Informe señala que el Partido Conservador de Reino Unido ha incurrido en actos de islamofobia

Una investigación independiente reveló que miembros del Partido Conservador de Reino Unido han incurrido en hechos de islamofobia. Entre los acusados se incluyen al primer ministro, Boris Johnson, y otros miembros del partido.

La Investigación, dirigida por el profesor de psicología Swaran Singh quien es un exmiembro de una comisión nacional de igualdad, fue lanzada en 2019 por el propio Johnson a raíz de las acusaciones de discriminación hacia los musulmanes al interior del partido.

Los conservadores también fueron acusados ​​de no abordar el tema de la islamofobia. Sin embargo, el informe no confirmó la acusación de racismo institucional indicando que las opiniones antimusulmanas de los miembros del partido tienen un carácter individual.

“Entre 2015 y 2020, la base de datos central del partido registró 1.418 denuncias relativas a 727 incidentes de presunta discriminación, es decir un promedio de 237 denuncias relacionadas con 122 incidentes por año en un partido con 200.000 miembros”, menciona el informe.

"Dos tercios de todos los incidentes denunciados están relacionados con acusaciones de discriminación a musulmanes", agregó el informe.

“Incidentes de alto perfil, como los comentarios hechos durante la campaña para la alcaldía de Lord Goldsmith y los comentarios del primer ministro Boris Johnson sobre las mujeres musulmanas en burka (antes de convertirse en primer ministro), dan la impresión a muchos de que el partido y su liderazgo son insensibles a las comunidades musulmanas”, señala el informe en referencia a un artículo de Johnson publicado en 2018.

Según la investigación, existen "pruebas claras" de que el sistema de quejas del partido necesita una "revisión", ya que su proceso no cumple con las recomendaciones de la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (CEDH).

Además, aunque el equipo de denuncias del partido cooperó con la investigación, se descubrió que no estaban debidamente capacitados y carecían de recursos, con un sistema de recopilación de datos y comunicaciones deficientes.

También hay una falta de transparencia en el proceso de quejas, sin un sistema estructurado sobre cómo se deben procesar y abordar las quejas para encontrar una solución.

Así mismo, no hay plazos específicos para las resoluciones ni directrices claras sobre qué actos deben justificar la imposición de sanciones. El equipo carece de información sobre cómo manejar ciertos tipos de quejas y, a veces, no está al tanto de los datos relacionados con tales asuntos, según el informe.

“Los sistemas para analizar la discriminación y el manejo de quejas a nivel de asociación local son débiles o inexistentes, sin una comprensión común del proceso. Los presidentes de las asociaciones expresaron poca confianza en el sistema”, dice el informe.

El informe ya ha sido criticado y calificado de "encubrimiento" por miembros musulmanes del Partido Conservador, quienes argumentan que no reconoce la existencia de racismo institucional dentro del partido, especialmente en las altas esferas del liderazgo.

Las principales figuras del partido dijeron que la revisión era inadecuada y no abordó los profundos prejuicios que existen dentro de la organización, como lo demuestra que Johnson en 2018, poco después de su mandato como ministro de Relaciones Exteriores, comparó a las mujeres musulmanas que usaban burkas y hiyab con "buzones" y “ladrones” en una columna del periódico The Telegraph.

"La forma en que se ha llevado a cabo esta investigación significa que no es más que un intento de ocultar problemas profundamente arraigados", dijo Sajjad Karim, exmiembro conservador del Parlamento Europeo y presidente del grupo de trabajo del Parlamento Europeo sobre islamofobia.

“Es difícil identificar cualquier intento de abordar asuntos serios y creíbles o de cumplir con la promesa electoral de liderazgo de Boris Johnson”, agregó Karim.

"En todo caso, actúa como una ilustración de una actitud inclinada a ver la islamofobia como un tema que es mejor dejar de lado cuando no se utiliza para promover guerras culturales, en lugar de considerarlo como un problema sistémico y grave que debe ser eliminado", sentenció Karim.

*Traducido por Daniel Gallego.