La abrumadora crisis de energía que vive Kabul
A medida que se acerca el invierno, la capital de Afganistán pasa dificultades por los continuos cortes eléctricos, que paralizan la vida comercial, industrial y cotidiana del lugar.

KABUL, Afganistán
Ezatullah Khan, residente de Kabul, tuvo que llevar rápidamente a su madre que estaba enferma a Pakistán, debido a los abrumadores apagones eléctricos que sufre la capital de Afganistán, Kabul, además de las consecuencias en el aire por el humo proveniente del carbón y la quema de leña, lo cual hace imposible respirar a un paciente con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida comúnmente como EPOC.
La capital afgana ha estado sujeta a una grave escasez de electricidad este invierno, lo cual ha generado apagones por más de 12 horas al día.
La situación eléctrica ha paralizado la vida comercial, industrial y cotidiana de muchos afganos que convergen en Kabul desde varias partes aisladas del país, y que afecta especialmente a las personas con enfermedades y a los mayores.
“La presión sanguínea de mi madre estaba llegando a unos niveles altos y peligrosos todos los días porque se le estaba dificultando respirar, especialmente por las noches, cuando no hay electricidad para encender el aire acondicionado y toda la ciudad está llena de humo de carbón y leña”, le dijo Khan a la Agencia Anadolu.
Cuando el sol se pone, la ciudad se inunda de un humo oscuro y los residentes empiezan a quemar madera, carbón e incluso basura, para poder salvaguardarse del frío del invierno.
No muchos habitantes de Kabul tienen la posibilidad de asumir los costos financieros o de tiempo para poder viajar o buscar alguna otra solución costosa para generar energía y superar los problemas creados por la falta de electricidad.
El gobierno simplemente culpa a la alta y creciente demanda y a la falta de suministros para dar frente a la situación.
Mohibur Rehman Momand, director de la empresa pública de energía 'Da Afghanistan Breshna Sherkat' (DABS), le explicó a la Agencia Anadolu que la demanda por electricidad en Kabul está llegando a los 600 megavatios (MW), mientras que sus suministros tienen 300 MW.
“Estos días Kabul ya no es la ciudad que solía ser hace un par de años. Se ha desarrollado enormemente. Nuestros clientes, muchos de los cuales se agrupan en cientos de usuarios individuales de electricidad, han llegado a los 541.000”, dijo Momand.
La compañía eléctrica, y claramente el Gobierno de Kabul, parecen estar atravesando momentos difíciles mientras tratan de nivelarse con el acelerado crecimiento de la población de la capital. Cifras oficiales estiman que la población oficial de Kabul es de 4,6 millones de personas, pero otros estudios no oficiales señalan que estaría rondando los seis millones.
De acuerdo con los reportes de DABS, los hospitales públicos y las zonas industriales siguen encabezando la lista de prioridades.
Incumplimiento en los pagos
Además de la sorprendente brecha entre la oferta y la demanda, el incumplimiento en el pago de importantes grupos, individuos y otros clientes de DABS, en áreas aisladas, supone otro problema en esta ecuación.
Desde antiguos líderes yihadistas, pasando por ministerios del gobierno hasta la cadena de radio y televisión RTA, todos le deben millones de afganis a la empresa de electricidad.
Esta semana, la Wolesi Jirga (Cámara Baja del Parlamento) se vio forzada a dejar de lado todas las cuestiones políticas y de seguridad para abrir paso a una discusión sobre la implacable crisis de electricidad en Kabul.
Los parlamentarios interrogaron a los funcionarios de DABS, así como a los del Ministerio de Agua y Energía. La parlamentaria Fawzia Kufi consideró que la capital se había sumido en la oscuridad, mientras que el Gobierno no parece estar actuando al respecto, a pesar de la abundancia de recursos naturales disponibles, tales como agua, sol y viento.
“Esto es una muestra de la incompetencia del Gobierno”, dijo Kufi.
Al dirigirse a la Cámara, Khalid Stanikzai, director de asuntos comerciales de DABS, dijo que un gran número de suscriptores ha incumplido con sus pagos desde hace varios años.
“Le hemos sugerido al Gobierno que dichos individuos con atrasos de más de 500.000 afganis (USD 7.264) deberían ser incluidos en la Lista de Control de Salida, y aquellos que deban más de un millón de afganis (USD 14.528) deberían tener prohibido participar en elecciones”, aseguró Stanikzai.
Sin embargo, Stanikzai fue confrontado por los parlamentarios enfadados, quienes insistieron en que la compañía de energía debería presentar una lista de morosos en vez de imponer acusaciones vagas.
“¿Por qué no hacen públicos los nombres de los caudillos y otros individuos poderosos? ¿Por qué un hombre pobre debería seguir pagando sus cuentas mientras que los poderosos no lo hacen y a los pobres siguen privados de electricidad?”, dijo Mohammad Hussain Fahimi, quien arremetió contra los funcionarios de DABS.
Como respuesta, la compañía de electricidad prometió que el próximo invierno sería mucho mejor, con 150 MW de electricidad adicional a la red de energía, incluyendo una planta solar fotovoltaica, de USD 20,76 millones, financiada por el Banco Asiático de Desarrollo (ADB) en las afueras de Kabul.
Pero para ciudadanos como Ezatullah Khan este intercambio de argumentos en el Parlamento, junto con las promesas que se hicieron, son algo demasiado bueno para ser real, o son soluciones que podrían llegar demasiado tarde:
“Para mí no tendría sentido si ellos llegan a generar incluso niveles de electricidad de 1.000 MW si, Dios no lo quiera, algo le ocurriera a mi madre”.
*Daniela Mendoza contribuyó en la redacción de esta nota.
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