La emprendedora palestina que creó una fábrica de jabones naturales
Ijlas Sawaliha pasó de ejercer la odontología a crear la primera granja para el cultivo de champiñón en Cisjordania. Luego, en 2002, empezó a fabricar jabones de aceite de oliva, y ahora su empresa se proyecta en el mercado internacional.

JERICÓ, Cisjordania
La palestina Ijlas Sawaliha, de 46 años, dio comienzo a su trayectoria empresarial en la humilde cocina de su pequeño hogar, situado en el pueblo de Usayra del Norte, en la provincia de Nablus, Cisjordania. Trayectoria que años más tarde le llevaría a abrir su propia fábrica de jabón en el polígono industrial de la ciudad de Ariha, también en Cisjordania.
Sawaliha, que posee un certificado en odontología, ejerció dicha profesión durante 16 años. Posteriormente creó la primera granja para el cultivo de champiñón en Cisjordania. Desde 2002 Sawaliha fabrica jabón de aceite de oliva y de otras materias naturales disponibles en Cisjordania.
Después de 15 años de investigación, pruebas, producción y de comercialización local, Sawaliha logró fundar una fábrica con el nombre de "Baytu’s-Sabun al-Filistini" (Hogar/Casa del Jabón Palestino) y comercializar sus productos bajo la marca de SIBA.
Mientras atiende a sus tareas en la fábrica, relativamente nueva, conversa con el corresponsal de la Agencia Anadolu y le cuenta que su proyecto se inspira en la "farmacia de la naturaleza" y combina la originalidad con la creatividad de forma científica, para producir los jabones de aceite de oliva de mejor calidad.
La fábrica produce 11 tipos de jabones hechos de materias primas como el aceite de oliva, el tomillo, la lavanda, el limón, la miel, la leche de camello, el dátil, el carbón de leña de olivo, el barro del mar Muerto, la almendra y la rosa. Cada pastilla de jabón contiene, al menos, un 74 por ciento de aceite de oliva, aparte de otros ingredientes. Ninguno de los productos SIBA contiene colorantes, por lo que cada producto luce su propio color natural.
"Aquí hay decenas de empresas que fabrican jabón, pero nosotros somos los únicos que lo hacemos en base a investigaciones realizadas en laboratorios con la colaboración de la Universidad Nacional an-Nayah en Nablus", dice Sawaliha, quien añade que trabaja para hacer de SIBA una marca mundial y entrar en el mercado internacional: "Mi sueño ha empezado a hacerse realidad después de haberme asociado con el Gobierno de Japón. Dentro de poco nuestros productos empezarán a comercializarse en Japón. Espero que se convierta en una marca internacional", asegura Sawaliha.
"Nuestros productos anteriormente habían sido comercializados en varios países, pero en cantidades pequeñas, porque antes no teníamos una capacidad de producción suficiente, pero con la fábrica nueva vamos a poder fabricar 5.000 piezas diarias", comenta Sawaliha.
Durante su trayectoria empresarial la odontóloga se ha topado con no pocos impedimentos y obstáculos, pero con empeño y perseverancia, y con el apoyo incondicional de su familia ha conseguido superarlos. Junto a ella, en la fábrica, trabajan su marido Yafar esh-Shuli, su hijo Imad y dos empleadas más. Para el próximo año tiene previsto que la plantilla crezca hasta los 30 empleados.
"Al principio no tenía nada. Empecé a ver la idea y llegué a un acuerdo con un cultivador de olivas: me daba aceite de oliva a cambio de los jabones que producía. Los primeros productos se comercializaron a través de una empresa local especializada y la primera ganancia me animó a seguir", recuerda Sawaliha, quien recuerda que cuando empezó fabricaba los jabones con herramientas sencillas y caseras. En cambio ahora utiliza máquinas modernas que fabrican los productos según estándares internacionales y que poseen los permisos pertinentes de las autoridades palestinas competentes.
"El sueño de mi vida se ha hecho realidad. Y todo mi deseo es que su éxito continúe", dice Sawaliha sonriendo, mientras atiende sus asuntos.
Sawaliha aprovechó la experiencia de su marido, el cual anteriormente había trabajado como director de la sucursal de un banco en Nablus, para administrar la empresa y comercializar los productos.
"Nuestros productos son 100 por ciento de origen palestino: el aceite de oliva, la miel, la leche de camello, el barro del mar Muerto, rico en sales, todos los compramos aquí, a proveedores locales. Nuestros productos son seguros y amigos del medio ambiente", explica su marido Yafar, de 63 años.
*Daniel Gallego contribuyó con la redacción de esta nota
El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.