Fuentes diplomáticas occidentales aseguraron al periódico saudí Asharq al Awsat, con sede en Londres, que Israel está atacando posiciones de Irán en Irak y Siria con el beneplácito de Estados Unidos y de Rusia.

El 19 de julio, la base militar de Amirli, en la provincia iraquí de Saladino, sufrió un ataque aéreo supuestamente llevado a cabo por un caza furtivo de quinta generación F-35I Adir, la versión israelí del F-35 Lightning II estadounidense.

Se trata del primer ataque aéreo de Israel a Irak desde que el 7 de junio de 1981 bombardeara un reactor nuclear en construcción en el marco de la Operación Ópera.

El 24 de julio, la colina Al Harra, en la zona rural de la provincia de Dara, en el sur de Siria, fue objeto de un ataque aéreo israelí con el propósito de “impedir que Irán se hiciera con el control de la colina estratégica”.

El 28 de julio, diversas fuentes aseguraron que la base militar de Ashraf, a 80 kilómetros de la frontera de Irak con Irán y a 40 de la capital de Irak, Bagdad, tambíen fue objeto de ataques aéreos.

Los ataques tuvieron como objetivo “asesores (militares) iraníes y un cargamento de misiles balísticos que había sido traído de Irán a Irak hace poco”.

Finalmente, el 12 de agosto, tuvo lugar una explosión sospechosa en unos almacenes de munición en el campamento de Al Saqr, perteneciente a la fuerza paramilitar Hashdi Shabi (Movilización Popular) en el sur de Bagdad.

Fuentes opinan que los restos de munición hallados en el lugar de los hechos apuntan a que el ataque fue realizado por cazas F-35I israelíes.

El 25 de junio, los jefes de los consejos de seguridad nacional de Estados Unidos, Israel y Rusia, John Bolton, Meir Ben-Shabbat y Nikolai Patrushev, respectivamente, se reunieron en Jerusalén Este con el proposito de tratar la presencia de Irán en Irak y Siria y su apoyo a Hezbolá, entre otros asuntos.

Las fuentes diplomáticas aseguran que en esta reunión, Estados Unidos y Rusia "priorizaron la seguridad de Israel y la persecución de Irán en Irak y Siria". No obstante, las partes se pusieron de acuerdo en que Israel no reivindicaría la autoría de sus ataques a Siria e Irak para que Estados Unidos y Rusia pudieran controlar la tensión en la región.

*Traducido por Daniel Gallego.