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El “sospechoso” papel de Emiratos Árabes en Jerusalén aumenta los temores de los palestinos

Los palestinos aseguran que la normalización de las relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos va en contra de sus derechos y no sirve a la causa palestina.

Ali H. M. Abo Rezeg, Zehra Nur Düz  | 18.11.2020 - Actualızacıón : 19.11.2020
El “sospechoso” papel de Emiratos Árabes en Jerusalén aumenta los temores de los palestinos Los habitantes de Gaza no tienen libertad de viaje y no pueden abandonar la región, salvo en circunstancias excepcionales. (Ali Jadallah - Agencia Anadolu)

JERUSALÉN

Los intentos de Emiratos Árabes Unidos (EAU) de aumentar su papel en la ocupada Cisjordania y Jerusalén Este han causado indignación entre las autoridades y los investigadores palestinos.

“Creemos que los Emiratos Árabes Unidos están desempeñando un papel importante en Jerusalén y Cisjordania”, manifestó el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri, a la Agencia Anadolu.

Informes anteriores revelaron que los funcionarios de EAU estaban conversando con sus homólogos israelíes para realizar negocios conjuntos en los asentamientos ilegales ubicados en la ocupada Cisjordania, incluida Jerusalén Este, lo que ha causado la ira de los palestinos, principalmente de quienes viven cerca de la mezquita Al-Aqsa.

“El peligroso papel de Emiratos Árabes Unidos en Jerusalén y sus acuerdos con los colonos israelíes en la ocupada Cisjordania reflejan que las relaciones entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel fueron más allá de un acuerdo de normalización”, aseveró Abu Zuhri.

El portavoz agregó que los funcionarios emiratíes “están brindando apoyo a la ocupación israelí y conspiran contra la causa palestina”.

El 15 de septiembre, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin firmaron acuerdos impulsados por Estados Unidos, en la Casa Blanca, para establecer sus relaciones diplomáticas, culturales y comerciales de manera plena con Israel.

Los acuerdos han generado una condena generalizada por parte de los palestinos, que afirman que estos ignoran sus derechos y no sirven a su causa.

El investigador palestino Sari Sammour lamentó que los Emiratos Árabes Unidos ahora se hayan unido al eje pro-Israel en la región.

“Los Emiratos Árabes Unidos ven que sus enemigos son los mismos de Israel, como Hamas, las revoluciones de la Primavera Árabe, las corrientes islámicas, Irán y Turquía, donde la enemistad común aquí trae la cooperación común”, sostuvo Sammour.

De acuerdo con Sammour, la política pro-Israel del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido otro factor influyente en el comportamiento de los emiratíes.

“Esto puede parecer extraño, pero Trump se opone al pago de cualquier dinero a países extranjeros, y es un firme simpatizante de los israelíes, pero quiere traducir este apoyo a través de fondos árabes, principalmente los fondos de los EAU”, dijo.

Ver también: Enviado de la ONU critica los nuevos planes de asentamiento israelíes en Jerusalén Este

Para Sammour, “judaizar Jerusalén es un proyecto estratégico israelí, pero debido a la firmeza de los palestinos de Jerusalén, Israel no puede hacerlo y, por lo tanto, Israel necesita un paraguas árabe a través del cual pueda llevar a cabo sus planes en la ciudad, con los Emiratos Árabes Unidos desempeñando este papel”.

Sammour afirmó también que el Estado del Golfo quiere jugar un papel en los territorios ocupados para competir con otros actores regionales, particularmente con Turquía.

“Turquía tiene un papel creciente en Jerusalén con el que los EAU buscan competir, dado que Turquía tiene vínculos distintivos con los movimientos islámicos en Palestina y el mundo árabe”, explicó.

Maniobra de los EAU para el control de Al-Aqsa

El reciente acuerdo de normalización entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel ha intensificado la rivalidad por el control religioso de la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén.

En agosto, en una declaración conjunta de Estados Unidos, los Emiratos Árabes Unidos e Israel expresaron que “todos los musulmanes que vengan en paz pueden visitar y rezar en la mezquita Al-Aqsa", y que "los otros lugares sagrados de Jerusalén deben permanecer abiertos para los fieles pacíficos de todas las religiones”. Esta declaración, sin embargo, ha planteado un desafío significativo para el statu quo en Jerusalén a favor de Israel.

Irónicamente, los Emiratos Árabes Unidos actúan en conjunto con los colonos israelíes y con la extrema derecha en un intento por socavar la autoridad del Consejo Supremo Musulmán de Jordania y Palestina sobre este lugar sagrado.

El 18 de octubre, una delegación de los Emiratos Árabes Unidos visitó la mezquita de Al-Aqsa bajo la protección de las fuerzas israelíes, lo que provocó críticas del primer ministro palestino, Muhammad Shtayyeh.

“La mezquita de Al-Aqsa ingresará por la puerta de sus dueños, no por la puerta de la ocupación israelí”, dijo Shtayyeh previamente. “Es triste ver a algunas delegaciones árabes entrar al complejo por la puerta israelí, mientras que a los fieles se les niega el acceso para realizar sus oraciones”.

La semana pasada, Khaled Abu Arafa, exministro palestino de Asuntos de Jerusalén, le dijo a Middle East Eye (MEE) que el acuerdo israelí-emiratí “genera preocupación y temores entre los jordanos y palestinos, porque tiene como objetivo dar a los EAU un nuevo papel dentro de Al-Aqsa”.

Pocos días después de su declaración, Abu Arafa fue arrestado por las fuerzas israelíes y llevado a la prisión de Ofer, en Cisjordania.

Para legitimar su acuerdo de normalización con Israel, Abu Dhabi afirma que el acuerdo otorga más libertad de acceso a los musulmanes para visitar la mezquita sagrada.

Sammour, sin embargo, atribuyó esta medida a la creencia de Abu Dhabi de que tales medidas, que antagonizan con el mundo musulmán, llevarían a la comunidad internacional a hacerse la de la vista gorda ante sus violaciones de derechos humanos tanto a nivel interno como externo.

“Los Emiratos Árabes Unidos quieren blanquear su imagen en Occidente, dado que quienes apoyan las actividades de los asentamientos israelíes tienen una amplia influencia en Estados Unidos y Europa”, añadió.

A principios de este mes, la Organización SAM para los Derechos y las Libertades, una ONG con sede en Ginebra, acusó a las fuerzas separatistas del Consejo de Transición del Sur (STC) -respaldadas por Emiratos Árabes Unidos-, en Yemen, de cometer violaciones de derechos humanos en el archipiélago de Socotra.

Desde la intervención de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita en Yemen en 2015, se cree que decenas de miles de yemeníes, incluidos civiles, han muerto en el conflicto, lo que ha provocado la peor crisis humanitaria del mundo, mientras millones siguen en riesgo de morir de hambre.

*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.

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