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Human Rights Watch: Refugiados que vuelven a Siria sufren graves abusos

Un informe de la ONG con sede en EEUU criticó a Dinamarca por sentar un precedente peligroso dentro de la Unión Europea al eliminar el estatus de protección temporal de las personas de Damasco y su zona rural.

Handan Kazanci y Ahmet Karaahmet  | 20.10.2021 - Actualızacıón : 26.10.2021
Human Rights Watch: Refugiados que vuelven a Siria sufren graves abusos   Heyam el Nehar, una mujer siria que perdió a sus dos hijos en los ataques de las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad, realiza sus actividades cotidianas en el campamento Reyyan, en Idlib, Siria, el 11 de marzo de 2021. (Muhammed Abdullah - Agencia Anadolu)

ESTAMBUL / IDLIB
Los refugiados sirios que regresaron a su país entre 2017 y 2021 desde el Líbano y Jordania enfrentaron "graves abusos de derechos humanos y persecución" por parte del régimen de Bashar al Assad, según un informe de Human Rights Watch (HRW) publicado este miércoles 20 de octubre.
 
“Los repatriados también lucharon por sobrevivir y satisfacer sus necesidades básicas en un país destruido por el conflicto”, señaló HRW, con sede en Nueva York, en un informe de 72 páginas titulado ‘Nuestras vidas son como la muerte: Refugiados sirios regresan del Líbano y Jordania’.
 
Según el informe, "Siria no es segura para regresar".
 
El grupo de derechos humanos entrevistó a 65 repatriados o familiares de ellos y "documentó 21 casos de arresto y detención arbitraria, 13 casos de tortura, tres secuestros, cinco ejecuciones extrajudiciales, 17 desapariciones forzadas y un caso de presunta violencia sexual".
 
El grupo habló con tres abogados de Siria, Jordania y Líbano, cuatro investigadores y expertos en Siria, así como también con algunos representantes de ONG y con agencias humanitarias y de la ONU en Jordania y Líbano.
 
"ACNUR, la agencia de la ONU con el mandato de brindar protección internacional y asistencia humanitaria a los refugiados, sostiene que Siria no es segura y que no facilitará los regresos en masa en ausencia de condiciones de protección clave, aunque facilitará los retornos voluntarios individuales", señaló el reporte al citar a la agencia.
 
“Todos los países deben proteger a los sirios de ser repatriados y enfrentar violencia y tortura, y detener cualquier retorno forzoso a Siria”, aañade el texto.
 
El informe citó a un refugiado de 38 años en el Líbano que regresó a Siria: "Nadie estará seguro en Siria hasta que impidan que las agencias de seguridad aterroricen a la gente".
 
Según el informe, algunos países "promueven los retornos".
 
HRW además culpó a Dinamarca de sentar "un precedente peligroso dentro de la Unión Europea al eliminar el estatus de 'protección temporal' de las personas de Damasco y la zona rural de Damasco".
 
"Dinamarca debería derogar su decisión de eliminar la protección temporal para los refugiados sirios de Damasco y la zona rural de Damasco, y los Estados miembros europeos no deberían introducir ninguna legislación similar", añadió.
 
Situación en Líbano y Jordania
 
Según el informe, tanto Líbano como Jordania recibieron los refugiados al comienzo del conflicto en Siria, en 2011. A medida que aumentaba el número de refugiados en el Líbano, este país comenzó a adoptar "medidas coercitivas y abusivas".
 
"Las autoridades de Líbano siguieron una agenda de retornos agresiva con decretos y reglamentos diseñados para dificultar la vida de los refugiados sirios y presionarlos para que se fueran", señaló el documento.
 
Por su parte, el informe aseguró que Jordania “no ha insistido públicamente en repatriaciones organizadas a gran escala y otorgó algunas oportunidades de trabajo legal a los refugiados sirios. Pero cerrar categorías importantes de empleo a los no nacionales limita los trabajos en los que los sirios se pueden desempeñar".
 
“A pesar de los crecientes niveles de vulnerabilidad en Líbano y Jordania, el número de regresos espontáneos de refugiados a Siria no ha aumentado significativamente”, destacó el informe. 
 
"Aquellos que regresan a menudo se encuentran bajo una presión extrema, (pues cuentan) con información limitada sobre las condiciones dentro del país".
 
El informe pidió a los gobiernos internacionales donantes que “utilicen su influencia contra prácticas como las deportaciones sumarias y los retornos forzosos, que se consideran un incumplimiento de las obligaciones de no devolución, no regresar a las personas a un lugar donde podrían enfrentar amenazas a la vida y la libertad, y otros daños graves".
 
"Si bien las hostilidades activas pueden haber disminuido en los últimos años, el Gobierno sirio continuó implementando los mismos abusos contra los ciudadanos que los llevaron a huir en primer lugar, incluida la detención arbitraria, el maltrato y la tortura", enfatizó.
 
La publicación del informe coincidió con un ataque mortal llevado a cabo por el régimen sirio en Idlib, al noroeste de Siria, en el que murieron al menos 10 civiles y otros 35 resultaron heridos.
 
Las fuentes médicas en la ciudad dijeron a la Agencia Anadolu que la artillería de las fuerzas de Assad y los grupos terroristas respaldados por Irán atacaron un mercado en el centro de la ciudad de Ariha, al sur de la zona rural de Idlib, un área bajo control de la oposición.
 
Las fuentes señalaron que se teme que las muertes aumenten.
 
Siria se ha visto envuelta en una feroz guerra civil desde principios de 2011, después de que el régimen de Bashar al Assad reprimiera unas protestas a favor de la democracia en el país con una ferocidad inesperada. Desde entonces, más de 5 millones de civiles han sido desplazados.
 
Idlib se encuentra dentro de una zona de desescalamiento forjada en virtud de un acuerdo entre Turquía y Rusia. La zona ha sido objeto de múltiples acuerdos de alto al fuego, violados con frecuencia por el régimen sirio y sus aliados.
 
*Mahmoud Barakat y Aicha Sandoval Alaguna contribuyeron con la redacción de esta nota.
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