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Funcionario de la ONU asegura que la COVID-19 representa un mayor desafío para erradicar el hambre en el mundo para 2030

El representante de la FAO en Turquía, Viorel Gutu, aseguró que se deben tomar medidas urgentes, de lo contrario, al menos 660 millones de personas seguirán sufriendo de falta de alimentos para dentro de una década.

Tuba Sahin  | 15.10.2021 - Actualızacıón : 19.10.2021
Funcionario de la ONU asegura que la COVID-19 representa un mayor desafío para erradicar el hambre en el mundo para 2030 En el Hospital Sabeen, los niños reciben atención médica debido a la desnutrición. La población infantil de Yemen se enfrenta a una crisis de hambre y escasez en Saná, Yemen, 27 de mayo del 2021. Archivo (Mohammed Hamoud - Agencia Anadolu)

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Los compromisos básicos de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para acabar con el hambre, la desnutrición y la pobreza para 2030 se han convertido en un mayor desafío debido a los impactos de la pandemia de la COVID-19, aseguró Viorel Gutu, representante de la FAO en Turquía, en la víspera del 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación.

El coronavirus agregó su propia dinámica y exacerbó el impacto de los factores que impulsan el hambre, la desnutrición y la inseguridad alimentaria, dijo Gutu a la Agencia Anadolu.

Al citar un informe conjunto de varios organismos de la ONU titulado El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021 (SOFI 2021), el funcionario aseguró que los conflictos, la variabilidad y los extremos climáticos, la inestabilidad económica y la lta desigualdad de ingresos son los principales impulsores del hambre, la desnutrición y la inseguridad alimentaria.

SOFI 2021 fue preparado conjuntamente por la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, el Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF para informar al público sobre el progreso hacia la erradicación del hambre, alcanzar la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición.

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La respuesta a los desafíos, agregó Gutu, requiere un enfoque basado en sistemas para producir más alimentos con mayores beneficios socioeconómicos y menos impacto en el medio ambiente.

"Esto se puede lograr a través de enfoques ecológicos y resilientes al clima, incluidos la innovación tecnológica, las soluciones digitales y el conocimiento indígena y tradicional".

Subrayó que la agricultura verde y resiliente al clima puede proporcionar alimentos nutritivos con una huella de carbono baja para ayudar a lograr ecosistemas y dietas saludables para las generaciones presentes y futuras.

"Con esto, se pueden abordar cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria y la nutrición: la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad de alimentos; especialmente para los países menos desarrollados, los países en desarrollo sin acceso al mar y los pequeños Estados islas en desarrollo", aseguró Gutu.

El cómo se producen los alimentos afecta a todo el planeta, los recursos naturales, el clima y la forma en que viven los animales, enfatizó.

"Los sistemas agroalimentarios son responsables de un tercio de las emisiones de carbono que causan el efecto invernadero y el cambio climático", agregó.

El procesamiento de alimentos es una forma de limitar el desperdicio de los mismos, pero cuando se vuelve excesivo y se utilizan conservantes químicos, estos pierden sus propiedades nutricionales, advirtió.

Dos mil millones de personas tienen sobrepeso grave o sufren de obesidad, mientras que la desnutrición, que no solo representa el hambre sino también la obesidad, afecta a más de 3 mil millones de personas en el mundo.

"La FAO está trabajando con los países para reducir esta cifra a cero. Pero, ¿qué se puede hacer?", indicó Gutu.

Sugirió que se debería persuadir a los gobiernos para que fomenten la producción sostenible de alimentos asequibles y nutritivos a través de incentivos para un comportamiento respetuoso con el medio ambiente y ayudas para las pequeñs granjas, las cuales, según el funcionario de la ONU, producen el 33% de los alimentos del mundo, pero a menudo no generan suficientes ingresos.

Dado que los sistemas agroalimentarios están relacionados con la salud, la educación e incluso las finanzas, el sector privado tiene que realizar inversiones responsables, enfatizó.

"Tiene que financiar proyectos sostenibles e innovación en la búsqueda de formas de cultivo, pesca y ganadería nuevas y más ecológicas", afirmó.

Gutu hizo hincapié en la importancia de la acción colaborativa para cambiar la forma en la que se producen y consumen los alimentos con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

"Hay cuatro pasos clave. Tenemos que estar comprometidos con una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una mejor vida para todos", agregó.

Al responder una pregunta sobre el objetivo de hambre cero, Gutu dijo: "No estamos haciendo lo suficiente para alcanzar las metas de ninguno de los indicadores de nutrición para 2030 y enfrentamos una amenaza sistémica que debe abordarse de inmediato y de manera integral. De lo contrario, al menos 660 millones de personas seguirán sufriendo  de hambre para 2030".

El informe SOFI 2021 señaló que la prevalencia de la desnutrición global ha alcanzado el 9,9%, un 1,5% más que en 2020.

Entre 720 millones y 811 millones de personas sufrieron hambre en 2020, un aumento de 118 millones en comparación con 2019, reveló el informe.

El número de personas con inseguridad alimentaria moderada y grave se disparó en 2020, con casi una de cada tres personas en todo el mundo (alrededor de 2,37 mil millones) en situación de inseguridad alimentaria.

Según el informe, este incremento también amplió la brecha de género, ya que la inseguridad alimentaria ha afectado más a las mujeres que a los hombres durante la pandemia de COVID-19.

Al subrayar que la desnutrición sigue siendo un desafío y afecta principalmente a los niños, el informe reveló también que al menos 149 millones de niños menores de cinco años sufrieron de retraso del crecimiento, 45 millones de consunción y cerca de 39 millones de sobrepeso en 2020.

"El informe SOFI identifica seis vías hacia la transformación de los sistemas agroalimentarios. Estas se enfocan en las zonas afectadas por el conflicto, los extremos climáticos, los grupos más vulnerables, el costo de los alimentos nutritivos, la desigualdad estructural y los ambientes alimentarios y los patrones dietéticos", señaló Gutu.

Subrayó que la pandemia de COVID-19 es una señal de alerta de la insuficiencia de los sistemas agroalimentarios actuales y proporciona la motivación para cambiar el curso actual del sector.


*Aicha Sandoval Alaguna contribuyó con la redacción de esta nota.

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