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El fin del Daca sería una pesadilla para los “dreamers” en EEUU

Dos jóvenes beneficiarios de este programa migratorio compartieron sus reacciones tras la decisión del Gobierno de Trump de erradicarlo.

Ana María Castro y Diego Carranza  | 17.09.2017 - Actualızacıón : 19.09.2017
El fin del Daca sería una pesadilla para los “dreamers” en EEUU Luis Alejandro Pabón y su hermano (izquierda) llegaron a EEUU en 1999. Anahí Miranda (derecha) llegó a Houston cuando tenía nueve años, hoy tiene 22. (Cortesía Archivos Particulares).

BOGOTÁ

Cientos de miles de jóvenes viven con un sinsabor desde que se conoció el pasado 5 de septiembre la decisión del mandatario estadounidense, Donald Trump, de cancelar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), con el que actualmente casi 800.000 dreamers tienen la posibilidad de acceder a trabajos temporales, licencias de conducir y un número de seguridad social en Estados Unidos.

El expresidente Barack Obama creó el programa DACA en 2012. Con él se impedía la deportación de los jóvenes que tuvieran menos de 30 años y hubieran ingresado a EEUU antes del 15 de junio de 2007, con una edad inferior a los 16 años.

Pero en el 2016, en plena campaña política para las elecciones presidenciales, Trump prometió eliminar el programa DACA, como una de las primeras medidas que implementaría en su Gobierno para luchar contra la inmigración en EEUU.

Obama criticó la decisión tomada por Trump a través de un comunicado, divulgado en su página oficial de Facebook, en el que señaló que “la sombra persigue de nuevo a algunos de los jóvenes más brillantes del país”.

“Apuntar a nuestra gente joven está mal porque ellos no han hecho nada malo. Es contraproducente porque ellos quieren empezar nuevos negocios, servir a nuestro Ejército y lograr otras maneras de contribuir al país que amamos. Esto es cruel. ¿Qué pasa si la profesora de ciencias de su hijo o nuestra vecina resulta ser una dreamer? ¿A dónde se supone que la debemos enviar? ¿A un país que ella no conoce o recuerda, con un idioma que a lo mejor tampoco hablan?”, expresó el exmandatario.

El jueves 14 de septiembre se conoció, a través de un trino del presidente Trump, que lograr un acuerdo con el Partido Demócrata para garantizar la estadía de los 800.000 dreamers estaría condicionado con la construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos.

“No se hizo ningún trato anoche con DACA. La seguridad en la frontera mexicana tendría que ser aceptada a cambio de un consentimiento. Esto estaría sujeto a voto”, publicó el mandatario estadounidense.

Los demócratas y los republicanos discutirán en los próximos seis meses sobre el futuro de los dreamers. Mientras tanto, la Agencia Anadolu conoció las reacciones de dos jóvenes que han sido beneficiarios del programa DACA, quienes contaron cómo se vería afectada su vida si los obligan a regresar a sus países natales.

“El DACA nos salvó la vida a mi hermano y a mí”

En 1999, el bogotano Luis Alejandro Pabón, con tan solo 10 años, llegó a EEUU en compañía de su mamá y su hermano menor, en busca de una mejor vida de la que habían dejado en Colombia, donde su mamá había perdido el empleo y su apartamento.

Pero la familia de Pabón empezó un viacrucis migratorio en cuanto llegaron a EEUU con visa de turista. Inicialmente su madre esperó dos años para aplicar por el asilo, pero no pudo obtenerlo por inconsistencias en el proceso. En el 2003 recibieron una orden de deportación.

“Mi mamá se casó en el 2010 y pasamos todos los papeles para empezar el proceso, pero en el 2011, cuando yo tenía 21 años y mi hermano 18, llegaron cinco agentes de deportación a nuestra casa y nos encarcelaron durante cuatro meses. Nos intentaron deportar seis veces, pero siempre se detenía el proceso. Cuando ya estábamos montados en el avión para Colombia, un agente detuvo la deportación”, dice Pabón.

Luego de estos meses de incertidumbre los dos hermanos recuperaron la libertad y días después se enteraron del beneficio para jóvenes inmigrantes DACA, con el que pudieron acceder a una identificación y a un trabajo legal. “Realmente eso fue los que nos salvó la vida en EEUU”, añadió.

“Cuando yo salí del high school fui admitido en la Florida International University, pero mis sueños se me dañaron porque en ese momento no estaba el DACA y lastimosamente no pude acceder a la financiación, o los descuentos, que reciben los ciudadanos americanos. Cuando obtuve mi permiso pude estudiar mecánica automotriz y ahorita quiero estudiar mecánica de aviones”.

Hace algunas semanas Pabón se enteró, por medio de una llamada de su madre, que el programa sería suprimido y no pudo evitar sentir una profunda tristeza. “Por un momento se me pasó por la mente qué sería de mi vida volviendo a Bogotá. La verdad es que ya hace 18 años que no voy a Colombia y no tendría ni idea qué podría hacer allá. Sería empezar de nuevo”.

Por fortuna tanto Pabón como su hermano lograron renovar el permiso del DACA antes de que se conociera la noticia de su remoción. Hace unas semanas les llegó el permiso para vivir de manera legal en EEUU por dos años más. “Por ahora estamos tranquilos. Esperemos a ver qué pasa”, concluyó.

“No hay nada que pueda hacer, no es mi decisión”

Anahí Miranda, una mexicana de 22 años, es otra de los tantos dreamers que se verían afectados si el Congreso estadounidense sigue la línea de Donald Trump.

Esta chica, nacida en Guanajuato (México), llegó con su familia a Houston (Texas) cuando tenía nueve años, ahora estudia en el Texas A&M University y es parte de Council for Minority Student Affairs (CMSA), una organización que lucha por los derechos de las minorías, especialmente los inmigrantes. CMSA informa al público sobre sus derechos.

Este semestre, tras el anuncio de terminar DACA, han creado "talleres" para informar al público escolar sobre lo que es DACA. “Un año o dos estuvimos luchando para mantener la matrícula institucional para estudiantes indocumentados”, agrega Miranda.

Anahí es dreamer desde que tenía 17 años, ha recibido los beneficios del programa dos veces y envió su tercera solicitud una semana antes del anuncio del Gobierno. “Tienes que volver a aplicar cada dos años y pagar una cuota de USD 495. Ellos hacen un estudio intensivo de cada persona, pruebas de biometría. Tú no puedes tener ningún tipo de delito, de lo contrario es muy probable que tu solicitud sea rechazada”.

Miranda habló del Dream Act, un proyecto de Ley que cursa desde el 2006 en el Senado, pero asegura que no es tan optimista, primero porque la mayoría de la Cámara alta es republicana, y segundo porque lleva mucho tiempo tratando de que sea aceptado. El Dream Act es similar a DACA y contempla que después de ocho años de que los estudiantes hagan parte del programa, puedan obtener su ciudadanía o residencia.

“No sé si vayamos a recibir los mismos beneficios. Tengo una visión más realista, pero espero que no sea así”.

Sus preocupaciones son varias. Una de ellas tiene que ver con sus estudios y el permiso de trabajo. “No sé qué voy a hacer. Estoy preocupada por mi graduación y mis planes de estudiar un máster. Pero no hay nada que pueda hacer, no es mi decisión”.

“Afortunadamente podré trabajar un año más aquí, pero no quiero un trabajo de “mínimo perfil” después de graduarme, siento que sería una pérdida de tiempo”, agregó.

La situación de su familia también la inquieta, puesto que tiene dos hermanas menores que aún no han terminado el colegio.

Su mayor desvelo, en caso de que DACA sea cancelado, es que tanto ella como el casi un millón de beneficiarios del programa queden indocumentados y a disposición de los servicios de inmigración.

“Básicamente darán nuestra información a los servicios de inmigración y seremos indocumentados, ellos saben dónde estamos, podríamos ser arrestados y deportados a nuestros países”.

Por último, Anahí espera que tanto sus preocupaciones como sus sueños sean tenidos en cuenta por los legisladores: “Estados Unidos es mi hogar. Fui criada en Florida y ahora Texas es mi hogar, no recuerdo casi nada de México porque no he ido desde que tenía nueve años”.

El sitio web de la Agencia Anadolu contiene sólo una parte de las historias de noticias ofrecidas a los suscriptores en el Sistema de Difusión de AA News (HAS), y en forma resumida.
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