Este domingo 9 de mayo termina el estado de emergencia en España, con lo que terminan los toques de queda nocturnos en gran parte del país y los españoles podrán viajar después de más de seis meses de prohibiciones.

Varias ciudades de la nación realizaron grandes celebraciones para marcar el comienzo del nuevo periodo.

Las personas tenían que irse a casa antes de las 11 p.m. (en la mayor parte de España) para cumplir con el toque de queda del sábado. Luego, a la medianoche, cuando este perdió vigencia, volvieron a salir a las calles en un estado de euforia.

A pesar de la libertad que recuperaron, la COVID-19 todavía acecha. El contagio está disminuyendo, pero el viernes el Ministerio de Sanidad informó 8.186 nuevas infecciones.

Sin el estado de emergencia para combatir la pandemia, el país se encuentra en una especie de limbo legal en lo que respecta a las restricciones. Por ejemplo, en Valencia y las Islas Baleares, los tribunales han aprobado las solicitudes del Gobierno para mantener los toques de queda nocturnos.

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En el País Vasco, que actualmente sufre uno de los peores brotes de COVID-19 en Europa, un tribunal local bloqueó el intento del Gobierno de mantener un toque de queda y restricciones de viaje.

El Gobierno español aprobó recientemente una ley que aceleraría estos asuntos contenciosos hasta el Tribunal Supremo, que tendrá la última palabra.

Pero la Corte Suprema ha criticado esa medida. En un informe, el máximo tribunal explicó que aún carece de herramientas legales para mantener las restricciones contra el coronavirus que restringen las libertades básicas y cuestionó la constitucionalidad de hacer partícipes a los tribunales en la "adopción de medidas administrativas".

El verano pasado, España también fue uno de los primeros países europeos en sumergirse en la nueva normalidad. Como resultado, el país se vio afectado por una segunda ola de infecciones antes que la mayoría de los demás europeos.

Esta vez, las autoridades esperan que las vacunas eviten un gran aumento de enfermedades y muertes.

Hasta el momento, el 12,6% de la población española está totalmente inmunizada y el 28% ha recibido al menos una dosis.

Un asombroso 83,5% de los mayores de 60 años también ha recibido al menos una inyección, y el 38% del grupo más vulnerable está completamente inmunizado.

El 7 de mayo, España informó 66 nuevas muertes por COVID-19, el número más bajo desde el verano pasado.

*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.