El ministro de Sanidad del territorio español de Ceuta, Javier Guerrero, dimitió este martes, sumándose a una creciente lista de políticos y funcionarios sanitarios españoles que han sido destituidos de sus cargos por recibir vacunas contra la COVID-19 fuera de turno.

Guerrero fue vacunado contra la COVID-19 la semana pasada. “Mis empleados me pidieron que me vacunara (...) No quería vacunarme, ni siquiera me vacunaron contra la gripe. No me gustan las vacunas”, dijo justificando su decisión de recibir la inyección fuera de turno.

El ministro de Ceuta anunció su renuncia este martes, uniéndose al menos a otros siete miembros de la élite española que han perdido sus trabajos por haberse saltado la fila de vacunación en la última semana.

Durante el fin de semana, el líder militar de mayor rango de España, el general Miguel Ángel Villarroya, renunció por haberse vacunado.

Según un comunicado, “nunca tuvo la intención de aprovechar privilegios injustificables, que dañaron la imagen de las Fuerzas Armadas y pusieron en duda el honor del general”.

Durante la primera ola de la pandemia, Villarroya se dirigió a la nación a diario sobre las acciones de los militares contra la COVID-19.

También han dimitido por el mismo motivo el alcalde de Molina de Segura, los ministros de Sanidad de Murcia y Huelva, un líder político de extrema izquierda en Murcia y dos directores de hospitales del País Vasco.

Pero no todos los vacunados fuera de turno en España han dimitido. Según la emisora ​​española Antena 3, alrededor de 500 funcionarios públicos se han administrado la vacuna contra la COVID-19 de forma irregular.

“No vamos a renunciar. Si hubiéramos fallado en nuestros deberes o cometido un delito, entonces sí, renunciaríamos”, dijo la semana pasada a la prensa Carolina Vives, alcaldesa de El Verger, en referencia al escándalo en el que tanto ella como su esposo, también político, recibieron la vacuna.

La excusa más común ha sido que los políticos querían mostrar al público que la vacuna es segura.

“En mi opinión, nadie que haya recibido una dosis de vacuna de manera imprudente debería poder recibir la segunda dosis”, dijo el primer ministro de Valencia, Ximo Puig, el 21 de enero, donde alrededor de 200 personas han sido atrapadas saltándose la fila.

Sin embargo, el epidemiólogo jefe de España, Fernando Simon, no estuvo de acuerdo y calificó de "error" retener las segundas dosis.

Políticos de todo el espectro político español se han visto envueltos en escándalos relacionados. Esta semana también se supo que el obispo de Mallorca saltó al frente de la línea de vacunación.

España ha administrado hasta ahora más de 1,34 millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19, el 92% de todas las dosis recibidas, según el Ministerio de Sanidad.

*Maria Paula Triviño contribuyó con la redacción de esta nota.