Japón condenó la intervención armada en las protestas contra el golpe de Estado militar en Myanmar
El Gobierno de Japón pidió el fin inmediato de la violencia contra la población civil y la liberación de la líder y consejera de Estado en Myanmar, Aung San Suu Kyi.

TOKIO, Japón
El Gobierno de Japón condenó este lunes el uso desmedido de la fuerza por parte del Ejército y la Policía de Myanmar contra civiles durante las protestas pacíficas en el país, que se han producido desde el golpe de Estado militar del pasado 1 de febrero.
Desde el inicio de las protestas contra el golpe de Estado militar en Myanmar, el 6 de febrero, al menos 459 manifestantes han sido asesinados durante la intervención armada de las fuerzas militares, según información de la Asociación de Asistencia para Presos Políticos de Myanmar.
A través de una declaración escrita, el ministro de relaciones exteriores japonés, Toshimitsu Motegi, afirmó que "el Gobierno japonés condena enérgicamente el continuo uso de la fuerza contra la población civil por parte del Ejército y la policía de Myanmar, que han provocado un gran número de muertos y heridos en todo el país".
En la declaración Motegi señaló que "los disparos contra civiles, el trato inhumano a los detenidos y la dura represión de las actividades de prensa, contrasta con la importancia de la democracia que el Ejército de Myanmar alega defender”.
"El uso de munición real no puede tolerarse en protestas pacíficas. El Ejército de Myanmar debe recordar que es organización que protege la vida de la gente de las amenazas externas”, agregó el funcionario japonés.
La declaración concluyó de la siguiente manera: “El Gobierno de Japón pide el fin inmediato de la violencia contra la población civil, la liberación del líder de facto y ministra de Relaciones Exteriores del país, Aung San Suu Kyi, y una restauración inmediata de la democracia de Myanmar”.
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El golpe de Estado militar en Myanmar
El Ejército de Myanmar tomó el control del Gobierno el pasado 1 de febrero, declaró el estado de emergencia y anunció que quedaría a cargo del poder político durante un año, tras denuncias de un supuesto fraude en las elecciones parlamentarias del 8 de noviembre de 2020.
El presidente Win Myint junto a la líder de facto del país y consejera de Estado, Aung San Suu Kyi, así como otras figuras destacadas del partido gobernante, la Liga Nacional para la Democracia (LND), fueron detenidos por los militares bajo diversas acusaciones.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) han condenado el golpe militar. Entre la comunidad internacional, Turquía ha sido uno de los países más críticos del accionar de los militares.
*Camilo Hernández contribuyó con la redacción de esta nota.
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