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El incendio que destruyó los refugios de los rohinyá pero no sus sueños

Los refugiados rohinyá empiezan a reconstruir sus tiendas tras un mortal incendio en la población de Cox’s Bazar, en Bangladés, mientras esperan que llegue un mejor futuro.

Md. Kamruzzaman  | 26.03.2021 - Actualızacıón : 27.03.2021
El incendio que destruyó los refugios de los rohinyá pero no sus sueños COX'S BAZAAR, BANGLADÉS - MARZO 22, 2021: Cientos de chabolas (viviendas humildes hecha con materiales de desecho) fueron destruidas después de que estalló un incendio en un campo de refugiados rohinyá en el sur de Bangladés el lunes 22 de marzo. (Agencia Anadolu)

DACA, Bangladés

Rukiya Begum, de diez años, es una de las decenas de niños y adolescentes rohinyá en los campos de refugiados de Bangladés que lo perdieron todo, incluido el apoyo educativo, en el incendio del lunes que causó la muerte de al menos 15 miembros de la comunidad perseguida e hirió a más de 500, según datos de la ONU.

La niña de rostro alargado se sentó junto a un montón de escombros de una tienda, luchando por leer su libro medio quemado con sus pequeñas manos.

A Begum no le preocupan los desastres y la pérdida de la tienda familiar, ya que lo considera un problema de sus padres, que intentaban reconstruir su casa desde las ruinas.

“Mi casa, mi centro de aprendizaje y mis materiales educativos se han ido. Acabo de recoger este libro a medio quemar que me gusta mucho y estoy tratando de leerlo”, contó Begum a la Agencia Anadolu.

Begum y docenas de otros niños han perdido sus instalaciones educativas básicas debido al incendio del lunes, que destruyó más de 10.000 refugios, incluidos centros de aprendizaje, escuelas, seminarios musulmanes, un hospital, centros de atención médica, tiendas y muchos otros asentamientos.

Esta inmensa tragedia parece haber destruido los refugios de los rohinyá, pero no sus sueños.

“In Sha Allah [con la voluntad de Alá], todo será restaurado y nuestros hijos reiniciarán su educación”, dijo Abul Hayaet, de 60 años, quien entre sudor y cansancio reconstruía su tienda familiar dañada en los campamentos de Cox's Bazar.

Ver también: Aumenta a 28 la cifra de muertos en incendio en campamento de refugiados rohinyá en Bangladés

Hayaet era un comerciante de pescado en su país de origen, el estado occidental de Rakáin en Myanmar, antes de huir a Bangladés en agosto de 2017. Comenzó el mismo negocio en un mercado en el campamento.

El incendio destruyó el mercado de Bolibazar, incluida la tienda de Hayaet, que tenía una caja y algo de dinero con el que operaba su negocio.

Su prioridad es reconstruir su tienda de campaña para que su familia de seis miembros tenga un refugio donde alojarse.

En declaraciones a la Agencia Anadolu, relató que un día después de la destrucción, regresó al lugar donde estaba ubicada su tienda y pasó las últimas dos noches a cielo abierto y comiendo alimentos secos que les da las agencias de ayuda.

La madre de Hayaet, Muhsina, de 75 años, también estaba ocupada quitando escombros para ayudar a su hijo a reubicar las tiendas con bambú y lonas.

Una reconstrucción que comienza de inmediato

“Mis tres nietos asisten a las escuelas del campamento, y cuando se reanuden las clases, tendremos que comprarles libros, cuadernos y lápices”, explicó Muhsina.

En otra tienda cercana, Yasin Arafat, un niño rohinyá de 10 años, ayudaba a sus padres a restaurar su casa. El estudiante de cuarto grado sueña con reiniciar sus estudios, pero al igual que Begum, también ha perdido su escuela, su hogar y todos los materiales educativos.

Aun cuando lidian con la crisis de haber huido de su país por la persecución, los rohinyá comenzaron a reconstruir tiendas de campaña solo dos días después de la tragedia, mientras esperan un futuro mejor.

“Esto no es nuevo para nosotros. Incluso en nuestro país de origen, nuestro pueblo ha sido quemado por el ejército de Myanmar. Hemos sobrevivido. Esperamos que nuestra próxima generación tenga una vida mejor que nosotros”, manifestó Mufti Aminul Mostafa, un profesor de seminario islámico.

Mustafa es el director del seminario más grande (madraza) de los campos de rohinyá.

“Enseñamos desde el nivel 1 al nivel 12 y tenemos 712 estudiantes, 30 maestros y otros miembros del personal. Ahora no tenemos espacio para dirigir el seminario ya que todos nuestros asentamientos han sido completamente destruidos en el incendio del lunes”, explicó el profesor.

Solo quedan pilares en el sitio, y Mustafa se está preparando para reconstruir el instituto sobre la base de esos pilares.

Un llamado a más medidas de seguridad

Mientras tanto, los refugiados y defensores de los derechos rohinyá instaron a las autoridades de Bangladés a tomar más medidas preventivas para evitar que ocurran tales desastres en el futuro.

“Esperamos que el Gobierno de Bangladés elimine de inmediato todas las cercas de alambre de púas que se han erigido alrededor de los campamentos de rohinyá para evitar crímenes y contrabando. Decenas de personas resultaron heridas durante el desastre del lunes debido a estas cercas”, afirmó Mostafa y sugirió que una instalación de más cámaras de circuito cerrado puede ayudar a prevenir delitos.

Human Rights Watch, en un comunicado emitido el jueves, pidió al Gobierno de Bangladés que retire de inmediato las vallas que rodean los campamentos en Cox's Bazar y que publique los resultados de su investigación sobre el mortal incendio.

“Los refugiados tienen relatos horribles en los que cuentan que quedaron atrapados dentro de la cerca de alambre de púas cuando el fuego arrasó los campamentos”, declaró Brad Adams, director de Asia del organismo de control.

Mientras tanto, durante una visita a los campamentos dañados el miércoles, el ministro del Interior de Bangladés, Asaduzzaman Khan Kamal, confirmó que el Gobierno apoyaría a los refugiados rohinyá.

“Estamos haciendo todo lo posible por la seguridad de los rohinyá y una repatriación pacífica al su país de origen Myanmar”, dijo Kamal.

Se han formado dos comités de investigación para descubrir las causas del incendio, dijo el ministro, y agregó que “si se encuentra involucrado a alguien, rendirá cuentas”.

Aseguró además que ninguno de los refugiados perseguidos sería obligado a reubicarse en la remota isla de Bhasan Char, en donde el Gobierno ya ha ubicado a 14 mil rohinyá como parte del plan de reubicar a unos 100 mil miembros de la comunidad apátrida aun a pesar de una oposición internacional por temas de seguridad en el lugar.

La diáspora rohinyá alrededor del mundo también ha expresado su preocupación ante los frecuentes incidentes de incendios en los campamentos rohinyá.

En enero de este año, otro mortal incendio destruyó cerca de 500 tiendas y se han reportado además decenas de incendios menores al interior de los campamentos desde que inició el éxodo masivo de sobrevivientes del genocidio en agosto de 2017.

*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.

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