y no tiene como objetivo la distensión entre Rusia y Estados Unidos. Sin embargo, es el primer evento en mucho tiempo que no aumenta las tensiones entre los dos países, dijo el experto militar Pavel Felgengauer a la Agencia Anadolu.

Para Felgengauer, la extensión del tratado no es una señal de que Estados Unidos y Rusia estén comenzando un acercamiento serio y la extensión en sí misma no puede resolver los problemas que existen y en el que la pérdida de confianza entre ambas potencias es el principal problema.

"Sin embargo, tanto el Pentágono como el Estado Mayor ruso querían extender este acuerdo, pero por diferentes razones. Estados Unidos se preocupa por mantener el régimen de verificación: inspecciones mutuas in situ de los portadores nucleares, intercambio de telemetría de lanzamientos de misiles de prueba y otra información sensible. Nuestro Estado Mayor está interesado en extender el Nuevo START porque sin él los estadounidenses pueden desplegar portaviones nucleares adicionales en poco tiempo", reconoció Felgengauer.

Aunque ambos lados quieren transparencia, eso no cambia el hecho de que se consideran enemigos. “No es que vayan a luchar, no lo hacen, pero están listos para equilibrarse al borde de la guerra”, destacó Felgengauer.

Otro problema es que el tratado se firma solo por cinco años y no prevé una mayor extensión. "Y ni siquiera está claro si va a durar todos estos cinco años, porque cualquiera de las partes puede denunciarlo en cualquier momento, y las partes tienen muchos reclamos mutuos", reconoció el experto.

"En particular, Estados Unidos insiste en involucrar a China, pero hay otros países con armas nucleares. Entonces es necesario llevarlos a las negociaciones también. Pero dadas las dificultades que existían con la extensión del Nuevo START, firmado solo entre dos países, la preparación y firma de otro acuerdo de control de armas en solo cinco años y entre muchos países parece casi irreal", aseguró Felgengauer.

El experto señala que la firma de un control de armas multinacional sería posible solo si hubiera una fuerte voluntad política de todos los participantes, pero tal voluntad no existe.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.

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