Erdogan: “La humanidad es insensible a la violencia en Birmania”
El presidente turco y varios ministros hicieron un llamado a la comunidad internacional para detener la violencia en ese país.

ESTAMBUL, Turquía
La humanidad es “insensible” a la creciente violencia contra los musulmanes rohinyás en el estado de Rakáin, en Birmania, dijo el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Este viernes, en el primer día de celebración del Eid al- Adha, Erdogan les dijo a los medios de comunicación en Estambul que cientos de musulmanes rohinyás fueron asesinados, sus pueblos quemados y miles de personas se han visto en la necesidad de cruzar a Bangladés, dejando sus hogares atrás.
“Todo esto está pasando en frente de los ojos del mundo. La humanidad, desafortunadamente, es insensible hacia ellos”, afirmó.
En el Eid al-Adha, conocida como la festividad del sacrificio, se celebra la obediencia de Abraham, quien estaba dispuesto a sacrificar a su propio hijo para seguir la voluntad de Dios.
“Yo, como presidente rotativo de la Organización para la Cooperación Islámica, sostuve varias charlas necesarias con los países islámicos y con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres”, dijo Erdogan.
El presidente también mencionó que el mundo musulmán está entristecido porque la festividad del Eid al-Adha está marcada por la violencia en Birmania, los conflictos en Siria e Irak y la lucha contra el terrorismo en Turquía.
Los ministros piden detener la persecución
El primer ministro de Turquía, Binali Yildrim, hizo un llamado este viernes a la comunidad internacional para detener la violencia en contra de los musulmanes rohinyá.
“La comunidad internacional debería ser más activa y debería abandonar los (dobles) estándares en este asunto”, dijo Yildrim a los periodistas en Estambul en el primer día del Eid Al-Adha.
Turquía ha hecho su parte enviando ayuda humanitaria a la gente que está sufriendo, con el fin de parar la violencia, dijo el primer ministro.
Otros ministros también enviaron mensajes relacionados con la violencia en Birmania.
“El mundo y la ONU tienen suficiente poder para detener esta crueldad en Rakáin”, dijo el vice primer ministro Recep Akdag a la Agencia Anadolu, en la provincia oriental de Erzurum.
Fikri Isik, otro vice primer ministro, les dijo a los reporteros en la provincial de Kocaeli que era inaceptable que el mundo “desafortunadamente estuviera ciego y sordo ante estas persecuciones”.
La violencia en Rakáin “ensombreció” este año la celebración del Eid al-Adha, dijo el vice primer ministro Hakan Cavusoglu, en la provincia norte de Bursa.
“Hemos visto que todos los llamados que han hecho nuestro presidente y nuestro primer ministro han sido atendidos por la comunidad internacional. Esperamos que la crisis se pueda resolver de manera permanente”, agregó Cavusoglu.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, dijo que había hablado con sus contrapartes en varios países y con representantes de varias organizaciones internacionales sobre la crisis.
“También hablaré hoy viernes con Kofi Annan, un enviado especial de la ONU (...) nosotros como Turquía haremos cualquier cosa que se necesita para lograr una solución permanente en Rakáin”, les dijo Cavusoglu a los reporteros en la provincia sur de Antalya.
Por su parte, desde la provincia sur de Adana, el ministro de la Unión Europea Omer Celik expresó su solidaridad con los musulmanes rohinyás.
“Nuestro Estado y nuestra Nación continuarán extendiéndole una mano a la gente que está sufriendo en cada rincón del planeta; desde Rakáin hasta Pakistán, desde Siria a Somalia, desde Serbia a Palestina”, dijo el ministro de Defensa, Nurettin Canikli, en un comunicado.
Desplazamientos forzados
Los ataques mortales en el estado oeste de Rakáin comenzaron el pasado 25 de agosto.
Los medios de comunicación reportaron que las fuerzas de seguridad de Birmania están usando la fuerza desproporcionada y desplazaron a miles de rohinyás de sus pueblos, destruyendo sus hogares con morteros y ametralladoras.
La región ha vivido una tensión entre sus poblaciones budista y musulmana desde que estalló la violencia en 2012.
Una represión de seguridad lanzada en octubre del año pasado en Maungdaw, donde los rohinyás son la mayoría, condujo a un informe de la ONU sobre violaciones de derechos humanos, por parte de las fuerzas de seguridad, que indican crímenes contra la humanidad.
La ONU documentó la violación en masa de las pandillas, los asesinatos, incluidos los de bebés y niños, las palizas brutales y las desapariciones.
Los representantes rohinyá dijeron que más 400 personas fueron asesinadas durante la operación.
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