El nombre del potencial sucesor del papa Francisco aparece en una demanda colectiva por presunto acoso sexual

ESTAMBUL

El programa canadiense de televisión Enquête (Encuesta en francés) reveló que el nombre del cardinal Marc Armand Ouellet aparece en una lista que se hizo pública este martes como parte de una demanda colectiva interpuesta por víctimas de presuntos acosos sexuales cometidos por individuos bajo la autoridad de la Arquidiócesis de Quebec, Canadá, a partir de 1940.

Se trata de la primera vez que el nombre del “hombre fuerte del Vaticano”, y quien “algún día” se espera que “suceda al papa Francisco”, aparece en este tipo de documentos judiciales.

Cerca de 80 miembros del clero son objeto de la demanda, en su mayoría sacerdotes, por acciones que, en general, se remontan a las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado y que afectan a más de un centenar de víctimas, la mayoría de las cuales eran menores de edad en el momento de los hechos.

El cardenal Ouellet es, con mucho, la persona más conocida y de más alto rango en esta lista, pero no enfrenta cargos criminales, por el momento.

En su caso, la demandante, cuya identidad se limita a la letra ‘F’ en la demanda, se encontraba realizando una pasantía o internado como agente pastoral entre 2008 y 2010, cuando supuestamente ocurrieron los hechos durante actos públicos.

F relató su versión de los hechos a un equipo de investigación la primavera pasada, mucho antes de interponerse la demanda. Se trata de la misma versión que aparece en la demanda.

“Me agarró y allí... las manos detrás de mi espalda, bajaron bastante abajo [...] bastante intrusivo para, digamos, para alguien que es mi superior, que es el arzobispo de Quebec”, contó la demandante.

Como es la segunda vez que se vieron en esa semana, el cardenal le dijo que “podría volverla a besar porque está bien consentirse un poco”.

“Todavía me incomoda mucho, y más aún la palabra ‘mimar’, como si yo fuera su regalo”, dijo F.

En diferentes ocasiones se menciona que Ouellet “la abrazó, le masajeó los hombros o le acarició vigorosamente la espalda hasta donde se juntaban las nalgas”, cada vez causando una profunda incomodidad en la joven aprendiz.

“Me sentí perseguida, cada vez era más intrusivo, cada vez más intenso, hasta el punto en que comencé a dejar de ir a los eventos, para tratar de evitar estar en su presencia tanto como fuera posible”, agregó.

Alain Arsenault, el abogado que representa a los demandantes, recordó que Ouellet era el arzobispo de la Arquidiócesis de Quebec y que, al final, tenía la última palabra sobre la contratación de agentes pastorales.

“Entonces tienes a una mujer joven de unos 20 años frente a un hombre poderoso con autoridad, conocido en todo el mundo en ese momento, que tenía tal vez 60 años. [...] Como la mayoría de las víctimas, se quedó helada”, señaló Arsenalult.

Cuando F se atrevió a compartir su malestar con quienes la rodeaban, estos le dijeron que “el cardenal es cálido y que no es la única mujer que tiene este tipo de problema con él”, según se refleja en la demanda.

“Digamos que estaba circulando”, confirmó un sacerdote activo en la arquidiócesis en ese momento y quien solicitó el anonimato. Cuando la joven aprendiz le contó la conducta del cardenal hacia ella, el sacerdote dijo: “Le creímos”.

“No nos lo podíamos creer, llegó como un sheriff que había venido a poner orden en la Arquidiócesis de Quebec, era un enviado de Roma”, prosiguió el sacerdote e indicó que les parecía “muy extraño de su parte que se comportara de manera inapropiada con las mujeres”.

Aunque los hechos de los que se le acusa parecen menos graves físicamente que en otros casos citados en la demanda, su impacto y las secuelas que conllevan son igual de importantes, según Arsenault.

“Es difícil imaginar que una persona de su inteligencia, en la posición en la que se encontraba, pudiera ignorar lo que estaba haciendo y las consecuencias que podría tener”, recalcó.

En 2010, Ouellet fue llamado a Roma y ascendido a prefecto de la Congregación para los Obispos, uno de los dicasterios de la Curia romana.

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F sostiene que las cosas cambiaron con la llegada del arzobispo Gérald Cyprien Lacroix, el sucesor de Ouellet. “Estaba mucho más en forma, si hubo contacto físico, este fue un apretón de manos muy simple”, confirmó F.

De acuerdo con la demanda, fue diez años más tarde, después de una experiencia difícil con otro sacerdote de la arquidiócesis, que F decidió relatar los hechos al comité asesor sobre abuso sexual de la propia arquidiócesis, pero no identificó a los sacerdotes.

“Me acerqué al comité y les dije: ‘No sé si fui víctima, pero aquí está mi historia’”, dijo la denunciante y afirmó que “sintió la necesidad de contar todo lo que había vivido de inapropiado” desde su inicio “como agente pastoral, a partir de Marc Ouellet”.

Los miembros del comité le dijeron que, en ambos casos, se trataba de una conducta sexual inapropiada, invitándola a presentar una denuncia. Fue entonces cuando el comité supo que se trataba, entre otros, del cardenal Ouellet.

La demanda que concierne a Ouellet fue transmitida directamente al Vaticano en enero de 2021, donde fue confiada al padre Jacques Servais, teólogo encargado de esclarecer el asunto.

También se celebró una reunión por videoconferencia con el emisario del Vaticano. Un año y medio después, F todavía no ha sido informada de sus hallazgos.

Arsenault lamentó que esto “contribuye a victimizar aún más a la persona”. Esta misma situación fue la que finalmente motivó a que la joven firmar también la demanda colectiva.