GAZA, Franja de Gaza

Desde hace más de 17 años Israel impone un asedio asfixiante a los palestinos en la Franja de Gaza, provocando un deterioro cumulativo de las condiciones económicas y humanitarias incluso antes de la actual guerra que ha destruido la mayoría de las zonas e infraestructuras de la franja y matado y herido a decenas de miles de personas, la mayoría de ellas niños y mujeres.

Además del asedio impuesto desde 2006, que incluye un bloqueo económico y restricciones a la libertad de movimiento de bienes y ciudadanos palestinos y a la libertad de pescar, Israel también ha impuesto muchas medidas de seguridad en la Franja de Gaza en los últimos años.

Entre estas medidas figura la construcción de tres muros de seguridad a lo largo de la frontera israelí con la franja, uno de los cuales se extiende varios metros bajo tierra, y la construcción de torres de vigilancia en diversas zonas de la frontera, además de la imposición de una zona tampón, así como disparar y arrestar a cualquiera que entre o se acerque a él.

Israel también lanzó varias ofensivas contra Gaza a partir de 2008, causando la muerte y lesiones de cientos de miles de palestinos y la destrucción de cientos de miles de viviendas, infraestructuras y carreteras que estaban siendo reconstruidas antes de que comenzara la última guerra y destruyeran la mayoría de las zonas de la Franja de Gaza.

Los efectos del asedio israelí se han manifestado en varias áreas, a saber: el movimiento a través de los pasos fronterizos, la zona de pesca, la zona de seguridad y la crisis eléctrica, así como las medidas de seguridad fronteriza:

Los pasos fronterizos

Israel ha impuesto severas restricciones al movimiento tanto de bienes como de personas durante los 17 años de bloqueo.

El movimiento de personas y mercancías hacia y desde la Franja de Gaza se realiza a través de seis cruces: Beit Hanoun (Erez), Karni, Nahal Oz, Kerem Shalom y Sufa, además del paso de Rafah en la frontera con Egipto.

Tras el comienzo del asedio se cerraron todos los cruces excepto los de Rafah y Beit Hanoun, destinados al movimiento de personas, y el cruce de Kerem Shalom, destinado al transporte de mercancías. Con el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2023, Israel cerró el cruce de Beit Hanoun.

Israel no permite la libre circulación de personas a través de Beit Hanoun, y en 2022 aprobó solo el 36% de las solicitudes de permisos de pacientes palestinos para viajar a través del cruce, en comparación con el 97% de las solicitudes en 2005, según datos del Observatorio de Derechos Humanos del Mediterráneo, con sede en Ginebra.

En cuanto a los camiones, 6.494 camiones de mercancías entraron a Gaza cada mes en el año 2022, las mejores condiciones para el cruce de Kerem Shalom en 17 años, en comparación con unos 11.000 camiones en 2005, es decir, antes de la imposición del bloqueo.

En cuanto al movimiento de exportaciones, 428 camiones salieron de Gaza mensualmente a través de Kerem Shalom, frente a 835 en 2005.

La zona tampón

Israel ha impuesto una zona tampón a lo largo de las fronteras oriental y norte dentro de la Franja de Gaza y en la cual ningún palestino tiene permiso para moverse.

Los límites reales de esta zona de seguridad no están claros y cambiaban constantemente.

Hasta 2008, se permitía el tránsito de peatones hasta 300 metros de la valla, y los agricultores podían acercarse a 100 metros mientras trabajaban.

Cuando Israel lanzó su primer ataque a gran escala en diciembre de 2008, obligó a los palestinos que se mantuvieran alejados de la valla a una distancia que a veces alcanzaba los 1.500 metros. Cuando las condiciones eran estables, la zona se limitaba a unos 300-500 metros, y cuando la tensión alcanzó los 1.500 metros, especialmente en el sur de Gaza (Khan Yunis y Rafah).

De media, la zona tampón equivale al 35% de la tierra cultivable de Gaza, y las fuerzas israelíes han destruido o contaminado gran parte de esa área.

Después del ataque militar masivo de finales de 2012, Israel alivió estas restricciones, pero las volvió a imponer más tarde.

Independientemente de las fronteras oficiales, las fuerzas israelíes a menudo atacan periódicamente incluso a los agricultores que trabajan en zonas permitidas.

Además, Israel rocía con frecuencia pesticidas desde aviones en tierras palestinas a lo largo de la frontera, causando daños a los cultivos agrícolas, incluso en zonas situadas a más de 300 metros de la valla, amenazando la única fuente de sustento de los agricultores.

El valor de las pérdidas de los agricultores como resultado de las prácticas israelíes ascendió a unos 1.300 millones de dólares durante el período 2006-2022, según datos oficiales palestinos.

La valla

Además de la zona tampón, Israel está levantando cuatro muros alrededor de la franja desde el este y el norte.

El primer y segundo muro son una valla de hierro separada por varios metros, seguido de un muro de hormigón armado que se extiende decenas de metros bajo tierra para evitar que los túneles de Gaza lleguen a los asentamientos israelíes, y finalmente hay un muro metálico, que también se extiende bajo tierra, de 65 km. de largo y unos 6 metros de profundidad.

A lo largo de esta valla hay decenas de torres de vigilancia, radares y cámaras, además de un globo de vigilancia que vuela casi constantemente cerca de la frontera con Gaza.

La pesca

Los Acuerdos de Oslo, firmados por la Organización de Liberación de Palestina (OLP) e Israel en 1994, estipulan que los palestinos pueden navegar hasta 20 millas náuticas (unos 37 kilómetros) desde las costas de la Franja de Gaza.

Sin embargo, a los palestinos siempre se les impide llegar a esa distancia, ya que Israel limita la pesca a una frontera marítima que, en el mejor de los casos, no supera las 12 millas náuticas.

En total, esta zona está a unas 3 millas de la costa del norte de la Franja de Gaza, a 6 millas de la costa de la ciudad de Gaza y a 12 millas náuticas de las costas central y sur de la franja.

Estas restricciones provocaron que el 90% de los pescadores de la Franja de Gaza vivan por debajo del umbral de pobreza, mientras que el número de pescadores disminuyó de 10.000 en 2000 a 4.000 en 2022.

Además de reducir la superficie, las fuerzas navales israelíes atacan una media de 30 veces al mes las embarcaciones de los pescadores palestinos, según datos del Ministerio de Agricultura palestino.

La electricidad

La crisis eléctrica en la franja se remonta al inicio del asedio en 2006, cuando las fuerzas israelíes bombardearon los seis transformadores principales de la única central eléctrica.

A pesar de la reparación parcial de la central, siempre ha habido escasez del combustible necesario para su funcionamiento, lo que ha provocado un importante déficit en el suministro energético, ya que los cortes de energía alcanzan las 12 horas diarias.

Como resultado, 108 millones de litros de aguas residuales contaminadas (sin tratar) se vierten diariamente al mar Mediterráneo debido a la falta de energía, provocando la contaminación de las playas.

La crisis eléctrica ha obligado a los hospitales a retrasar las operaciones quirúrgicas que no son de emergencia, por lo que el período de espera aumentó a 16 meses en comparación con los 3 meses de 2005, según datos del Ministerio de Salud palestino.

*Traducido por Daniel Gallego.