El Mercado Clandestino: un espacio de escucha para el posconflicto colombiano
El sábado 23 de noviembre se llevará a cabo en el Teatro Faenza de Bogotá el proyecto artístico que pretende abrir un espacio de diálogo y escucha de conocimiento normalmente marginado o de difícil acceso.

Cundinamarca
Por: José Ricardo Báez G.
El sábado 23 de noviembre se llevará a cabo en el Teatro Faenza de Bogotá el 22º Mercado Clandestino de Conocimiento y No-Conocimiento Útil, un proyecto artístico de la Academia Móvil de Berlín (MAB), colectivo de artistas, científicos y arquitectos, que pretende abrir un espacio de diálogo y escucha para ciertos tipos de conocimiento que normalmente están al margen o que son de difícil acceso.
Mercado clandestino
El nombre original es Schwarzmarkt, que significa mercado negro en alemán. Los organizadores decidieron llamarlo en español Mercado Clandestino de conocimiento y no-conocimiento. Para Hannah Hurtzig, la creadora de este proyecto artístico, “el no-conocimiento es cualquier cosa que no sabes o una cosa que se ha olvidado. Se podría decir que es cualquier cosa que sabes y sin embargo es difícil de expresar o describir”, asegura en un video sobre el evento.
La producción y acceso al conocimiento tiene unas jerarquías propias del quehacer académico y científico. Al poner ambos tipos de conocimiento en el mismo nivel se crea un nuevo espacio en el que circula el saber. En pocas palabras, el evento no trata de definir qué es conocimiento sino poner en un mismo nivel todos los tipos de saberes que puede haber sobre un tema en particular.
“Cuando a uno le hablan de un experto se cree que solo están hablando de científicos y académicos, pero de hecho no es así. El tema de este mercado clandestino es el agua y por eso hemos traído campesinos, pescadores y gente de comunidades indígenas, que tienen conocimientos muy específicos y no están visibilizados”, asegura Adriana Roque Romero, filósofa y encargada de la producción del evento.
El evento en Colombia
Para Marta Ruiz, una de las comisionadas de la verdad, el proyecto artístico se podía adaptar al trabajo que hace la Comisión de la Verdad, pues parte de su mandato es crear espacios de diálogo público y de escucha. Por tal razón, y por solicitud expresa de la Comisión, la embajada alemana, a través del Goethe Institut, financió el montaje de la versión vigesimosegunda del Mercado Clandestino.
Esta es la primera vez que el evento se realiza en Latinoamérica centrado en un tema que tiene una estrecha relación con el conflicto armado del país: el agua. De hecho, el fallecido Alfredo Molano Bravo, comisionado, escritor, sociólogo y periodista, quien dedicó su vida a recorrer las zonas rurales de Colombia, escribió un libro llamado De río en río donde propone una lectura del conflicto desde las cuencas hídricas.
«De culturas anfibias, puertos de contenedores y tumbas líquidas: relatos colombianos en torno al agua» es el título del evento, que intenta recolectar varios conceptos amplios que abordarán los expertos escogidos por el equipo curatorial. En primer lugar, las culturas anfibias es un concepto acuñado por el sociólogo colombiano Orlando Fals Borda que hace referencia a grupos para quienes el agua es un elemento que estructura su organización social y tienen una relación intrínseca con las fuentes hídricas y el acceso a ellas.
El segundo tema hace referencia a los conflictos generados por puertos marítimos de contenedores, especialmente el desplazamiento de comunidades para la construcción de estos puertos comerciales, como pasa en Buenaventura o en Tribugá, y que es una forma de afectar el acceso al agua de estas comunidades anfibias que viven y dependen del mar.
Y el tercer tema Tumbas Líquidas que es un concepto que acuñó la antropóloga colombiana María Victoria Uribe, quien asistirá al evento como experta, y hace referencia a la manera en que los ríos colombianos se han convertido en una especie de cementerio, pues allí terminaban todos los cadáveres de las masacres que perpetraron los grupos armados del conflicto colombiano.
Los cadáveres eran lanzados a los ríos y era prohibido que la comunidad los buscara. Esos cuerpos llegaban a otros pueblos río abajo, a comunidades que también eran víctimas de masacres y muchos cuerpos de sus familiares fueron lanzados al río. Esas comunidades se apropiaban de los muertos que llegaban arrastrados por la corriente del río para hacer duelo y darles una sepultura digna.
Los expertos
Para esta ocasión, están invitados 65 expertos de diversas regiones del país que fueron seleccionados durante un riguroso trabajo de investigación por Cristina Lleras, Patrick Morales, Ana Milena Garzón y Bárbara Santos, quienes por medio de entrevistas decidían el tema más interesante que el experto trataría en el Mercado Clandestino. Cada experto dará dos conversaciones de media hora en el transcurso de la noche y algunos pueden ofrecer charlas en alemán, francés, inglés, macuna y tikuna.
Entre ellos están Gonzalo Julio Mindiola, indígena kankuamo, que hablará sobre “sembrar el agua”; Jaime Forero, doctor en física, quien explicará cómo llegó el agua al planeta; Alba Milena Gómez, exguerrillera de las Farc, que hablará sobre la relación que tenían los combatientes con el agua, y Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, quien charlará sobre la necesidad de la construcción de paz desde el diálogo para el desarrollo sostenible, entre otros muchísimos temas e invitados.
La dinámica
El Mercado Clandestino estará dividido en dos espacios: el registro de clientes y el ágora. El registro es lo primero con lo que se encontrarán las personas que vayan y es donde sucede todo lo performático y artístico. Unos personajes, con peinados estrambóticos, jugarán con el público a vender las conversaciones que ofrecen los expertos, como si estuvieran en la bolsa de valores.
Literalmente, es un mercado en el que el cliente, es decir la persona que se sienta a hablar con el experto, intentará comprar una charla que en principio tiene un costo de mil pesos colombianos, pero que puede variar dependiendo de la demanda. No será fácil pues habrá unos burócratas que querrán ofrecerle otras conversaciones o variar los precios.
La idea es crear esta sensación de intercambio y complejidad burocrática absurda. Precisamente, los creadores se inspiraron en la novela de ‘El Proceso’ de Kafka, que narra la historia de un personaje que es arrestado e intenta saber por qué, pero solo encuentra una máquina burocrática que lo obliga una y otra vez a hacer lo mismo, sin lograr acceder a la justicia y la ley.
La segunda parte es el ágora, donde se realizarán las conversaciones de 30 minutos en 26 mesas, de 70 x 70 cm, con dos sillas enfrentadas. El sonido de un gong será el que determine el inicio y final de las conversaciones. Alrededor del ágora habrá unas tarimas que generan una sensación de asamblea y quienes estén allí podrán escuchar por la Radio Clandestina, un sistema de audio que los participantes pueden solicitar, algunas conversaciones que están sucediendo en vivo.
El Mercado evidencia esa contradicción entre puntualidad y exactitud milimétrica, ritmos propios de la sociedad alemana, para poder acceder a una conversación donde se abre el espacio a lo indeterminado: “Cualquier cosa puede suceder. Puede que el experto sea una persona que no se deje interrumpir, como puede que el cliente se tome la palabra. Puede ser una conversación fluida o que el cliente no diga nada”, afirma Adriana.
Las puertas se abren a las cinco de la tarde. Los visitantes deben tener claro con quién les gustaría conversar antes de arrancar la negociación con los burócratas del registro de clientes. El primer turno inicia a las seis de la tarde y el evento termina a las diez de la noche. El evento será transmitido por ‘streaming’ para las personas que no puedan venir a Bogotá en la página del Mercado Clandestino y el sitio web de la Comisión de la Verdad.
La relación con la Comisión
Las conversaciones serán parte de un archivo que se le entregará a la Comisión de la Verdad y permitirá entender diferentes maneras de aproximarse a problemáticas muy serias que circulan alrededor del agua en Colombia. La idea del mercado clandestino, a la larga, es crear una comunidad de la escucha. “Un acuerdo de paz es un punto final de un proceso en el que se define un momento en la historia y la gente siente que tiene que tomar una posición. Eso implica la incapacidad de escuchar al otro dentro de un contexto volátil, que genera violencia directa”, asegura la productora del evento.
Escuchar, finalmente, es uno de los lineamientos políticos con los que trabaja la Comisión para reconstruir y escribir el informe sobre lo que sucedió. Para Adriana, “este Mercado Clandestino le apuesta a abrir espacios en donde se crea una especie de ficción donde asumimos que todos podemos estar interesados por lo mismo, así tengamos posiciones opuestas o seamos extraños. Poder simular por una noche que somos una comunidad que escucha al otro y acepta el disenso sin reaccionar de manera violenta”.
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