La fuerte explosión registrada este martes en Beirut, la capital libanesa, dejó al menos 63 muertos y 2.750 heridos, señaló el ministro de Salud, Hamad Hasan.

Un incendio en un almacén con explosivos en el puerto de Beirut provocó una intensa explosión que derribó un edificio de tres pisos y se escuchó en toda la ciudad y sus suburbios. El almacén contenía explosivos que habían sido incautados previamente, dijo la policía del Líbano.

Las imágenes compartidas en las redes sociales mostraron humo del fuego, seguido de una gran nube en forma de hongo. Medios locales afirmaron que el número de víctimas es mucho mayor que las cifras oficiales anunciadas por las autoridades.

El primer ministro libanés, Hassan Diab, dijo que los responsables del incidente serán llevados a la justicia. Describiendo el incidente como un “desastre”, Diab instó a todos los países amigos a proporcionar asistencia de emergencia al país.

El presidente libanés, Michel Aoun, reunió al Consejo de Alta Defensa en el Palacio Presidencial de Baabda, en la capital, tras la explosión. El mandatario instruyó a todas las fuerzas armadas a realizar patrullas en los distritos afectados por la explosión en la capital y los suburbios para controlar la seguridad, dijo en un comunicado la Presidencia libanesa.

El presidente también pidió al Ministerio de Salud brindar primeros auxilios a las personas lesionadas y proporcionar refugio a las víctimas que se vieron forzadas a salir de sus hogares como resultado del gran daño de la explosión.

Según informes iniciales, se dice que el ex primer ministro Saad Hariri, que vive cerca del área de la explosión, no sufrió daños. Sin embargo, los edificios cercanos, incluida la residencia de Hariri, propiedad del Gobierno libanés, y el aeropuerto internacional Beirut Rafic Al-Hariri, sufrieron daños importantes.

Informes locales indican que todavía hay personas atrapadas debajo de los escombros. Rescatistas buscan a los sobrevivientes.

El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, quien rompió en llanto mientras hablaba con los periodistas en el lugar de la explosión, comparó la explosión con los horribles bombardeos nucleares de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki que mataron instantáneamente a cientos de miles de personas.

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El embajador de Kazajstán en Beirut resultó herido y el edificio de la embajada resultó dañado, según un comunicado. Además, Nazar Najarian, el líder del Partido Kataeb del Líbano, murió a causa de la explosión.

Fuentes cercanas a Hezbolá negaron las acusaciones de que la explosión en Beirut fue un ataque de Israel en sus propios depósitos de armas. Funcionarios israelíes, que hablaron con los medios locales bajo condición de anonimato, negaron la participación de Israel en el incidente y dijeron que la explosión podría haber sido un accidente.

La explosión se produjo en un momento sensible para el Líbano, apenas días antes de que el Tribunal Especial de la ONU para el Líbano anuncie su veredicto en el caso de asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri.

*Susana Noguera colaboró con la redacción de esta noticia.