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Familiares de los uigures narran el drama que se vive en los "campamentos de reeducación" en China

Los uigures en Turquía quieren saber sobre sus familiares mientras las autoridades chinas continúan llevando a más integrantes de esta minoría a controvertidos "campamentos de reeducación" en la provincia de Xinjiang.

Merve Gül Aydoğan Ağlarcı  | 22.01.2021 - Actualızacıón : 25.01.2021
Familiares de los uigures narran el drama que se vive en los "campamentos de reeducación" en China ESTAMBUL, TURQUÍA - 20 DE ENERO: Alimcan Turdiniyaz, quien participó en una manifestación frente al Consulado chino por un grupo de familiares de ciudadanos de la República de Turquía nacidos en el este de Turkestán y detenidos en China, habla durante una entrevista en Estambul, Turquía, el 20 de enero, 2021. (Yasin Aras - Agencia Anadolu).

Ankara

Era un día soleado de verano cuando Alimcan Turdiniyaz decidió que era hora de dejar su tierra natal, donde había vivido toda su vida, luego de enterarse de que su hija de cinco años había sido arrestada por las autoridades chinas.

“Mi hija mayor tenía solo cinco años cuando las autoridades chinas la detuvieron en el verano de 2012 porque asistía a una escuela religiosa de verano”, dijo.

Turdiniyaz se sintió afortunado porque la familia pudo recuperar a la niña de manos de las autoridades chinas mediante un soborno. Tras este hecho, este hombre, de 45 años, ha estado viviendo en Estambul durante casi ocho años con sus tres hijas y su esposa, pero su corazón está lleno de añoranza por su familia y parientes en la región occidental china de Xinjiang, también conocida como Turquestán Oriental.

La región alberga más de 10 millones de uigures. El grupo musulmán turco, que representa alrededor del 45% de la población de Xinjiang, ha acusado durante mucho tiempo a las autoridades chinas de discriminación cultural, religiosa y económica.

De hecho cerca de 100 personas se reunieron pacíficamente frente al consulado chino en Estambul el pasado 22 de diciembre y protestaron durante 18 días para exigir respuesta sobre el estado de sus familias en China.

"Mi hermano mayor, mi hermana mayor y su esposo junto con sus dos hijos, el yerno de mi otra hermana mayor y un amigo mío están en los 'supuestos' campamentos de reeducación política de China", dijo Turdiniya a la Agencia Anadolu en una entrevista exclusiva.

Turdiniyaz afirmó que las autoridades chinas visitaron todos los hogares de las familias uigures en Xinjiang en 2016 y les aconsejaron a los uigures que obtuvieran un pasaporte y visitaran a sus familias en el extranjero.

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“Pero poco sabíamos que era una trampa. Todos los que viajaron al extranjero ese año en adelante están ahora en campamentos o en otros lugares que no conocemos”, dijo.

Aferrándose a la pequeña esperanza de ver a un ser querido en las redes sociales

Algunos incluso son reclutados en fábricas chinas para realizar trabajos forzados, según Turdiniyaz, quien revisa las redes sociales como TikTok y Facebook para ver si pueden "descubirir" a sus familias en grabaciones de video.

“Mi hermano mayor Nurmemet es educado y tiene sus propios negocios en China. No necesitaba que el Gobierno le diera trabajo ni educación. Pero luego nos enteramos de que se lo llevaron debido a su barba".

La hermana de Turdiniyaz, Helime, y su cuñado, Osman Rozi, así como sus dos hijos, fueron llevados a campamentos, mientras que su hermano menor, Elzat Ali, está desaparecido.

Trabajando como empresario en Turquía, Turdiniyaz se dedicó al comercio entre China y Turquía hasta 2017.

“Mi hermano menor Elzat fue contador de mi negocio desde 2013 hasta 2017. En 2017, regresó a casa después de que supimos que nuestra madre estaba enferma. Tan pronto como aterrizó en China lo cogieron, pero no sabemos si está en un campo, en una prisión o en otro lugar”, dijo mientras estallaba en lágrimas.

Incapaz de contener su llanto, el hombre suplicó que le informaran sobre la condición de sus familiares en China.

“Ni siquiera puedo llamarlos porque no quiero poner en problemas a los parientes que quedan. Incluso me enteré de la muerte de mi propia madre por otros. No sé si mis hermanos, mis hermanas u otros parientes míos están vivos o muertos”, sollozó.

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Incapaces de comunicarse con sus familias

Amine Vahit, madre de dos hijos, llegó a Turquía en marzo de 2015 con sus niños. Al igual que Turdiniyaz, también estaba importando y exportando productos desde y hacia China hasta 2017.

Su mundo se hizo añicos cuando una mañana no pudo comunicarse con los miembros de su familia. Ella usaba la popular aplicación de mensajería con sede en China, WeChat, para comunicarse con sus familiares, pero dijo que ya no podía usarla porque todos los que conocía eliminaron la aplicación de sus teléfonos y no se comunican con nadie en el extranjero.

“Descubrí en julio de 2016 que las autoridades chinas se llevaron a mi hermano mayor. Mis hermanas me lo dijeron a través de WeChat. Pero poco después mi hermano mayor, mi hermana mayor y mi otro hermano mayor también fueron retenidos”, dijo Vahit a la Agencia Anadolu.

Al mencionar su última visita a su ciudad natal, Xinjiang, Vahit dijo que su regreso a Turquía fue un "milagro absoluto".

“Tuve que irme (de China) aunque tenía negocios allí y una casa que quería vender, pero no podía hacerlo”, agregó.

La hermana de Vahit fue llevada inicialmente a los campamentos en 2016 y estuvo retenida allí durante tres meses y luego fue liberada debido al deterioro de su estado de salud.

“Cuando estuve allí, visité en secreto a mi hermana en el hospital. Ella me dijo que abandonara el país inmediatamente antes de que las autoridades chinas también me retuvieran. Así que empaqué todo en una noche y me fui en el primer vuelo a Turquía”, dijo.

Al referirse a los campamentos, Vahit dijo que su hermana los describió como una "pesadilla" donde se recluía a mujeres desde los 16 años hasta personas mayores de 70.

“Todas las mañanas se les obligaba a correr durante una hora, incluidas las ancianas que ni siquiera podían caminar. Algunos perdieron la vida debido a las duras condiciones en los campamentos, según mi hermana. Un bao (un tipo de bollo) por la mañana, una sopa por la tarde y otro bao por la noche son los únicos alimentos que les dan”.

“Además tienen que arrodillarse y agradecer al Gobierno de China y cantar la canción del partido comunista chino para obtener esa comida insuficiente”, dijo Vahit.

Las mujeres en los campamentos fueron tratadas mal. Se vieron obligadas a analizar sus vidas anteriores y a "arrepentirse de ello como si fuera un pecado", según Vahit.

Posteriormente, su hermana fue llevada nuevamente a los campamentos en 2017, y desde entonces Vahit no sabe qué le ha pasado a ella o a sus dos hermanos.

China ha sido ampliamente acusada de poner a los uigures en campamentos y también ha habido informes sobre esterilización forzada a mujeres uigures.

La política de Beijing en Xinjiang ha generado críticas generalizadas de grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que la acusan de condenar al ostracismo a 12 millones de uigures en China, la mayoría de los cuales son musulmanes.

Mirzahmet Ilyasoglu, de 39 años, vive en Turquía desde 2007 y más tarde se convirtió en ciudadano turco. Con la esperanza de cumplir con la aspiración de su difunto padre, Ilyasoglu recibió su título universitario en China y obtuvo su título de posgrado en Turquía.

Ilyasoglu invitó a su hermano y a su madre a visitar Turquía en 2014, donde visitaron lugares turísticos de Estambul y vieron una vida más allá de los muros invisibles alrededor de Xinjiang.

Pero ese viaje resultó ser una pesadilla para la familia Ilyasoglu, ya que las autoridades chinas se llevaron a su hermano Helememet Ilyas en 2017 debido a su travesía a Turquía.

“Nos dijeron que los campamentos eran escuelas ocupacionales, así que guardé silencio durante tres años. Pero cuando no supimos de nuestras familias durante ese tiempo, si estaban vivas o muertas, nos dimos cuenta de que estaban lejos de ser escuelas”, dijo Ilyasoglu entre lágrimas.

Ver también: EEUU afirma que China ha cometido un “genocidio” contra los uigures.

"El silencio contra la opresión es una forma de aprobarlo"

Ilyasoglu más tarde descubrió que su cuñado, Abdurrehman Kuerwanjiangin, también fue llevado a campamentos junto con otros cuatro amigos.

Luchando por contener las lágrimas, dijo: “No estoy preso, pero me siento igual que ellos... A través de estos campos, China está cometiendo un crimen. No hay otra definición de esto”, sostuvo rompiendo en llanto.

"Aunque el Gobierno chino siempre afirma que la región de Xinjiang es parte de China, nunca ha visto a las personas ubicadas allí como sus propios ciudadanos", añadió.

De acuerdo con Ilyasoglu, entre las personas llevadas a los controvertidos campos de China hay familiares de sus amigos que son hombres mayores de 90 años o más, así como niños de dos años. Los niños son separados por la fuerza, dijo Ilyasoglu, citando información que recibió de la región.

Casi ocho millones de personas de la población musulmana de Xinjiang han sido encarceladas en una red en expansión de campos de "reeducación política", según Turdiniyaz.

“Un amigo mío que se había graduado de una universidad en Turquía murió en esos campos”, dijo Ilyasoglu mientras temblaba de dolor, y agregó que teme por la vida de sus familiares y amigos.

Turdiniyaz, Vahit e Ilyasoglu instaron por separado a la comunidad internacional, los países del mundo y las organizaciones humanitarias a que se pronuncien contra la injusticia y el trato inhumano por parte del Gobierno chino hacia este grupo musulmán turco.

“El silencio contra la opresión es simplemente una forma de aprobarlo”, dijo Ilyasoglu.

Aunque Ilyasoglu acogió con satisfacción el informe anual de 2020 de la Comisión Ejecutiva del Congreso de Estados Unidos sobre China (CECC), dijo que era una declaración atrasada.

China ha cometido "crímenes contra la humanidad y posiblemente genocidio" contra los uigures y otras comunidades minoritarias musulmanas en la provincia occidental de Xinjiang, según el reciente informe de la CECC.

Y agregó que "el Gobierno chino está trabajando intencionalmente para destruir las familias uigures y otras minorías, la cultura y la adhesión religiosa".

Además de las nuevas pruebas de una política sistemática y generalizada de esterilización forzada y supresión de los nacimientos de los uigures y otras poblaciones minoritarias, hay medio millón de niños en edad escolar intermedia y primaria, muchos de los cuales fueron separados involuntariamente de sus familias, según la CECC.

Todas estas tendencias "deben tenerse en cuenta al determinar si el Gobierno chino es responsable de perpetrar crímenes atroces, incluido el genocidio contra uigures, kazajos y otras minorías étnicas turcas y predominantemente musulmanas en China", se lee en el informe.

Medine Nazimi, de 37 años, que vive en Turquía desde 2009, también está devastada, preocupada y temerosa por su hermana Mevlude Hilal, de 34 años.

Nazimi, quien también obtuvo su ciudadanía turca, dijo que no sabe sobre la condición de su hermana desde hace más de dos años.

Hilal, que residió y estudió en Turquía y tiene la ciudadanía turca, fue inicialmente detenida por las autoridades chinas en 2017 pero liberada en 2019. Poco después de su liberación, se vio obligada a dejar atrás a su hija de casi dos años y se la llevaron a los campamentos en 2019.

También dijo que desde entonces no saben qué le pasó a su hermana. La hija de Hilal ahora tiene cuatro años y no conoce a su madre, ni recuerda su olor, dijo Nazimi, quien no logró aguantar las lágrimas.

Nazimi perdió a su madre en 2019, poco después de la detención de su hermana.

“¿Cómo te habrías sentido si no hubieras hablado con tu propia madre durante cuatro años y luego un día suena un teléfono y te dice que ya está muerta? Y ni siquiera pudiste ir a su funeral y rendir tu tributo final".

Nazimi le rogó al Gobierno turco y al Ministerio de Relaciones Exteriores que busquen a Hilal y la traigan de regreso junto con su hija a Turquía, ya que son ciudadanas del país.

“Los consuelos ya no son suficientes para nosotras (...) Sabemos que muchos están detenidos o incluso murieron en esos campos. Todo lo que quiero es tener a mi hermana de regreso en Turquía con su hija. Quiero poder ver a mi sobrina y abrazarla", manifestó.

“Aunque vivo en un país libre, no me siento libre. A medida que pasan los días sin saber nada de mi hermana, no me siento libre”, expresó Nazimi.

Un informe de Human Rights Watch de 2018 describió una campaña del Gobierno chino de "detención arbitraria masiva, tortura, adoctrinamiento político forzado y vigilancia masiva sobre los musulmanes de Xinjiang".

Sin embargo, China ha negado repetidamente las acusaciones con respecto a que está operando campos de detención en su región autónoma y ha alegado, en cambio, que están "reeducando" a los uigures.

Ver también: Twitter eliminó publicación de embajada China en EEUU sobre las mujeres uigures.

*Juan Felipe Vélez y Maria Paula Triviño contribuyeron con la redacción de esta nota.


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