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Empresa Metro de Medellín celebra 30 años de su fundación

Cerca de 1,5 millones de personas se movilizan en el sistema integrado de transporte que abarca a algunos de los 10 municipios de la zona metropolitana del Valle del Aburrá.

Gustavo Adolfo Delvasto Daza  | 02.12.2019 - Actualızacıón : 04.12.2019
Empresa Metro de Medellín celebra 30 años de su fundación Vista general de la estación del Metrocable de Santo Domingo, en la comuna del mismo nombre en la ciudad de Medellín, Colombia, el 30 de noviembre de 2019. (Gustavo A. Delvasto D. - Agencia Anadolu)

MEDELLÍN, Colombia

Por: Gustavo Adolfo Delvasto Daza

Este 30 de noviembre se cumplieron 24 años del funcionamiento del metro de Medellín, pionero en el país de un sistema integrado de transporte que no se quedó solo en el movimiento de los medellinenses todos los días a sus trabajos y hogares a través de 80 kilómetros de vía de metro.

Pero también este año se cumplen 30 años de fundación de la empresa Metro de Medellín y 15 años del Metrocable de la ciudad, al noreste de Colombia con una población de más de tres millones de habitantes.

El orgullo ‘paisa’ no solo consistió en hacer un metro, posteriormente se le fueron sumando 4 líneas de metrocable que comunican con las comunas más inclinadas en los cerros de la ciudad; un tranvía –el primero en Colombia– que recorre los barrios populares de la capital del departamento de Antioquia, líneas de buses a gas, 20 buses eléctricos y el metrocable exclusivamente de uso turístico que lleva a la zona forestal protegida del Parque Arví, a 2.500 metros sobre el nivel del mar.

Durante un recorrido por el Metrocable hecho por la Agencia Anadolu, Juan David Correa, director de comunicaciones del Metro de Medellín, habla de que la importancia del sistema radica en la “cultura de identidad” que ha generado entre los habitantes, especialmente en las comunas de ladera de la ciudad, que comprende un poco más de dos millones de personas.

Según el funcionario de la alcaldía de Federico Gutiérrez, cerca de 1,5 millones de personas se transportan en el sistema diariamente, no solo en la propia Medellín, también a través de algunos de los 10 municipios de la zona metropolitana del llamado Valle del Aburrá, como Bello, Envigado e Itagüí.

Correa habla de una cifra superior al 40 por ciento de la población que moviliza esa región de la capital antioqueña.

Una de las rutas de teleféricos más visitadas es la Línea L, desde la estación Santo Domingo Savio que comprende como destino final y tramo turístico el Parque Arví. Las otras líneas del Metrocable son la Línea H, que va hasta Villa Sierra; la Línea J, desde San Javier hasta la estación La Aurora; la Línea K desde estación Acevedo hasta Santo Domingo.

Para Correa, el sistema también facilitó la calidad de vida y el transporte desde y hacia las laderas de Medellín, ciudad que puede decirse que tiene una forma cóncava. Redujo el tiempo de recorrido de 2 horas y media a 50 minutos.

Es tanto el respeto que le tienen los medellinenses a su medio de transporte público, menciona Correa, que ha existido una especie de acuerdo implícito durante las recientes protestas del paro nacional en Colombia, donde ninguno de los manifestantes ha afectado las instalaciones del metro y las cinco líneas del metrocable.

Un elemento adicional que contrasta con otros medios de transporte masivo como el Transmilenio de Bogotá es la cifra de 'colados' o personas que ingresan sin pagar su pasaje. Para el antropólogo, historiador y guía de las Empresas Públicas de Medellín, es una cifra inferior al 1 por ciento de los usuarios.

Correa cuenta que el Metrocable ha servido como referente a otros sistemas, inclusive en otros países, como el recién inaugurado metrocable de Bogotá, además de los que se han construido en La Paz, Bolivia, y Río de Janeiro, Brasil.

Inclusive, menciona el funcionario, desde Santo Domingo, en República Dominicana, se han interesado en adaptar no solo el sistema de metrocable, sino también la cultura ciudadana que se ha desarrollado desde los centros educativos en el Valle de Aburrá.

Correa habla de un punto de inflexión para la ciudad durante los años 90, que en épocas de la guerra contra el narcotráfico logró altas tasas de homicidios en el mundo, especialmente a finales de los 80 y comienzos de la siguiente década. En esa época, la construcción del metro le dio un nuevo propósito e identidad a la ciudad.

La conexión física como cultural que le dio, aún a pesar de los altos costos que generaron las obras, permitió que a los sectores marginales de la ciudad se les solucionara los problemas de tiempo y acceso a sus hogares, además de generar pertenencia en una ciudad que miraba con desprecio a las comunas de ladera marginadas de la ciudad por supuestamente ser caldo de cultivo de miembros del crimen organizado.

Según Correa, fue “un canto de esperanza para Medellín desde 1995”, adaptado de modelos similares provenientes de Suecia y Alemania, inclusive un sistema calcado del metro de Caracas, Venezuela, construido por la empresa francesa Poma.

La labor de inclusión social no se ha detenido ahí. En estos momentos la ciudad construye una nueva línea de metrocable. La Administración Municipal se encuentra en la construcción del proyecto El Picacho, que con fines turísticos, según el diario local El Colombiano, llegaría hasta el ecoparque cerro El Picacho y se extendería al municipio aledaño de San Pedro de Los Milagros, norte del departamento de Antioquia. La obra se estipula que esté costando unos COP 230 mil millones (cerca de USD 65 millones).

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